Apariciones

La última petición de la Virgen a la vidente de El Escorial ya está en marcha

Hace 40 años, Amparo Cuevas vivió su aparición mariana en El Escorial. Allí le pidió que edificara una iglesia. Ahora, su Fundación quiere hacerlo realidad

Unas monjas rezan en "Prado Nuevo", en el Escorial, lugar donde se apareció la Virgen en un árbol
Unas monjas rezan en "Prado Nuevo", en el Escorial, lugar donde se apareció la Virgen en un árbolJesús G. FeriaLa Razon

«Soy la Virgen Dolorosa. Quiero que se construya en este lugar una capilla en honor a mi nombre; que se venga a meditar de cualquier parte del mundo la pasión de mi Hijo, que está muy olvidada. Si hacen lo que yo digo, el agua de esta fuente curará. Todo el que venga a rezar aquí diariamente el Santo Rosario será bendecido por mí. Muchos serán marcados con una cruz en la frente. Haced penitencia. Haced oración». El 14 de junio de 1981, hace ahora cuatro décadas, Luz Amparo Cuevas, asistenta de 49 años, mujer humilde, sin estudios y madre de siete hijos, protagonizó un fenómeno sobrenatural que traspasó fronteras. Desde aquel día, El Escorial pasó a ser un punto de peregrinación mundial. Miles de devotos de todo el planeta colapsaban el municipio. ¿Su destino? La finca conocida como Prado Nuevo. Y más concretamente, el fresno en el que, supuestamente, la Virgen María le trasladó el mensaje que encabeza este artículo. Todos querían llevarse de allí el agua que manaba de aquella fuente, si bien su poder no se materializaría hasta que la capilla estuviera construida. En total, se produjeron un total de 376 contactos marianos hasta la muerte de Luz Amparo en 2002. Sus fieles aún esperan que se oficialicen aquellos hechos como milagrosos.

Demolición

Muchas cosas han ocurrido desde entonces, y no todas felices para los seguidores de Luz Amparo. El principal mazazo vino en enero del año pasado, cuando se ejecutó la sentencia del TSJM que ordenaba la demolición de la capilla levantada por sus fieles en Prado Nuevo, debido a irregularidades urbanísticas. Si bien se especuló con que la tumba de la vidente podía ser también retirada, finalmente, sus restos aún reposan en la finca. Pero es ahora, 40 años después cuando la Fundación Benéfica Virgen de los Dolores se ha propuesto hacer realidad no ya el deseo de Luz Amparo, sino el que le expresó la propia María.

«De la capilla obrante saldrá la capilla orante». Miguel Martínez Pascual, empleador de la vidente cuando se produjeron las apariciones, testigo directo de los estigmas que sufrió y hoy presidente de la Fundación Benéfica Virgen de los Dolores, iniciada por ella misma, recuerda con frecuencia ese mensaje recibido por Luz Amparo. Dicho de otro modo: su visión se hará realidad. Desconocen cuándo, pero la primera piedra, la primera obra, hace mucho que se colocó en Prado Nuevo.

Su proyecto, «Tierra de bendiciones», se desarrollará a lo largo y ancho de las 120 hectáreas del terreno, con una urbanización de 33.000 metros cuadrados. El epicentro, como no podía ser de otro modo, será la capilla: de 14 x 28 metros, medidas pedidas expresamente por la Virgen en uno de sus mensajes a Luz Amparo. Además, se prevé la construcción de una nueva residencia de mayores con capacidad para 75 plazas; un centro de espiritualidad con un aforo superior a las 300 personas; una casa de acogida de peregrinos de un centenar de plazas y una promoción de unas cincuenta viviendas sociales. En resumen, y como expresan en la Fundación, esta obra «permitirá una nueva respuesta a la vocación de trabajar por el Reino de Dios en la tierra ayudando a los necesitados, material y espiritualmente».

El árbol donde se produjeron las apariciones
El árbol donde se produjeron las aparicionesJesús G. FeriaLa Razon

Residencia de mayores

En lo que respecta a la residencia de mayores, hay que apuntar que la Virgen de los Dolores gestiona actualmente tres centros de estas características: desde 1988, la residencia de El Escorial; desde 2004, Nuestra Señora de la Luz en Torralba Del Moral (Soria), y, desde 2013, Nuestra Señora del Carmen en Peñaranda de Duero (Burgos).

