Música

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127.000 euros por un concierto (y un cóctel VIP y una foto) de la inmortal Madonna

La entrada más cara de la historia por asistir a un recital musical se produjo en Miami en 2016 y toda la recaudación fue a parar a proyectos solidarios en Malawi.

Madonna en la gala MET 2017
Madonna en la gala MET 2017Doug PetersGTRES

Algo de consuelo hay en saber quién ostenta uno de los récords más particulares de la historia de la música: la entrada más cara nunca jamás cobrada por asistir a un concierto. Sería bastante complicado de sobrellevar que en lo más alto de esa lista estuviera algún que otro jovencito, o jovencita, que no fuera mucho más que un fenómeno de masas sin un ápice de talento. Pero no. Afortunadamente, ese honor corresponde a la grandísima Madonna.

Controvertida y polémica desde que apareció en la escena, quizá ese halo de misterio que siempre la ha rodeado ha evitado disfrutar en su justa medida de la inmensa calidad y talento que atesora la estadounidense Madonna Louise Ciccone. Algunos de sus discos, Like a prayer, sin ir más lejos, son auténticas joyas musicales, puras obras de arte que deberían pasar a la posteridad como bien se merecen.

Hasta que Madonna instauró un nuevo récord, este no correspondía a unos cualquiera; más bien, todo lo contrario. El último concierto de la gira de Led Zeppelin, celebrado en Londres en 2007, con Robert Plant y Jimmy Page sobre el escenario, sacó entradas a la venta por 83.000 libras, alrededor de 100.000 euros.

La plusmarca era complicada de superar y tuvieron que pasar nueve años para que un nuevo récord asomara en esta particular lista de los Guinness. Fue el 2 de diciembre de 2016 en un concierto promovido por Madonna. Lo primero que hay que contar es que toda la recaudación iba a ir destinada a varios proyectos solidarios en Malawi, muchos de ellos llevados a cabo por la ONG Raising Malawi, que contaba con la cantante como una de sus patronas. Para ellos fueron los 7,5 millones de dólares que se recaudaron.

La cita era en el Art Basel de Miami y el aforo estaba completamente restringido a 400 personas, fieles de la cantante y poseedoras de una cartera de amplísimo fondo. Las entradas más baratas que se pusieron a la venta eran de todo menos baratas: al cambio, 4.500 euros del ala. Pero lo fuerte venía después. Hubo algunas personas, alguna que otra viendo la posterior recaudación, que optaron por el paquete completo y compraron tíckets que costaban la friolera de 127.000 euros.

Obviamente, por esa cantidad no solo se asistía al concierto de Madonna, sino que el pack contenía la propia entrada al concierto, una comodísima mesa para presenciarlo desde el más afortunado de los lugares, un cóctel VIP de bienvenida y, ojo al dato, una foto con la propia cantante estadounidense. Aquel recital, en el que a Madonna la acompañaron la por entonces prometedora Ariana Grande y su exmarido, el actor Sean Penn, fue todo un éxito y quedó para la historia.