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Reportaje

Biomasa: la baza 'oculta' de España para reducir incendios y generar empleo en el campo

El país está desaprovechando un tesoro energético: la biomasa que generan sus bosques y su agricultura. Convertir estos residuos en energía puede, además, ayudar a reducir el riesgo de incendios

Poda de olivos, biomasa Jesús G. FeriaLa Razón

España sufre una media de 10.000 incendios forestales al año. Una de las causas es la acumulación de biomasa en los montes: el Inventario Forestal Nacional calcula que las existencias de madera se han duplicado desde los años noventa, pero apenas se aprovecha un 35% del crecimiento anual frente al 61% de la media europea. Así, cada año se acumulan 22 millones de toneladas de madera sin utilizar que, lejos de ser un recurso, acaban convertidas en combustible para las llamas.

Gestionar esa biomasa agroforestal y darle un uso energético puede reducir el riesgo de grandes incendios, generar empleo rural, disminuir las emisiones de CO₂ y reforzar la independencia energética. Esto es porque la fracción biodegradable de los productos y residuos agrícolas, ganaderos y forestales puede transformarse en electricidad, calor, biometano o combustibles líquidos renovables gracias a la tecnología.

"A pesar de que la energía solar y la eólica son más conocidas cuando hablamos de renovables, la realidad es que la biomasa es la gran protagonista en la generación térmica y supone del 70 al 80% en calefacción y calor industrial renovable", explica Javier Díaz, presidente de la Asociación Española de la Biomasa (Avebiom).

Un ejemplo claro lo encontramos en Socuéllamos (Ciudad Real), donde la empresa de Agustín Nieto, Grúas Nilo, no se dedica únicamente al transporte por carretera, sino que también recoge cepas y sarmientos de los viñedos de toda la provincia para llevarlos a una planta que genera electricidad a partir de biomasa en Puertollano.

Los subproductos de la industria de la madera también son biomasaSandra R. PovedaLa Razón

En total, su empresa da empleo a una quincena de personas en temporada alta, demostrando cómo la biomasa puede revitalizar territorios castigados por la despoblación, al tiempo que ayuda a prevenir incendios.

Pero el caso de Grúas Nilo es tan solo un ejemplo de cómo la construcción de plantas de recogida y tratamiento de biomasa agroforestal cerca de las explotaciones genera empleo en la España rural. Según Avebiom, el sector generó en 2022 una facturación de 4.500 millones de euros y dio empleo a 50.000 personas directas e indirectas, alcanzando un 0,3% del PIB.

El tesoro energético que España infrautiliza

España, además, cuenta con una ventaja diferencial: es el segundo país de la Unión Europea en superficie agrícola y el tercero en superficie forestal. Sin embargo, gran parte de este potencial está desaprovechado. Sustituir combustibles fósiles importados por energía autóctona significaría reducir la dependencia exterior y mantener la riqueza en España.

Biomasa y energíaMiguel RosellóLa Razón

Además, Javier Díaz señala que "aunque la tendencia general es electrificar la generación de calor en la industria y los hogares, la biomasa ofrece una solución rápida y renovable, algo que estos últimos años ha impulsado importantes inversiones por el sector industrial y agroindustrial, y que además de desvincular su coste energético de la electricidad, o el gas natural, evita la sobrecarga de la red eléctrica".

A futuro, se prevé que la biomasa tome relevancia en la producción de combustibles 100% renovables como el biometano (que ya se inyecta en la red actual como sustituto del gas natural) y otros combustibles clave para reducir las emisiones en sectores difíciles de electrificar como el transporte aéreo, marítimo o pesado.

"Obtenerlos a partir de la abundante biomasa que genera el campo español es el futuro de los combustibles renovables", explica Pedro Segovia, gerente de Desarrollo de Negocio de Biomasa en Repsol, que instaló en Cartagena la primera planta industrial de la Península dedicada a este tipo de combustibles.

Actualmente esta planta utiliza aceite de cocina usado y grasas residuales como materias primas, con los "que técnicamente es más sencillo producir combustibles renovables, pero es un tipo de residuo más escaso. Cuando las tecnologías estén maduras —y en algunas ya se está cerca—, la biomasa será determinante para producirlos, ya que España dispone de enormes recursos", añade Segovia.

El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) prevé que la biomasa agroforestal alcance en 2030 una potencia de 1.409 MW en plantas de cogeneración, más del doble de lo que se generaba hace una década. Una parte de este incremento procederá de la valorización de restos agrícolas —como el olivar o el viñedo— y de la biomasa forestal obtenida en labores de prevención de incendios.

Ya sabemos que España dispone de abundantes recursos para que la biomasa agroforestal sea un pilar de su transición energética. El reto ahora es pasar de la teoría a la práctica: multiplicar las plantas de recogida, aumentar aprovechamientos de los residuos forestales y acompañar estas inversiones con políticas estables e innovación.

Biomasa natural a partir de hojas secas y astillas de maderaDreamstime
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