Semana Santa

Semana Santa, siete días de pura Pasión

Los pasos de La Borriquita y Los Estudiantes inauguran una semana de fervor cofrade en la que el sol y las temperaturas, de hasta 27 grados de máxima, auguran un lleno total.

La talla de María Santísima de la Esperanza Macarena ha sido restaurada y estrena palio.
La talla de María Santísima de la Esperanza Macarena ha sido restaurada y estrena palio.larazon

Los pasos de La Borriquita y Los Estudiantes inauguran una semana de fervor cofrade en la que el sol y las temperaturas, de hasta 27 grados de máxima, auguran un lleno total.

Las cofradías de la capital ya están realizando el retranqueo de los pasos y la colocación de las flores a los pies de las imágenes. Los nazarenos están a punto de ceñirse los cíndalos a la cintura; los Cristos y Vírgenes ya han tenido su besamanos previo a la procesión y las camareras están dando los últimos retoques a las cuidadas tallas. Todo está preparado para que más de un centenar de pasos recorran la Comunidad, de los cuales, 20 lo harán en la capital en la Semana Santa madrileña, que cada año suma más adeptos y que éste, con la predicción de sol y altas temperaturas, está llamada a batir récords.

Y es que, a diferencia del año pasado en el que la lluvia mantuvo amenazadas varias procesiones, el sol iluminará la capital durante toda esta semana y las temperaturas llegarán a los 27 grados. No en vano, las cofradías ya celebran no tener que pensar en el plan B, que se planea en caso de previsión de lluvia. Los nazarenos, como José Luis, Diputado Mayor de Gobierno de la Cofradía de los Gitanos, respira tranquilo: «En mi caso, desde verano ya estoy pensando dónde podría colocar cada cosa». Por eso, «después de todo un año de trabajo, es una pena cuando la lluvia echa a perder todo el esfuerzo», explica aliviado por la previsión.

La Semana Grande de Madrid la inaugura hoy la procesión de La Borriquita. La hermandad más joven de Madrid, que desde el pasado año sale de la Catedral de la Almudena y recorre el centro de la ciudad, incluídos el barrio de Malasaña, por los que hasta ahora no solían pasar los pasos. Como la mayoría de hermandades, La Borriquita, que representa la entrada de Jesús en Jerusalén, cambia este año su recorrido (consultar gráficos). «El año pasado su salida fue impresionante y seguida por un montón de gente», apuntó Carlos, Hermano Mayor de esta cofradía.

Tras La Borriquita, a las 19:00 horas los costaleros de la Hermandad de Los Estudiantes levantarán, con la solemnidad y el silencio que les caracteriza, al Santísimo Cristo de la Fe y del Perdón y a María Santísima Inmaculada Madre de la Iglesia. Durante aproximadamente cuatro horas, recorrerán lugares como la Plaza de Oriente o la de San Miguel hasta concluir en el mismo sitio donde comenzó, la Basílica de San Miguel.

El miércoles, el centro se podrá a los pies de la Cofradía de Los Gitanos, cuya talla de Nuestro Padre Jesús de la Salud y la de María Santísima de las Angustias procesionarán desde las 20:15. Este año, la Virgen de Los Gitanos estrenará toca de sobremanto.

El Jueves Santo es el gran día en Madrid. Jesús apresado en el Monte de los Olivos y las calles de la capital quedan totalmente colapsadas por turistas y devotos que quieren acompañar al Cristo y las cofradías que los portan hasta bien entrada la madrugada. Jesús Nazareno «El Pobre», Jesús del Gran Poder y el Divino Cautivo coinciden en uno de los días grandes de la Semana Santa.

