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“Para nosotros, la innovación es una constante irrenunciable en educación”
Con más de medio siglo a sus espaldas, el Colegio École se ha convertido en uno de los centros educativos de referencia en Asturias. Hablamos con su directora, María Elena Cueva López, para que nos explique su proyecto
¿Cómo fueron los inicios del centro?
El colegio comenzó su actividad hace 51 años, en 1971. Nació en Oviedo gracias al trabajo y el esfuerzo de tres amigos que se convierten en socios fundadores después de una crisis de la academia que tenían. Alquilaron unos chalets en el centro de la ciudad y allí estuvieron hasta que estos se quedaron pequeños y en 1983 se estrenaron las instalaciones actuales, situadas en plena naturaleza. Desde entonces han sido muchas las promociones de alumnos que han crecido, hecho amistades y aprendido en el colegio.
¿Qué balance hacen de estos años de trayectoria?
Estos 51 años dedicados a la docencia han supuesto una forma de vivir y de trabajar muy especial. Siempre hemos sido un centro con un ambiente muy familiar, lo que permite estrechar lazos y mantener un arraigo muy fuerte. Han salido muchas promociones de nuestras puertas que mantienen una vinculación emocional con el centro muy alta.
¿Qué cursos se imparten en el colegio École?
Tenemos clases desde 1º de infantil (3 años) hasta 2º de bachillerato (18 años). Actualmente tenemos unos 400 alumnos, 32 profesores y 21 trabajadores no docentes.
¿Cuál es la estructura actual del centro en lo relativo a instalaciones?
Contamos con 4 edificios situados en 45.000 m2 de jardines y bosques. Hay un edificio para cada etapa (Infantil, Primaria y Secundaria y Bachillerato), un polideportivo en el que se encuentra también un salón de actos recién estrenado. Tenemos canchas exteriores, pista de atletismo, una pista de pádel 4 aulas exteriores, una huerta, un invernadero y muchísimo espacio verde.
¿Cómo definiría la filosofía y el proyecto educativo del centro?
En el colegio respetamos y apreciamos las diferencias de cada alumno. Fomentamos el espíritu crítico como la capacidad de análisis que permitirá al alumnado afrontar el futuro adaptándose a las necesidades cambiantes del entorno. Creemos en personas equilibradas en las que la armonía entre sus diversas facetas le proporciona un bienestar necesario para adquirir conocimientos, relacionarse consigo mismo y con los demás de forma satisfactoria.
¿En qué se traduce esa forma de entender la educación en el día a día de la escuela?
Estamos en constante evolución para proporcionar a nuestros chicos una variedad de aprendizajes y metodologías como el trabajo colaborativo, el trabajo por proyectos, el deporte, la música, la inteligencia emocional, la programación o la robótica. La atención y la motivación son parte fundamental del proceso de construcción del aprendizaje.
De entre todas esas actividades cabe destacar el teatro, ya que es el proyecto más complejo y que más capacidades y competencias pone en funcionamiento: competencias lingüísticas, capacidad para hablar en público, funciones ejecutivas para resolver imprevistos, memoria, cohesión grupal, mejora las relaciones con los compañeros y con sus profesores, entre otras. Cada uno tiene la oportunidad de destacar en alguna de estas facetas y aumentar así su autoestima.
¿De qué manera se contempla la importancia de las lenguas en el centro?
Todos los alumnos que acaben el colegio deben dominar el inglés con fluidez. Deben ser capaces de expresar sus ideas en este idioma y de comunicarse fácilmente y sin complejos en público. Además, deben tener conocimientos en un segundo idioma extranjero; en nuestro caso hemos optado por el francés, por las salidas profesionales, por la cercanía física con organismos europeos y por la raíz común con nuestro idioma.
¿Qué papel juegan las familias en el éxito del colegio École?
Las familias son cruciales en el aprendizaje del alumnado. Por eso fomentamos una comunicación fluida entre los docentes y las familias, que reciben información constante de la evolución de sus hijos, vienen al cole a compartir sus experiencias con el alumnado y forman parte esencial de todo el proceso.
¿Tiene espacio la innovación en un ámbito como la educación?
Por supuesto, la innovación debería ser una constante irrenunciable en la educación. Los alumnos de hoy en día no son como los de hace 50 años, de manera que no podemos seguir enseñando igual. Hay que evolucionar y al igual que ocurre en la naturaleza es preferible que los cambios sean paulatinos y medidos. Los alumnos que acaban de entrar al colegio en 1º de infantil accederán al mercado laboral entre 2040-45. Tenemos que anticiparnos y dar respuesta a esos cambios.
¿Cuáles son los retos de futuro del colegio?
El reto más cercano es abrir la línea internacional que la pandemia nos obligó a retrasar. Otro plan es profundizar en la enseñanza-aprendizaje de programación y robótica incluyéndolas en todas las asignaturas al igual que hacemos con el inglés, puesto que, según avanzan los expertos, en el siglo XXI dominar los conceptos de programación será tan importante como ahora lo es el dominio del inglés. Y, por supuesto, seguir mejorando cada día para atender mejor las individualidades de cada niño o niña.
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