Gastronomía

Un pedacito de Cádiz en Chueca

Pepón Nieto y su hermana Virginia inauguran Marengo, cuya casa madre está en Vejer de la Frontera.

Un pedacito de Cádiz en Chueca
Un pedacito de Cádiz en Chuecalarazon

Pepón Nieto y su hermana Virginia inauguran Marengo, cuya casa madre está en Vejer de la Frontera.

Madrid es un dinámico y divertido destino gastronómico. Ésta se divide en barrios de diferentes sabores y, sin duda, Chueca es el más ecléctico y en el conviven tanto establecimientos que marcan tendencia como mesas centenarias. Los hay de reciente apertura, que llegan para hacerse un hueco en la competitiva escena culinaria. Es el caso de Marengo, que hace cerca de dos meses abrió en el número 5 de la castiza calle Colmenares, junto a la Plaza del Rey. Al frente de los fogones encontramos a Virginia Nieto. Sí, hermana de Pepón Nieto, un apasionado de la buena mesa, como bien nos demostró durante su participación en Master Chef Celebrity. Sentados en la barra del novísimo restaurante, el protagonista de «La comedia de las mentiras» (Teatro La Latina), nos cuenta que nos encontramos en la segunda sede de Marengo, ya que la casa madre fue inaugurada hace cinco años en Vejer de la Frontera por su hermana Virginia y su socia, Laura Quintanilla. A día de hoy, es un restaurante consolidado: «Apuesta por una cocina muy reconocible elaborada con producto autóctono gaditano, pero con una impronta marinera y marenga. Siempre he necesitado sentir mi casa cerca. Por eso, me he embarcado en este nuevo proyecto. Para tener mi hogar también en el corazón de Madrid», relata el actor. Toda su familia se dedica a la hostelería. Sus padres ya se han jubilado, pero sus hermanos continúan en el sector. El objetivo de Peón es dar continuidad al espacio gaditano, que en temporada alta está a tope y en los meses flojos cierra sus puertas: «Ofrecemos la misma carta. Por eso, contamos con los mismos proveedores que nos sirven en Vejer», añade. Es decir, en Marengo ofrecen un buen atún de almadraba y una ternera retinta de primerísima calidad, lo mismo que el queso Payoyo, los aceites de Conil y la verdura de la comarca de la Janda: «Damos la vuelta a los grandes productos de la tierra gaditana a los que añadimos un toque muy malagueño, pero sin desvirtuar el sabor de los productos, que cada uno sabe a lo que debe de saber». Conocedora de las tendencias culinarias que dominan el sector y de los gustos de los comensales, Virginia ha diseñado una carta divertida. Así, quien se siente a la mesa de Marengo tiene la posibilidad de pedir el plato que desee en pequeño formato. Sí, las medias raciones se llevan. Sobre todo, porque hay quienes prefieren optar por un picoteo dinámico y probar varios platos de la carta entre varios comensales para así hacerse una idea de la apuesta gastronómica del establecimiento.

La carta se divide en varios capítulos. La encabeza «Algo más que minis», en el que destaca una clásica sopa fría malagueña, como es el ajoblanco, servido con gamba blanca. La mini tortilla de patata con salsa chipotle resulta perfecta para compartir, lo mismo que las albóndigas de choco con sofrito de curry, una deliciosa causa limeña con ventresca de atún y un pulpo braseado con patata machacada al pimentón. Sin embargo, el rey de la casa es el atún de almadraba. Lo ofrecen en tartar con aguacate, en sashimi o el lomo del pescado a la parrilla con espárragos y mayonesa de soja o su ventresca con tartar de tomates. Paladares carnívoros, no se priven del solomillo de ternera retinta preparado con patatas y verduritas, sí, pero la hamburguesa con huevo y queso es gloria bendita. Más si la armonizamos con un Forlong blanco, un vino ecológico elaborado a partir de palomino fino y Pedro Ximénez. Para terminar, una buena opción es descubrir la variedad de quesos de la sierra de Cádiz. Si no son lo suyo, la tarta de tres leches con fresas es una buena opción.