Concepción Arenal, madre de la transformación social

A las mujeres de siglos pasados no solo les costó ser pioneras, sino que, cuando consiguieron no con poco esfuerzo romper las reglas y hacerse un hueco en un mundo liderado por hombres, a su recuerdo le sigue costando hoy luchar contra el silencio que las hizo invisibles. Es por eso que, ahora, cientos de años después, les debemos a todas ellas un lugar en la historia, empezando por su reconocimiento. Así, con motivo del segundo centenario del nacimiento de una de las pensadoras más importantes del siglo XIX en el país, la Biblioteca Nacional de España y Acción Cultural Española presentan la exposición «Concepción Arenal. La pasión humanista 1820-1839». Una muestra que pretende recuperar el enorme legado de una mujer cuya obra, sin embargo, ha pasado desapercibida, oculta tras su acción caritativa, mucho más fácil de admitir en una época en la que a ellas se les reservaba de forma casi absoluta el espacio privado y los cuidados.

Concepción Arenal nació en el momento justo, pues, casi a la vez que su mayoría de edad, llegará a España la contemporaneidad. Y es que, en 1839, se estableció en el país el Estado liberal burgués, punto y final de un proceso que se había iniciado en 1833 con la Primera Guerra Carlista tras la muerte del rey Fernando VII y el fin de la llamada Década Ominosa. Firmada la paz, el reinado de Isabel II en España fue entendido más allá de las fronteras nacionales como un triunfo del liberalismo en Europa en un tiempo en el que las revueltas contra el poder absolutista eran constantes. Un contexto más que propicio para el cambio, impulsado, entre otros, por la autora natural de Galicia, considerada hoy clave en el proceso de modernización que experimentó España bajo el mando de una reina.

En sintonía con sus contemporáneas y en los márgenes del guión escrito por ellos desde el androcentrismo, Concepción Arenal se entregó a las letras en todas sus formas: desde crónicas de guerra hasta obras dramáticas y poemas pasando por el desarrollo de un sólido pensamiento filosófico que contribuyó a la reforma de las instituciones de la época y a la consiguiente transformación social de España. En este sentido, destaca su implicación con el derecho de las personas encarceladas y, como no podía ser de otro modo, también con el incipiente movimiento feminista, que entonces giraba fundamentalmente en torno a la educación y al voto.

La exposición, comisariada por Anna Caballé y Cristina Peñamarín, cuenta con más de 120 piezas originales entre las que hay tanto manuscritos y correspondencia como primeras ediciones y fotografías, todo ello dividido en dos hilos narrativos principales: por un lado, en la Sala Hipóstila, los visitantes podrán conocer los hitos biográficos que forjaron el carácter de Concepción Arenal, un personaje desconocido para la mayoría; por otro, en la Sala Recoletos, el recorrido se centra en los grandes temas que ocuparon a esta brillante mujer a lo largo de su vida. En paralelo, la muestra hace un pequeño retrato de las España de la primera mitad del convulso siglo XIX como contextualización del pensamiento y obra de la que es la impulsora del Trabajo Social en el país.

Hasta el próximo día 4 de abril, los madrileños y madrileñas podrán descubrir o profundizar en el perfil de Concepción Arenal, madre junto a otras muchas del país de garantías sociales que conocemos hoy, en la Biblioteca Nacional de España y de forma gratuita. Una oportunidad única de agradecerle a Concepción Arenal el no haberse rendido. Le debemos el reconocimiento.