Contenido patrocinado
Endesa
Se busca a los guardianes del clima y a los inventores del futuro
La juventud española destaca en los Premios a la Ecoinnovación y los Premios RetoTech de la Fundación Endesa por sus iniciativas para salvaguardar la biodiversidad o para mejorar la inclusión social a través de las nuevas tecnologías
“Somos solo un pequeño grupo de alumnos de Bachillerato. Sabemos que es un proyecto ambicioso, pero creemos que es el momento de no mirar para otro lado, debemos cuidar lo que nos da vida”. El que habla es José Ángel. Y lo hace con seguridad. A sus 17 años, ejerce de altavoz para los guardianes de la Sierra de los Filabres, el espacio vegetal más extenso de Almería. La cuadrilla de “guardabosques” está formada por sus compañeros de clase y el equipo docente del IES Alto Almanzora de Tíjola, capitaneado por Belén Mesas, profesora de Ciencias de la Tierra y del Medio Ambiente. ¿Su misión? Lograr que este entorno, que frena el avance del desierto de Tabernas, sea declarado Parque Natural.
Sus esfuerzos no han sido en vano. Belén volvió a presentar a su alumnado a los VI Premios a la Ecoinnovación de la Fundación Endesa, en colaboración con la Fundación Europea Sociedad y Educación. Ya en la anterior edición, lograron quedar entre los 16 semifinalistas. Esta vez, iban a ganar. Lo consiguieron: el proyecto “Conectados por Filabres” se alzó con el Primer Premio de la categoría “Mejorar tu entorno”.
Este es solo uno de los muchos ejemplos de empeño que protagonizan, cada curso, miles de alumnos y alumnas en la lucha contra el cambio climático y la preservación de la biodiversidad. Desde su creación en 2016, casi 200.000 estudiantes de 1.067 centros educativos españoles se han presentado a los Premios a la Ecoinnovación de la Fundación Endesa. Para la sexta entrega, celebrada el pasado junio, se presentaron 271 proyectos.
Estos galardones son solo una pieza más del abanico de iniciativas de la Fundación Endesa para “fomentar una educación de calidad e innovadora como principal herramienta para crear una sociedad con más oportunidades”, explica Ana Berengena, directora de Áreas Corporativas de la Fundación Endesa. Ese es el objetivo de los programas educativos de la entidad, dirigidos a “apoyar el talento y excelencia académica, a promover las vocaciones STEM y el emprendimiento tecnológico, el cuidado y el compromiso con el entorno o el conocimiento del mundo de la energía y la eficiencia energética en las aulas”. En definitiva, todo un trabajo por una sociedad mejor a través de la mejor herramienta de cambio positivo: la educación.
Minivolcanes y un circo de pulgas
El mencionado no es el único proyecto que sobresale en el ámbito de la innovación en educación. Para percatarse de ello basta con asistir a una edición de RetoTech, una de las más grandes ferias de experimentos, ciencia y emprendimiento de España. Desde 2016, cerca de 45.000 alumnos y más de 3.000 profesores se han beneficiado de esta iniciativa, mejorando sus habilidades tecnológicas y plantando la semilla en las mentes inventoras del futuro.
En la edición de este año, el alumnado de las comunidades autónomas de Madrid, Aragón, Andalucía, Extremadura, Cataluña, Islas Baleares y Canarias se enfrentó a un desafío: desarrollar un proyecto tecnológico que resuelva una necesidad real utilizando técnicas como la robótica, la programación o la impresión 3D.
Para ello, el festival se desarrolla durante todo el curso en tres etapas. Primero, el profesorado recibe formación por parte del equipo de RetoTech y, en segundo lugar, se trabaja en el aula con el material (kits de robótica de la familia Arduino o tecnología Android) aportados por la Fundación Endesa. Por último, se prepara el proyecto final y se presenta en festivales. En esta edición, la séptima que se celebra, inventos sorprendentes dejaron con la boca abierta a los asistentes en los seis festivales celebrados en toda España.
En el que tuvo lugar en la capital, el pasado junio, se anunciaron a los ganadores de la Comunidad de Madrid y de Aragón. Había nervios, ilusión, muchas ganas de participar y de comunicar y dar a conocer las ideas y proyectos de cada “cole”. Desde un curioso sistema para ahorrar papel higiénico ideado por los alumnos del CEIP San Miguel (en Mora de los Rubielos, Teruel) que había evitado la producción de 1.469 nuevas servilletas desde abril, según la profesora Rosa Rubio, hasta un exoesqueleto que permite patinar a personas con movilidad reducida elaborado por el CEIP Monte Oroel (Huesca).
Hay proyectos que destacan más por lo que sucede detrás de las bambalinas, como la maqueta a escala del volcán de La Palma elaborada en las Aulas Hospitalarias y el SAED (Servicio de Apoyo Educativo Domiciliario) para Educación Primaria de la Dirección de Área Territorial Madrid Sur, que comprende cinco hospitales en los que los y las maestras atienden al alumnado convaleciente que, debido a su enfermedad, no puede asistir al colegio. “Participar en este tipo de eventos aporta a estos niños un poco de normalidad y trabajo en equipo, de no sentirse solos, aparte del aprendizaje”, destaca Cristina Domínguez, profesora en el Hospital Universitario de Getafe.
A nivel local, el Colegio San Agustín (Los Negrales) se alzó como ganador de la Comunidad de Madrid, con el proyecto “Autoescuela San Agustín”, diseñado para que los más pequeños de la escuela pudieran aprender educación vial en el centro. Los 120 estudiantes que participaron diseñaron una pista para seis coches teledirigidos por bluetooth a través de tablets. “Son como piezas de un rompecabezas que se pueden combinar como se quiera para formar distintas ‘ciudades’, con sus señales de tráfico y todo”, explica uno de los nueve alumnos que asistieron a presentar su iniciativa. “Los semáforos tienen detectores para ‘multar’ si se los saltan en rojo”, prosigue. Lo mejor, dice, es que “cada persona de este grupo sabe hacer una cosa diferente”. Y eso es, en su opinión, lo que les ha hecho llevarse a casa el premio.
Un proyecto de LR Content
✕
Accede a tu cuenta para comentar