«Vino un tren por detrás y le pegó un “viaje” al primero que no veas»

Nadie se lo esperaba. Con las gafas de realidad virtual clavadas en los ojos pocos fueron conscientes de la sacudida que iban a sufrir en primera persona.

Nadie se lo esperaba. Con las gafas de realidad virtual clavadas en los ojos pocos fueron conscientes de la sacudida que iban a sufrir en primera persona.

«!Pum¡ Oímos un golpe seco y un hombre empezó a gritar muy alterado que dos coches se habían chocado», contaba ayer Salvador Ramos, uno de los testigos del accidente ocurrido en el Tren de la Mina del Parque de Atracciones. Salvador, como muchos otros, había decidido pasar un día en familia en este conocido parque de la capital. Sin embargo, como su hija todavía era demasiado pequeña, sólo él se dirigió hasta la atracción, mientras que su mujer y su pequeña se divertían en la zona de los niños –situada a pocos metros–. Según contó a este periódico, estaba en la cola cuando ocurrió el choque y aunque no pudo verlo por la gran cantidad de gente que tenía delante si vivió varios minutos de angustia en los que «todo el mundo gritaba y quería salir corriendo de allí». «He pensado en irme a casa después de esto, pero por no asustar a mi hija nos hemos quedado, aunque ha sido un momento horrible», concluyó Salvador mientras miraba a su hija que parecía no ser consciente de lo que había pasado.

Jordi Hernández también estuvo allí cuando ocurrió la tragedia que acabó con 33 heridos leves, siendo algunos menores de diez años. Este hombre estaba a punto de montarse en la atracción cuando sin motivo alguno «un tren se quedó clavado» y los trabajadores que se encargaban de gestionar el buen funcionamiento de las atracciones «no conseguían echarlo para adelante», relató Jordi. Pero la cosa no se quedó ahí. Pocos segundos después «vino otro tren por detrás y le pegó un viaje que no veas», dijo este joven en declaraciones a Europa Press, que además aseguró que, con el «porrazo», más de uno «se había dejado los dientes y la espalda».

No fue el único que tuvo que lidiar con esta imagen tan dantesca. Otros testigos que vivieron el accidente de cerca confirmaron a este periódico que «al ir con las gafas 3D puestas», nadie se lo esperaba y no pudieron ofrecer resistencia «para evitar el golpe». Por ello, según contó uno de los testigos, la mayoría salía «con collarín, con la boca sangrando de haberse dado con la barra de seguridad o con mascarillas de oxígeno» que los servicios de Emergencias decidieron ponerle a muchos de los atendidos para controlarles la respiración después del susto.

En el resto del Parque, el accidente no pareció tener mucha repercusión ya que los que no estuvieron por esta zona no se enteraron de lo ocurrido «hasta que no aparecieron aquí cinco ambulancias», contaba una mujer aún con el susto en el cuerpo.