Radiografía
Monasterio: Férrea y con ideario, pero a la sombra de otros líderes
La suerte de la candidata de Vox, señalan los expertos, depende no solo de Santiago Abascal, sino también de la propia Ayuso
Durante la noche de electoral del 4-M, los votantes del PP tendrán un ojo puesto en los resultados de Isabel Díaz Ayuso y otro en los escaños que obtenga Rocío Monasterio. Las encuestas varían, pero su lectura es unánime: el apoyo de Vox será necesario para que la actual presidenta renueve su mandato. ¿Con qué cartas juega a su favor y cuáles le son desfavorables en esta última semana de campaña electoral?
«Tiene un ideario claro: si por algo se caracteriza Vox es porque, desde su irrupción en la política a primer nivel, defiende pocas ideas y las expresa de forma muy clara, algo que Rocío Monasterio mantiene en su candidatura a la Comunidad», explica Eduardo G. Vega, profesor en la Facultad de Comunicación de la Universidad Camilo José Cela (UCJC) y consultor en el Centro Internacional de Gobierno y Marketing Político (Cigmap).
De hecho, Vega considera que «su campaña gira más en torno a la idea nacional de Vox que a cuestiones concretas de la región. En campaña electoral es fundamental para el éxito tener pocas ’'ideas fuerza’' y comunicarlas con efectividad».
Por su parte, Pedro Marfil, profesor de la UCJC, politólogo y miembro de la Asociación de Comunicación Política (ACOP), ve tres fortalezas. La primera, la pedagogía. «Su tono amable trata de explicar las medidas y sus porqués». A esta cualidad habría que añadir la «templanza». «Nunca pierde los nervios. Esto es positivo en contextos de confrontación», señala. Y a su vez, la candidata de Vox es «correosa» en el debate, difícil de doblegar. «Es capaz de dar la vuelta a un argumento y sacar provecho de sus réplicas», asegura Marfil.
En cuanto a su imagen, Vega cree que Monasterio cuenta con «una imagen personal bien apreciada entre sus afines, domina la comunicación no verbal, gestiona con personalidad sus redes sociales y responde al perfil que transmite su partido, empatizando con sus votantes».
Por otro lado, el profesor de la UCJC considera que también le es favorable la expectativa, a pesar de que las encuestas no están dando a Vox el resultado que sus dirigentes esperan. «El “efecto Ayuso” ha bajado la expectativa de Vox en estas elecciones, algo que ya le ha sucedido en otros comicios y que finalmente ha acabado jugando a su favor.
Una expectativa baja en la previa siempre permite leer los resultados electorales en clave de triunfo, y Vox va a la estela de la candidata popular sabiendo que puede ser la formación decisiva para configurar un gobierno».
«No veo en ella ninguna fortaleza, salvo que pertenece a la marca Vox, ahora mismo asociada a la protesta», afirma por su parte Ana Sofía Cardenal, profesora de Ciencia Política en la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).
Por contra, Cardenal señala «debilidades extremas». La principal de todas ellas es que «Ayuso se la come. Como candidata, no se diferencia de ella suficientemente. No hay un contraste. Ni en el discurso, ni en el perfil sociodemográfico. Ambas mujeres, en la misma franja de edad... Está por ver cuántos votos va a obtener pero los que obtenga, será por la marca de Vox, no por ella misma».
En lo que respecta a sus flaquezas, la primera que señala Eduardo G. Vega es que trata de una «una candidata poco conocida en lo personal entre aquellos ciudadanos madrileños que no siguen la primera línea de la política. Y eso es un problema que se agrava compitiendo contra figuras mediáticas como Díaz Ayuso o Pablo Iglesias, que acaparan mucha cuota de exposición en los medios de comunicación.
La baza personal es importante en una contienda de estas características, y la candidata de Vox es, junto a Mónica García, la más perjudicada en este sentido».
Vega cita otros dos nombres que suponen también un lastre para Monasterio. El primero, el del líder nacional de su partido, Santiago Abascal. «Acapara todo el protagonismo de su partido en la campaña electoral, algo que puede sumar por la estrategia de Vox, pero que perjudica personalmente a Rocío Monasterio». Si bien la formación «tiene estudiada la estrategia y pensará que esta fórmula es la más rentable para sus intereses, debilita a la candidata en su lucha por aumentar la visibilidad y el conocimiento de su imagen entre la gente».
En ese sentido, Pedro Marfil coincide a la hora de señalar que Monasterio se encuentra «eclipsada». «Otros miembros de su partido le restan protagonismo en la elección en la que ella es candidata».
El segundo nombre, apuntado antes también por Cardenal, es el de Ayuso. «La candidata del PP es una gran debilidad para Monasterio, ya que luchan por parte del mismo electorado, tienen un perfil personal parecido y el “efecto Ayuso” la está dejando en un segundo plano que le limita muchas posibilidades para optimizar su trabajo en la campaña».
Vega también cree que «no existe una gran diferenciación entre ambas, y eso beneficia a quien lleva ventaja, que en este caso es la candidata popular. Además, el voto útil, que ahora mismo se puede percibir más en el PP, también perjudica a Vox y a Monasterio».
Por último, Marfil explica otros dos factores en los que Monasterio tiene margen de mejora. Primero, el de la demagogia. «Al igual que otros candidatos, simplifica en extremo la realidad y la confronta en exceso con sus oponentes». Y segundo, la «monotonía». «Su tono no emociona. Es plano, con pocas inflexiones e incapaz de trasladar ritmo a la audiencia».
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