Elecciones

La nueva batalla Iglesias-Errejon se libra en Madrid

El líder de Podemos se toma la revancha del «pacto de las empanadillas» y se presenta a las elecciones autonómicas

El Congreso debate la prórroga del estado de alarma
El líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, e Íñigo Errejón, de Más País, la franquicia nacional de Más MadridPoolPool

«Cuando tú vas, yo vengo de allí». Si las relaciones entre antiguos compañeros de retos y desventuras políticas llevaran título, este verso podría resumir a la perfección los rifirrafes entre los que un día fueron amigos. Los dos empezaron su andadura casi de la mano en las primeras filas de un partido que fundaron juntos, uno como cabeza de lista y otro como jefe de la que fue la primera campaña electoral a la que se enfrentó Podemos. También los dos estrenaron escaño en el Congreso de los Diputados compartiendo bancada el mismo día de enero de 2016.

Pero llegó ella, y la sintonía entre los dos perfiles altos del partido empezó a resquebrajarse hasta hacerse añicos en una historia por capítulos cuya última entrega se hizo pública cuando el vicepresidente Pablo Iglesias anunció que se echa a un lado en el Gobierno para dar un paso al frente en la Asamblea. Un movimiento que podría encontrar alguna que otra analogía en el que no hace mucho jugó Íñigo Errejón, eso sí, en dirección opuesta. Y todo empezó con lo que parecían unas inocentes empanadillas.

A tres días de Noche Buena, una hospitalaria anfitriona recibió en su casa a un joven ambicioso para celebrar una de esas reuniones distendidas que, pese a la informalidad, lo vuelcan todo. Entre decepcionado por una fusión de la izquierda con la que no estaba de acuerdo y resentido por una autoridad aparentemente perdida en el que había sido su equipo, en diciembre de 2018 Íñigo Errejón acudió a casa de la entonces alcaldesa para conocer de primera mano sus dotes culinarias y, de paso, el nuevo proyecto político de Manuela Carmena de cara a las elecciones municipales de 2019. Y debió de salir sorprendido, tanto con lo uno como con lo otro, porque llegada la hora, no le costó abandonar el barco de Unidas Podemos para seguir los pasos de su nueva mentora y presentar su candidatura a la Presidencia de la Comunidad por Más Madrid, la nueva marca de Ahora Madrid. En aquellas elecciones autonómicas de 2019 obtuvo 20 escaños y una envidiable cuarta posición a los ojos de los escasos siete escaños que logró rascar la formación morada, un lugar por debajo de Vox.

Pero, por si al líder de Podemos no le hubiera bastado este golpe del que fuera su número dos unos meses atrás, Íñigo Errejón fue un poco más allá e hizo de su proyecto autonómico uno nacional bajo el nombre de Más País para concurrir a las elecciones generales de noviembre del mismo año. Le fue algo peor, haciéndose con dos asientos en el Congreso de los Diputados en el que, de nuevo, comparte espacio de trabajo con Pablo Iglesias, pero desde asientos muy separados, literal y metafóricamente. A Errejón no le salió bien la jugada esta vez; quién sabe si no estaría ocupando hoy un ministerio en el primer Gobierno de coalición de la historia democrática de España en lugar de ser parte de un grupo parlamentario misceláneo con poca capacidad de cambio y aún menos protagonismo.

Pablo Iglesias candidato en Madrid

Y ahora, como si ambos estuvieran destinados a perseguirse en una carrera por no encontrarse en ninguna parte ni perderse de vista por un instante, es Pablo Iglesias el que añade otra pizca de sal a esta historia de muchos «cuando tú vas, yo vengo de allí». El líder de Podemos se presenta a las próximas elecciones convocadas anticipadamente por Isabel Díaz Ayuso en un gesto a la desesperada por evitar que Unidas Podemos se quede a las puertas del temido 5% frente a un Más Madrid liderado por Mónica García mientras Isa Serra espera respuesta del Tribunal Superior de Justicia de Madrid a su recurso tras ser condenada por un delito de atentado y de lesiones leves tras participar en una protesta contra un desahucio.

Con ello, Iglesias aviva una historia que, por el momento y con la posibilidad de una candidatura de izquierdas unitaria a la Presidencia de Madrid en el aire, parece claro que sigue sin final.