Patrimonio
El Ayuntamiento de Madrid vuelve a limpiar las pintadas en la plaza del Dos de Mayo
La plaza del Dos de Mayo, convertida en el corazón de la zona de Malasaña, cuenta con un gran valor histórico desde su construcción en 1869. Supone un coste de 10.780 euros diarios
El vandalismo de las pintadas que noche tras noche llenan el mobiliario urbano, los monumentos de la ciudad, los cierres de los comercios, paredes y cualquier superficie que al “artista” le parezca oportuno “decorar”, siempre según su criterio, cuenta a las arcas municipales 10.780 euros diarios, sólo en limpieza.
La plaza del Dos de Mayo, una de las más concurridas del distrito de Centro, es una de las zonas que más pintadas vandálicas recibe, y tien que ser sometida a una limpieza cada cierto tiempo, como la que se acaba de llevar a cabo éstos días que ha dejado los bancos de granito vuelvan a ser puntos de descanso para todos los vecinos. De hecho, la última vez que tuvo que ser sometida a un proceso de limpieza de pintadas vandálicas fue el pasado mes de febrero. Ahora vuelve a estar limpia de grafitis gracias a los servicios de limpieza del Área de Gobierno de Medio Ambiente y Movilidad del Ayuntamiento.
El pasado mes de octubre el Ayuntamiento de Madrid, a través de la Junta Municipal del Distrito de Centro, se sumó con la campaña Firmas, impulsada por las asociaciones y plataformas vecinales Vive Malasaña, SOS Malasaña, ACIBU y Esto es Pez, a una iniciativa conjunta para concienciar sobre el problema que supone la presencia de grafitis en las calles y en los espacios del distrito, principalmente en esta zona de Malasaña.
Deterioro y daño medioambiental
Desde el Ayuntamiento de Madrid ponen de manifiesto que aparte del que suponen para este tipo de instalaciones de granito, los grafitis implican un deterioro de las calles y del patrimonio histórico de la ciudad, a la vez que este tipo de pintadas con materiales corrosivos provocan un elevado coste tanto económico como medioambiental. El gasto medio anual en limpieza de grafitis para las arcas municipales asciende a 2,6 millones de euros, lo que representa un importe de 10.780 euros por día de trabajo.
Su eliminación requiere del empleo de un material especial para la protección de los trabajadores y, por otro lado, la utilización de productos de limpieza específicos para que no dañen la instalación o el monumento. El agua necesaria para proceder a esa limpieza, así como la contaminación provocada por el vertido de los productos químicos empleados, supone un importante coste medioambiental.
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