Policía

«Nos llegamos a sentir abandonados y frustados»

Los agentes que intentaron salvar la vida al senegalés reciben el reconocimiento «de la Policía a la Policía», no del consistorio.

«Nos llegamos a sentir abandonados y frustados»
«Nos llegamos a sentir abandonados y frustados»larazon

Los agentes que intentaron salvar la vida al senegalés reciben el reconocimiento «de la Policía a la Policía», no del consistorio.

Este domingo, la Policía Municipal de Madrid premia a los dos agentes que, el pasado marzo, trataron de salvar la vida de Mame Mbaye, un mantero senegalés que falleció de un ataque al corazón cuando se dirigía a su vivienda en Lavapiés. Su muerte provocó graves disturbios al extenderse la noticia equivocada de que había sido objeto de una persecución policial. Vilipendiados e incomprendidos incluso por el Ayuntamiento de Madrid en sus primeros momentos, los agentes reciben ahora el reconocimiento de sus compañeros.

¿Qué ocurrió el 15 de marzo?

Íbamos en el coche patrulla y vimos que había agitación en la calle Oso, mucha gente alterada, que nos hacía señas. Con gestos de auxilio nos llamó un chico (identificado como Mame Tierno Seye). Salimos corriendo y vimos una persona tendida en el suelo. Le tomamos las constantes vitales y estaba débil. Al comprobarle las vías aéreas, en la boca tenía un paquete de tabaco y pañuelos para impedir que la lengua le obstruyera la respiración. Posteriormente se nos informó de que lo habían hecho porque creyeron que le había dado un ataque epiléptico. Estaba inconsciente, así que le pusimos en posición de seguridad porque tenía pulso. Pero enseguida lo perdió y empezamos a hacer la reanimación cardiopulmonar. Hubo otros compañeros que fueron igual de importantes y que intentaron hacer todo lo posible para salvar a esa persona. Y nos fuimos satisfechos, aunque no pudiéramos salvarle la vida. Pero nos sentimos impotentes al escuchar que decían que habíamos sido nosotros los causantes de su muerte.

¿Cómo se sienten al obtener este reconocimiento, tras las críticas recibidas?

Creo que el reconocimiento de la medalla está bastante bien, pero me quedo con el reconocimiento social. El mismo día que sucedían los hechos, cuando el hospital de campaña del Samur estaba atendiendo a Mame, los vecinos de la calle Oso bajaban a dejarnos su DNI y se prestaban voluntariamente a dar declaración. Que les preguntásemos y «pusiéramos» donde hiciera falta, que querían decir la verdad porque lo que estaba aconteciendo allí y en lo que posteriormente derivó no era proporcional. También con las comunidades senegalesas que se han acercado en días posteriores a nosotros. Con el amigo de Mame, que estuvo con él cuando nos lo encontramos tirado en el suelo, y que vino a darnos las gracias. Posteriormente acudieron también asociaciones de vecinos del barrio de Lavapiés, y numerosos compañeros de MuniMadrid que nos han felicitado y dado la enhorabuena por nuestro servicio. Éste es el verdadero reconocimiento más allá de la medalla.

¿Consideran que es un reconocimiento merecido?

Me gustaría recalcar que se habla sólo de nuestra medalla, pero también hubo muchos compañeros que estuvieron allí y que han aguantado el tirón, el tipo y los disturbios exactamente igual que nosotros. La intervención no es nuestra, sino de la Policía Municipal de Madrid. No nos olvidamos de los compañeros que estuvieron aguantando pedradas, insultos e improperios.

Respecto a la concesión de la medalla, la portavoz del Ayuntamiento, Rita Maestre, recalcó que «no se trata de un reconocimiento a la Policía, sino de la Policía para la Policía». ¿Cómo se entiende en el Cuerpo esta desafección del consistorio?

Por parte de los mandos policiales se defiende la medalla en manos de cada unidad, y en la nuestra, según nos comentó el mando de nuestra unidad, se había aprobado por unanimidad nuestra «candidatura». A partir de ahí, ya no tenemos idea de qué sucede con las gestiones.

