10.989: El segundo premio sonríe a un grupo de 33 amigos que se conocieron en EE UU

“He salido en bolas de la ducha al enterarme”, nos reconoce Borja, de 57 años. Fue su sobrino el que le avisó. Les había tocado el Segundo Premio. “No le he abrazado por cómo he salido, espero que no haya hecho fotos”, dice sonriente. Y la suerte no le ha sonreído solo a él. Borja se encarga desde hace unos 30 años de comprar la Lotería de Navidad a un grupo de 33 amigos de todo el país que se ven una vez al año. Se conocieron en un viaje a EE UU como estudiantes. “El pasado domingo quedamos justo aquí (en el bar Volapié, en Madrid) para tomar algo y entregar los 34 décimos” del 10.989. “La mayoría llevamos un décimo y hay un par que llevan dos. Un amigo que lleva dos fue porque fue a pagar desde el móvil (bizum) y le dio error y me pidió que le comprara otro y al final terminó con dos”, explica Borja, que compró el número agraciado por azar. “Cada año cambio de administración de Lotería y de décimo. En esta ocasión lo compré aquí, en la calle Felix Boix, 4, porque aquí vive mi madre”.

“Aún no sé en qué me lo voy a gastar”, dice sonriente. “Solo tengo ganas de ver a la gente”, añade. Pero hay un viaje que tiene pendiente este grupo de amigos: “ir a las Vegas, pero no para jugar. Es una broma que siempre nos decimos cada vez que compro la Lotería, y me imagino que iremos”.

Él lleva un décimo, pero, según nos cuesta su sobrino Javier, no es su único tío agraciado: “Son siete hermanos y les ha tocado a cuatro, dos que compartían un décimo y dos tíos con un décimo cada uno”. “Me imagino que les permitirá llevar una vida más tranquila y pensar en la jubilación que a algunos de mis tíos están cerca. No sé lo que harán con el dinero, yo trabajar, ellos celebrarán estas fiestas como siempre, en familia. Eso sí el cordero estará bueno”, asegura Javier, al que se le ve más que contento por el premio de sus tíos.