Susana Díaz
La Junta «roba» a Espadas a su «número dos» en la oposición
Mercedes de Pablos, segunda deserción en el PSOE municipal
A Juan Espadas se le está poniendo cara de Raynaud, el varias veces candidato del PP hasta la irrupción de Zoido, «ungido» –en el argot de Torrijos– por la decisión digital de Arenas, alabado por sus maneras, elegancia y cualificación por sus adversarios, pero rechazado por los suyos por falta de mordiente. En determinados sectores del PSOE, incluso, se frotan las manos. «Ahí tienes tus independientes». Ayer se oficializó la salida de Mercedes de Pablos, su «número dos», del Ayuntamiento, por la incompatibilidad de su próximo cargo como directora gerente del Centro de Estudios Andaluces. En menos de un año se han caído dos de los pilares de su lista: el jurista Suárez Palomares y la citada periodista.
La consejera de Presidencia, Susana Díaz, a la sazón, secretaria general del PSOE de Sevilla y en las quinielas para ser candidata a la Alcaldía –si no hay puestos más golosos a su alcance (Susana, hasta ahora, nunca sale derrotada y suele ganar hasta cuando pierde, caso del 25M)– anunció ayer la sustitución de Carmen Mejías –secretaria general técnica de la Consejería de Cultura– por De Pablos, que ya compaginaba un puesto en el Centro de Estudios Andaluces con el Consistorio. Díaz destacó la trayectoria de la ex edil y valoró su conocimiento del centro para ser «alguien que saque la máxima rentabilidad» en estos tiempos de gestión de los restos del naufragio.
De Pablos formaba parte del grupo de confianza de Espadas, más allá de los nombres de partido impuestos en su día por el PSOE y cuya dedicación a las tareas de oposición resulta, en más casos de los éticamente aconsejables, manifiestamente mejorable. Aparte, Espadas se reparte entre el Senado y la Plaza Nueva. Mercedes de Pablos, como Juan Manuel Flores –que se queda con Antonio Muñoz, y pocos más, como núcleo fuerte del portavoz del PSOE– no cobran del Ayuntamiento y dedican –dedicaban, en el caso de De Pablos– todo el tiempo que pueden a la política local. Es decir, se va una concejal trabajadora. De hecho, si hubiera sido legalmente compatible, seguiría como edil.
La intención de Espadas es que la nueva directora del Centro de Estudios Andaluces siga en los órganos municipales que la ley permita, caso del Consejo de Administración de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. También participará en el programa electoral. Cuando su salida era oficiosa –pero segura–, con la glorieta de Bécquer como escenario, De Pablos intentó salvar la situación, sin anunciar algo que no podía aún, diciendo que «el futuro se inaugura todos los días». Su «futuro» no iba más allá «del Pleno» de ese viernes. Espadas aseguró que no buscaba «sustituto», con las formas que gasta el líder socialista cuando no puede decir lo que piensa. «Siempre voy a tener a Mercedes de Pablos a disposición, más claro que el agua». «Mi futuro es mi compromiso con Juan Espadas y con la ciudad y ése es mi presente», añadió ella. «No tiene fecha ni limitación», subrayó Espadas entonces. Ayer indicó que «hasta ahora Mercedes ha compatibilizado su trabajo en el Centro de Estudios Andaluces con su responsabilidad en el Consistorio, pero a partir de su nombramiento no podrá hacerlo. Esto no le impedirá seguir colaborando con el grupo, siendo la referencia en temas culturales y nuestra interlocutora con el sector. No pienso prescindir de ella». Igual vuelve... como «volverán las oscuras golondrinas» de Bécquer.
En realidad, por obligaciones del cargo, es ella quien prescinde de él, por más que se hable de «compromiso con la ciudad combinado con compromiso profesional». «Quienes se crean que van a dejar de ver a De Pablos por el Ayuntamiento se van a dar con un canto en los dientes», defiende Espadas. Teniendo en cuenta la dedicación mostrada, es posible que se la vea –aún sin poder ejercer– más que a bastantes ediles socialistas. En marzo se fue Suárez Palomares. «La oposición no era el destino de este grupo», dijo entonces el mismo Espadas que tras la debacle electoral aseguró que «aquí no hay huidas ni proyectos personales, sino un equipo político». Después se le fueron dos asesores. Ahora, se va Mercedes de Pablos. El poder desgasta, ahí está Zoido y los barómetros. No tenerlo, desgasta aún más.
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