A su vez, la portavoz aclaró que, pese a las peticiones de los grupos del PP, PSOE y Cs no se cesaría a concejala Rommy Arce, quien comparó la actuación profesional de la Policía Municipal en este caso con el asesinato racista de Lucrecia Pérez. De hecho, está investigada por injurias al Cuerpo. ¿Creen que debería haber cesado?

Nosotros en esto no entramos. Pero como quedó bien claro en el atestado policial, en los vídeos, en la testificación de todos los testigos, ni hubo un homicidio, ni muchísimo menos un asesinato racista. No hubo más que dos policías, dos personas, intentando salvar la vida de otra.

Sin embargo, Arce fomentó el falso rumor de que había sido una persecución policial, haciendo responsable al Cuerpo de la muerte de Mame.

Es que nunca me he sentido responsable y por eso no he querido dar pie a estos rumores ni puedo valorarlos. Lo que nos sentimos fue un poco abandonados y frustrados.

¿La concejala mintió?

No soy juez para calificarlo de injurias, calumnias o de nada. Intenté salvar a una persona y se calificó de asesinato u homicidio. En ningún momento queremos valorar sus declaraciones, ni vamos a entrar en un juicio de valores contra esta persona.

¿Creen que sus declaraciones así como las de otros políticos avivaron las protestas?

Lo que echamos de menos es que no nos preguntaran directamente a nosotros. Mi compañero y yo nos levantamos al día siguiente bastante frustrados porque parecía que en vez de salvar a una persona habíamos ido a por ella y la habíamos matado.

El concejal de Seguridad, Javier Barbero se demoró casi 24 horas en confirmar el atestado.

Sí, pero nosotros actuamos rápido y correctamente. Cuando falleció Mame avisamos al Juzgado de guardia, nos fuimos directamente a comisaría y redactamos una comparecencia de los hechos ocurridos y se lo remitimos a jerarquías superiores, que es lo que hay que hacer. Los superiores lo transmitirían al concejal de Centro –Jorge García Castaño–. Desconocemos por qué se tardó ese tiempo. A las 21:00 horas de la noche la comparecencia estaba terminada y enviada a la emisora central.

¿Son cruciales esas horas?

Nosotros salimos de allí a las siete de la tarde y hasta las 22:00 horas no terminamos en comisaría. Durante ese tiempo no fuimos conscientes de lo que estaba pasando fuera. Esas tres horas no dependían de nosotros, que estábamos en temas burocráticos. Cuando salimos nos encontramos con los disturbios y las críticas. Pero desde el minuto uno informamos de todo por emisora, luego a los altos mandos y posteriormente con comparecencias e informes.

Ante la petición de todos los partidos del cese de Arce, la portavoz municipal argumentó que en Ahora Madrid «no van a producirse cambios de este tipo, que en estos meses no ha cambiado nada para que se produzcan en ningún caso». Y para ustedes, ¿qué ha cambiado en este tiempo?

Desde el primer minuto nos sentimos apoyados en el ámbito de mandos policiales –hasta por el más alto rango–, porque vinieron a respaldarnos. Pese a que se contara todo como se contó. Luego fue saliendo la verdad a la luz, por parte de los propios vecinos que lo fueron contando poco a poco.

¿Cómo han sido estos meses?

Los primeros días, un poco confusos. Anonadados con toda la situación. Recibimos una respuesta totalmente distinta a la que habíamos imaginado. Pero tras esta ola de crispación social, al final todo ha vuelto a su cauce. Hemos vuelto a patrullar por la zona sin ningún tipo de miedo. Hoy en día nos sentimos muy orgullosos porque creemos que actuamos muy bien.

¿Han vuelto a Lavapiés?

Nos costó días por la presión, la crispación y la tensión que había en el barrio. Y nosotros, por no hacer aflorar esa tensión latente, no bajamos. No porque tuviéramos miedo, sino porque no era lo adecuado. Era necesario rebajar esa tensión, tanto por «su» parte como por la nuestra.

¿Qué ocurrió al volver?

Cuando volvimos diez días después nos encontramos con grupos de vendedores ambulantes senegaleses que se acercaron a nosotros a darnos las gracias y pedirnos disculpas por lo que habían dicho de nosotros.