Barcelona
Los sindicatos ponen en jaque la viabilidad de la planta de Nissan
Se niegan a firmar el pacto que garantiza 4.000 empleos con el nuevo modelo
Los plazos se acortan para la toma de decisiones y cada vez se está poniendo más difícil la viabilidad de la planta de Nissan en Barcelona si los sindicatos, especialmente CC OO, se niegan a firmar el acuerdo laboral propuesto por la empresa, que ha mejorado en las últimas semanas su oferta de salario anual en 4.000 euros. Desde Japón se debe tomar urgentemente una decisión sobre la producción de nuevos modelos. Si Barcelona se queda fuera de la elección, el futuro de la factoría se presenta más que incierto.
Encima de la mesa, la dirección de la empresa puso unas inversiones para la renovación de la planta de 130 millones de euros y la contratación a partir de 2014, fecha del inicio de producción del nuevo turismo, de 1.000 nuevos puestos de trabajo directos y otros 3.000 empleos más en la industria auxiliar suministradora de componentes para el vehículo. Pero a cambio, la planta de Nissan debería ser competitiva en costes de producción respecto al resto de las instalaciones del grupo.
Tras varios meses de negociaciones, sólo CC OO se opone a la firma del acuerdo, ya que el resto de los sindicatos parece estar dispuestos a la firma. Su reinvidicación se centra en el nivel salarial que alcanzarían los nuevos empleados. La oferta inicial, de 19.000 euros de salario base para el empleado de la línea de montaje, y que podría ser incrementado hasta los 25.000 al cabo de cinco años, fue mejorado por la empresa hasta situarse este tope salarial en 29.000 euros al cabo de siete años. A pesar de ello, CC OO sigue sin querer firmar. La dirección ha declarado su intención de no tocar los ingresos de los trabajadores ya contratados, que disfrutan de un nivel superior a la media del sector. Un empleado de la línea en Nissan llega a cobrar hasta 32.000 euros, mientras que la media del sector se sitúa en 25.000 euros.
Fuentes de la empresa reiteran que es necesario un acuerdo para asegurar la competitividad de la planta frente a los costes que presentan otras factorías del grupo Renault Nissan. De no lograrse el acuerdo, la planta catalana se quedaría con la producción de modelos todoterreno e industriales ligeros, con una producción máxima de menos de 100.000 unidades anuales, por lo que sobrarían 750 puestos de trabajo a corto plazo. Además, la empresa argumenta que una factoría con capacidad de producción de hasta 200.000 unidades anuales, no tiene viabilidad si trabaja a menos del 50% de su capacidad.
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