«Nosotros contamos los años de Jueves Santo a Jueves Santo», dice Salvador Muñoz, uno de los más de 1.300 hermanos que forman la Hermandad de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder y la Esperanza Macarena. Esta procesión es una de las más antiguas –77 años– y multitudinarias de la capital, tanto por la gente que acude a verla como por la que participa: «450 nazarenos desfilarán», explica Faustino León, el Teniente de Hermano Mayor de esta hermandad. A estos nazarenos se suman los 70 costaleros que sacarán los pasos por el centro, coincidiendo en la Plaza Mayor y sus alrededores con las tallas de «El Pobre» y María Santísima del Dulce Nombre en su Soledad. Esta procesión es la más larga de Madrid. Sus 42 anderos se relevan cada treinta minutos, aunque su verdadera «heroicidad» está en la forma en la que tienen que sacar las tallas de «El Pobre» y la Virgen de la Iglesia de San Pedro «El Viejo», ya que en el caso del primero han de hacerlo de rodillas, y para sacar la talla del Dulce Nombre llegan a tumbarse en el suelo y arrastrarse para que el palio pueda pasar por el dintel. Pese a la complicación de la salida, nunca ha habido un incidente.

10 horas diarias de ensayos

La víspera de la salida de los pasos «se vive con muchos nervios y mirando al cielo; nunca mejor dicho...», cuenta Faustino León. Un día de mal tiempo puede tirar por tierra los meses de trabajo de los hermanos, que llevan desde principios de enero ensayando y que en las últimas tres semanas, además han tenido que montar, pieza por pieza, los dos pasos: un trabajo que les ocupa una media de 10 horas diarias que esta semana encuentran su sentido y recompensa.

Los habituales de la procesión del Gran Poder y la Macarena podrán observar algunas novedades en los pasos. La Macarena ha sido restaurada y estrena los bordados de terciopelo de los laterales y el armazón de su palio. Ahora es más ligero, lo que permite un movimiento más armónico y que sus valientes porteadores «sólo» levanten 1.100 kilos. Para Javier Talavera, uno de los costaleros de la Virgen, «es un sufrimiento querido y esperado todo el año». Eduardo Pompa, el capataz y guía de Jesús del Gran Poder, explica que «llevar el paso es el máximo orgullo posible, es un privilegio al alcance de muy pocos», por eso cuando salen los pasos de la Colegiata de San Isidro, a todos los hermanos «se les pone un nudo en la garganta». La «operación salida» de la Virgen de la Macarena no es nada sencilla. La altura de la Colegiata obliga a los costaleros a andar en cuclillas con el paso a cuestas y al capataz a indicarles casi con tiralíneas. Pero como explica Pompa «con órdenes concretas, concisas y sencillas todo se puede hacer» y más aún teniendo en cuenta que todos los porteadores de las imágenes forman «una piña, una familia», reconoce Salvador Múñoz, otro costalero.

En el barrio de Salamanca, la Real Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús el Divino Cautivo también procesiona el jueves con una talla de Mariano Benlliure que hace parada en tres estaciones: en la Iglesia del Pilar, el monasterio de Nuestra Señora de las Maravillas y frente a la Iglesia de la Concepción de Nuestra Señora.

El Viernes Santo, a las 19:00 horas el Madrid de los Austrias vuelve a rendirse a la Semana Santa. Cristo ha muerto y cuatro grandes procesiones recuerdan con fervor el momento. Jesús Nazareno de Medinaceli, el «Señor de Madrid», y sus miles de devotos toman el centro. Medinaceli comparte protagonismo con el Santísimo Cristo de los Alabarderos, cuya imagen, aún con vida, custodia la Guardia Real desde el Palacio Real, acompañado de los pífanos y tambores de la Unidad de Música de la Guardia Real; un ritmo que contrasta con la solemnidad de Nuestro Padre Jesús del Perdón, de la procesión de El Silencio, con el paso de María Santísima de los Siete Dolores o con el Santo Entierro, todas ellas con salida de la calle Atocha.

La Semana Grande termina el sábado de la mano de la Cofradía de La Soledad, que al contrario que su nombre, será seguida por miles de fieles que podrán enorgullecerse de ver a Nuestra Señora de la Soledad y el Cristo Yacente salir del Real Monasterio de la Encarnación ese mismo día. El broche final, lo pone, como cada Domingo de Resurreción, la Tamborrada de las 12:00 de la Plaza Mayor