Bélgica

Abdicación

La Razón
La RazónLa Razón

Seguimos por el sendero de la monarquía, la actualidad así lo demanda. Abdicar no ha sido algo grato para ningún monarca. Los reyes tienen un cargo vitalicio y, si interrumpen el ejercicio de sus reales funciones, es por la fuerza de distintos acontecimientos. Hay ejemplos variados: Alfonso XIII se vio obligado al exilio y más tarde abdicó después de muchas presiones en su hijo Don Juan, que a su vez renunció a sus derechos en favor de su hijo Don Juan Carlos. Eduardo VIII de Inglaterra abdicó por su boda con la aventurera Wallis Simpson. Leopoldo III de Bélgica fue obligado a la abdicación por su tibieza con los nazis. En el reino de los Oranges, Holanda, que según muchos historiadores fue la ruina del imperio español, en los últimos 100 años han sido titulares de la corona mujeres: Guillermina, Juliana y Beatriz, las tres han abdicado y a parecida edad. No ha sorprendido la renuncia de la actual reina Beatriz, se daba como segura. El gravísimo accidente de su hijo, el príncipe Friso, aumentó la seguridad en lo que el lunes se hizo oficial. Buscar paralelismo, para aconsejar que hiciera lo mismo nuestro rey, es debido a dos intereses: uno, el de los que de buena fe piensan que sería conveniente coronar a Don Felipe con objeto de parar el deterioro que la corona padece. Los otros son los que dan por hecho que, una vez que se aparte a Don Juan Carlos, la monarquía tiene los días contados. No parece que estemos en la mejor situación para el cambio: crisis, paro, corrupción, independentismo... Supongo que el rey querrá dejarle a su hijo un horizonte más despejado. Añadir que, cuando la restauración monárquica va a cumplir 38 años, todavía no existe la tan cacareada ley de la corona. En caso de renuncia, ¿en qué situación quedan los reyes, qué residencia y qué pensión se le habilita? En cuanto a doña Sofía, pasaría a ser la reina madre, continuando la tradición. En caso de viudedad, a día de hoy a la reina no le quedaría ni pensión. Todos estos detalles están perfectamente regulados en los reinos de la unión europea, como lo estaban en el reinado de Alfonso XIII. Creo que lo que procede es felicitar a Juliana de Holanda y nosotros quedarnos como estamos, sin temor a ningún efecto dominó.