Política

Cartagena

Arroyo exige soluciones para salvar las Cruces de Mayo

La candidata del PP a la Alcaldía de Cartagena se hace eco de las reivindicaciones de los hosteleros

Noelia Arroyo contempla una de las Cruces de Mayo. LA RAZÓN
Noelia Arroyo contempla una de las Cruces de Mayo. LA RAZÓNlarazon

La candidata del PP a la Alcaldía de Cartagena se hace eco de las reivindicaciones de los hosteleros

Tanto el PP como MC de Cartagena han criticado la decisión del Ayuntamiento de la localidad de modificar y suspender las fiestas de las Cruces de Mayo que deberían celebrarse el próximo fin de semana.

La candidata popular a la Alcaldía, Noelia Arroyo, se hizo eco ayer del malestar de los hosteleros y exigió soluciones inmediatas para salvar las fiestas, después de que los propios empresarios se pusieran en contacto con ella para mostrar su enfado con la gestión municipal, que ocasionará un grave perjuicio económico para el sector y para la imagen de la ciudad.

Arroyo comprendió el enfado de los hosteleros e hizo hincapié en que el ejecutivo municipal «les persigue, en lugar de buscar soluciones». Y añadió que «no es tan dificil» poner en la calle música sincronizada y limitada, ni establecer un horario para los conciertos en directo. «Solo hay que trabajar un poco y, sobre todo, hacerlo antes para que los problemas no se enquisten».

En sus críticas a la gestión municipal, la candidata popular recordó también la «improvisación» sobre las sillas para los desfiles de Semana Santa, que una semana antes de su celebración todavía no se había organizado. «Lo mismo que ocurre ahora».

Para Noelia Arroyo, no tiene sentido que una ciudad «que quiere ser turística viva en la improvisación permanente».

MC dice que es un «boicot»

Por su parte, el presidente de Movimiento Ciudadano, Jesús Giménez, señaló ayer que las condiciones impuestas por el Gobierno local de Cartagena a los hosteleros para las Cruces de Mayo, como no poder celebrar conciertos ni poner equipos propios de sonido, son un «boicot» al sector y señaló que es un ejemplo más de la «cruzada» que el gobierno municipal está desarrollando contra la hostelería.

Giménez se mostró partidario de la regulación de esta actividad y de la búsqueda del equilibrio entre el descanso y una ciudad viva. Y aseguró que eso no significa impedir los conciertos de pequeño formato.