Inseguridad ciudadana

Serrano Galvache, la calle «maldita» para los taxistas

La asociación Gremial denuncia una escalada de atracos en Ciudad Lineal y Vallecas n Hoy se reúnen con Cifuentes

Muchos profesionales del taxi no pueden instalar una mampara protectora porque es incompatible con la instalación de airbags laterales, como obliga ahora la ley
Muchos profesionales del taxi no pueden instalar una mampara protectora porque es incompatible con la instalación de airbags laterales, como obliga ahora la leylarazon

La calle Serrano Galvache, en Ciudad Lineal, es para los taxistas sinónimo de peligro. En el último mes se han producido hasta tres atracos, según denuncia la asociación Gremial de Autotaxi de Madrid; uno de los motivos por los que hoy se reúnen con la delegada del Gobierno, Cristina Cifuentes. «Hemos detectado en esa zona demasiadas agresiones, parece que no se está poniendo mucho interés en la seguridad», aseguró el presidente de la asociación de taxistas, Julio Moreno. El pasado 15 de marzo, el representante de los profesionales envió un burofax a la Delegación del Gobierno instando a Cifuentes a una reunión de carácter «urgente» para que «los distintos cuerpos de Policía establezcan los controles oportunos y prevención de este tipo de actos violentos». Moreno puso en conocimiento de Cifuentes que «varios profesionales han sido asaltados y agredidos de forma violenta en la zona de Serrano Galvache y Vallecas», por lo que pedía a la delegada que «tomara las medidas oportunas» y comunicara a la Policía esta situación. Aunque es complicado o, en muchos casos, imposible, que la Policía pueda impedir el atraco en el interior de un vehículo, hoy tratarán de encontrar una solución al conflicto. El último incidente en Serrano Galvache ocurrió el día 13 de marzo. Al profesional en cuestión, que prefiere no revelar su nombre, le robaron hasta el propio taxi. Eran las 7:10 horas de la mañana cuando Miguel (nombre ficticio) recogió a un individuo de unos 30 años por Plaza de Castilla. Le dio una dirección de destino pero luego cambió de opinión y dijo que prefería bajarse cerca de una parada de metro de Paseo de la Habana. Cuando estaban llegando, volvió a retractarse y prefirió seguir hasta Arturo Soria. Le guió para llegar hasta la peligrosa vía, que no tiene salida, según asegura Miguel, y allí le pidió terminar la carrera. «Me pagó, se bajó del taxi pero de repente, cuando creía que se iba, me abrió la puerta del conductor», cuenta Miguel. «Sal del coche y dame todo lo que tengas», le espetó el individuo. Miguel trató de tranquilizarle y le aseguró que le daría todo. Así, se quitó el reloj, una cadena, le entregó su teléfono móvil y los 110 euros que tenía entre la recaudación y el cambio. «Mientras le estaba dando mis pertenencias sacó un puñal del pantalón y me obligó a bajarme del coche a golpes. Se montó y se fue a toda velocidad». Uno de los puñetazos que recibió le provocó un hematoma en el ojo izquierdo y la rotura de las gafas. También tiene lesiones en la barbilla, además del daño psicológico (tiene crisis de ansiedad, estrés postraumático y por la noche tiene pesadillas con la escena vivida), que le ha impdido volver a subirse en el taxi, aunque es su forma de ganarse la vida. Tras el violento asalto, Miguel denunció los hechos y la Policía encontró el taxi al día siguiente. Estaba en el depósito de Vicálvaro porque el violento atracador lo había dejado «tirado» por la zona de Ventas. Los agentes le pidieron que le identificara pero él sólo recuerda a alguien delgado, con anorak y gorra, apenas le vio la cara. Eso sí, era español. Miguel se plantea ahora instalar una mampara en el taxi, a pesar de que le queda poco para jubilarse. «No sé si me compensa». Precisamente, la última vez que el gremio de taxistas se reunió con Cifuentes (hace dos meses) trataron el asunto de las mamparas protectoras.