Comunidad de Madrid
Vuelven del puente y se encuentran su piso okupado
Dos primos que viven juntos en Vallecas se fueron tres días de casa y al regresar se la encontraron okupada: una pareja había cambiado la cerradura y ya se había instalado allí
Dos primos que viven juntos en Vallecas se fueron tres días de casa y al regresar se la encontraron okupada: una pareja había cambiado la cerradura y ya se había instalado allí
Hay muchos métodos para saber si alguien vive en una casa. Entre otras técnicas que, curiosamente, comparten policías y okupas está, por ejemplo, dejar señuelos en la puerta como palillos o plastiquitos que, al abrir, se parten o se caen. Al volver en unas semanas para comprobar si siguen ahí, son un indicativo de que alguien ha entrado o no en la vivienda. Así se marcan las potenciales viviendas a okupar, pero, lógicamente, no siempre que se okupa se preocupan en comprobar primero si vive gente en la vivienda elegida. Eso parece que hicieron Moisés S. S. un guineano de 21 años y su pareja, una menor de 16. Su morada escogida fue un primer piso de la calle Monte Montjuich, 16. ¿El problema? Que sus propietarios se iban a dar cuenta muy pronto porque sí viven allí, según explicaron a la Policía.
Se trata de dos primos, Sergio y Alberto Sanjulián, de segundo apellido, que salieron de Madrid por el puente de Todos los Santos y, cuando regresaron, se encontraron con una pareja viviendo en su propia casa. Aseguran que no estuvieron fuera ni tres días: nada podía hacer indicar a unos okupas que la vivienda estaba deshabitada.
Así, al llegar a casa y meter la llave en la cerradura vieron que no entraba: la habían cambiado. También se dieron cuenta de que la puerta tenía rallones como de haber sido forzada previamente. Efectivamente, los nuevos inquilinos la habían forzado y, una vez dentro, llamaron a un cerrajero para cambiar la misma. Los chicos bajaron de nuevo a la calle y comprobaron que las ventanas estaban abiertas, señal de que había alguien en su interior, por lo que optaron por llamar a la Policía. Hasta el lugar se desplazó una patrulla de la Policía Nacional de la comisaría de Villa de Vallecas y primero procedieron a llamar a la puerta. Esperaban silencio o que opusieran resistencia, pero no, los nuevos moradores abrieron y confesaron que se habían metido allí a la fuerza. Los primos, por su parte, se quedaron estupefactos al comprobar que les habían cambiado los muebles de sitio, que estaba todo revuelto y que les faltaban algunas pertenencias: la televisión, una bici, un ordenador portátil y otros electrodomésticos, además de ropa, según detallaron a los agentes desplazados al lugar. Éstos, por su parte, procedieron a la detención del okupa adulto: Moisés, S. S., un tipo que a sus 21 años ya acumula nada menos que quince antecedentes en su ficha policial. A la menor, de sólo 16 años de edad, la pasaron a disposición del Grume (Grupo de Menores) de la Policía Nacional, quienes deberán pasarla ante la Fiscalía de Menores. Moisés fue detenido por un delito de allanamiento de morada, ya que este domicilio es vivienda habitual de estos jóvenes, que están empadronados allí y sus nombres aparecen también en el buzón. Eso, al menos, considera la Policía, a tenor de estas comprobaciones y por el testimonio de los chicos. Sin embargo, el vecino del rellano aseguraba ayer que allí no suele vivir nadie y que, quizás por esto, la pareja okupa se decantara por este piso y no otro de los muchos que hay vacíos en este barrio de Santa Eugenia.
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