Transporte
Pérdidas de un 70% en los aparcamientos subterráneos del centro de Madrid
Los cortes a los no residentes en Gran Vía y el protocolo anticontaminación, que impidió ayer aparcar en las zonas SER, provoca la fuga del vehículo privado del centro en pleno puente.
El puente de la Constitución es uno de los días marcados en rojo por muchas familias para visitar el centro de Madrid. Turistas y madrileños pasean por las calles del centro, entran en las tiendas para hacer las típicas compras navideñas y aprovechan para disfrutar de la iluminación. En estas fechas, las calles aledañas al kilómetro cero se llenan de cámaras de fotos y las cafeterías hacen su agosto en pleno mes de diciembre. Sin embargo, las calles y los restaurantes llenos contrastan con los parkings vacíos. Y es que desde que en las navidades de 2016 el Ayuntamiento de Madrid, gobernado por Ahora Madrid, cortase la Gran Vía al tráfico privado de los no-residentes, los aparcamientos son uno de los grandes damnificados.
A la mitad de capacidad
«Lo normal cualquier otro año por estas fechas es que el parking estuviera lleno desde las diez de la mañana hasta por la noche», explica Esperanza, que trabaja en el aparcamiento de la plaza del Carmen, a espaldas de la Gran Vía. «El Puente de diciembre siempre ha sido la época de vacas gordas para los garajes de la zona porque venía mucha gente al centro», continúa, sin embargo, desde hace dos navidades la situación es muy diferente: «Estos días estamos al 50% de capacidad porque el Ayuntamiento no deja entrar a coches privados en el centro y así es imposible», se lamenta esta trabajadora. Además, según sus estimaciones, la bajada en la facturación del aparcamiento será muy elevada: «Perderemos hasta un 70%», sentencia.
La situación que detalla Esperanza se replica en el resto de garajes de la zona. Isabel, que trabaja en el parking Centro Madrid señala que «con el control de movilidad del centro de Madrid no dejan pasar a los vehículos aunque digan que van a aparcar a un garaje y sepan que están vacíos». Sin embargo, una parte de los clientes de Isabel tienen el paso garantizado: «Los que tienen una plaza alquilada si pueden pasar porque fuimos previsores y les hicimos un justificante para que no tuvieran problemas», subraya. Pero aún así, el grueso del negocio del parking Centro Madrid viene de los coches que estacionan por horas: «Tenemos muchísimas plazas sin alquilar para la gente que viene al centro puntualmente», dicen. Sin embargo, el dispositivo de Policía Municipal que controla el acceso a la Gran Vía desde Cibeles y Plaza de España, «no siempre permite el paso de estos coches que vienen a nuestro garaje», explica dolida. «Si esta situación se perpetúa en el tiempo, este mes no comeremos», bromea amargamente Isabel.
A 700 metros del lugar donde trabaja Isabel, Francisco Anta, que gestiona el parking de las Descalzas, repite casi las mismas palabras: «Aunque el dispositivo de este año ha mejorado mucho respecto al del año pasado y el texto del decreto de restricción de coches en la Gran Vía incluye específicamente el acceso a los parkings, seguimos perdiendo», subraya. Y es que, «el Policía Municipal de turno que vigila el acceso, la mayoría de ocasiones no permite que entren los conductores que dicen ir a un garaje privado», se queja Anta, que además apunta otros dos problemas de las restricciones de Gran Vía. El primero es que «es muy complicado tener una comunicación fluida con los policías para que sepan si pueden entrar o no en los garajes», y el segundo –más de actualidad que nunca– es que «cuando el protocolo anticontaminación se activa la cosa es todavía más complicada porque se publicita que no se puede aparcar en la zona SER, pero el Ayuntamiento no explica que en los parkings no hay problemas para estacionar», remacha. A pesar de que Anta reconoce que la situación ha mejorado respecto al año pasado –en el que el parking de las Descalzas sufrió un descenso de «entre el 40 y el 50% en la facturación»– no es muy optimista para la temporada navideña recién inaugurada: «este año será algo mejor, pero la bajada en la facturación seguirá», sentencia apenado.
Sin embargo, no todos los aparcamientos de la capital viven con el agua al cuello estas fechas. Los que están situados en el límite de las zonas restringidas presentaban ayer buen aspecto: en los garajes de Serrano y Velázquez la mayoría de plazas fueron ocupadas a lo largo de la tarde.
Bus y Metro, a reventar
El contrapunto a la situación de los céntricos aparcamientos durante la jornada de ayer lo puso el transporte público, las líneas de Metro que conectan el centro de la capital con los barrios viajaron ayer al límite de su capacidad. Lo mismo que pasó con los autobuses. Y es que son muchos los madrileños que apuestan por estos dos medios de transporte para desplazarse en estas fechas tan señaladas. «Es lo más útil y rápido y te deja en el centro, además te libras de tener que callejear media hora para encontrar un sitio en el que aparcar», sentenciaba ayer María José en conversación con LA RAZÓN.
Si los capitalinos prefieren moverse en la red de transporte público, los miles de turistas que inundan la capital –los hoteles están en un 77% de ocupación– se inclinan por buscar alojamientos cerca del kilómetro cero: «La verdad es que cuando planeamos el viaje ni nos planteamos buscar un hotel lejos de la Puerta del Sol, si tuviéramos que coger el coche todos los días para ver Madrid sería un infierno», afirmaban Jesús y Soledad, dos cacereños que disfrutan del puente en Madrid.
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