A partir de ahora, sus responsables esperan conseguir los permisos y apoyos necesarios tanto por parte del Ayuntamiento de El Escorial como de la Comunidad de Madrid. Entre otros motivos, porque «Tierra de bendiciones» posibilitará un «impulso económico y social» tanto para el municipio como para la región, con la creación empleos directos e indirectos en un momento en el que la crisis económica va azotar a muchas familias.

La Fundación lleva trabajando en el proyecto desde 2018, con una inversión inicial de 250.000 euros solo para realizar el informe de impacto ambiental. Todo poco a poco, y paso a paso. «Llegar aquí no ha sido fácil, pero sabíamos que no lo sería. Las promesas de la Virgen se cumplen, pero los tiempos de Dios no son nuestros tiempos», asegura Pedro Besari, portavoz de la Virgen de los Dolores.

Miguel Martínez Pascual reconoce que tiene difícil ver en vida el deseo expresado por Luz Amparo. «Pero sí me gustaría que se nos concedieran las autorizaciones antes de que yo me vaya», asegura a LA RAZÓN. Es consciente, por otro lado, de la «polémica» que rodea siempre al fenómeno de las apariciones, un aspecto que frena a las administraciones a la hora de actuar en iniciativas como la suya. En eso, el caso de Prado Nuevo no fue una excepción. Se produjeron alrededor de una veintena de denuncias, todas ellas desestimadas.

Desde la Fundación señalan la «dura y continua persecución» que su obra ha sufrido, procedente tanto «del ámbito político e incluso desde algunos ámbitos eclesiales». Pero recuerdan también uno de los mensajes que le transmitió María, concretamente el 13 de mayo de 1984. «Si Dios está contigo, ¿a quién puedes temer?». Besari lo resume así: «La Virgen toca corazones y, a partir de ese sí que dio Luz Amparo, hemos podido ayudar a muchos y podemos seguir haciéndolo en plena pandemia».

La finca conocida como Prado Nuevo
La finca conocida como Prado NuevoJesús G. FeriaLa Razon

Expansión internacional

A día de hoy, la Comunidad Familiar surgida a partir de los hechos de Prado Nuevo cuenta con 112 miembros de la Asociación Pública de Fieles; 80 hermanas pertenecientes a las Seglares Reparadoras y una Comunidad Vocacional que cuenta con diez sacerdotes diocesanos en Madrid. Desde aquellos primeros rezos multitudinarios del Rosario en Alacalá de Henares se ha pasado a dos asociaciones, en Portugal (3.000 miembros) y Francia (2.000). Comunidades diocesanas y parroquiales han brotado en el continente americano, como ocurrió en México (Potosí, León, Querétaro y México D. F.), República Dominicana (cinco parroquias en Santa Domingo), o Colombia. País, este último, donde la Fundación cuenta con un comedor social que alimenta diariamente a medio centenar de jóvenes en situación de vulnerabilidad. Incluso Estados Unidos, concretamente Florida, acoge en Palm Beach su Diócesis.

Martínez Pascual prefiere no mirar a los problemas del pasado y centrarse en el futuro. Y aunque no dispongan aún de los recursos económicos para afrontar el proyecto, «sí disponen de la ilusión, las ganas y de la confianza, por tratarse de una petición expresa de la Virgen. No nos va a dejar en la estacada». De hecho, Martínez Pascual recuerda aquella frase que Juan Pablo I dedicó a Santa Teresa de Jesús: «Teresa, un maravedí y Dios lo pueden todo». «Estamos en mano de la Divina Providencia. Y el Cielo nos tiene que ayudar», asegura el presidente de la Fundación. Y con el proyecto de Prado Nuevo esperan cumplir con lo prometido aquel 14 de junio de 1981: «Un reencuentro con Dios, un regreso a la Iglesia, un encuentro de reconversión».

Tumba en la que descansan los restos de Amparo Cuevas
Tumba en la que descansan los restos de Amparo CuevasJesús G. FeriaLa Razon

“Con ella podía pasar cualquier cosa”

Antes de que su mujer y él conocieran a Luz Amparo, a la que contrataron como empleada del hogar, Miguel Martínez Pascual reconoce que era creyente pero no practicante. No olvidará jamás aquel domingo de 1980, Día de Cristo Rey, cuando ambos vieron sus estigmas: un corazón superpuesto en el pecho, atravesado por una flecha. «Nuestra primera reacción fue pensar que sufría un infarto», recuerda. A aquellos estigmas le surgieron otros: una corona de espinas, la herida de un costado... «No quería que nadie lo supiera. Le preocupaba lo que pudieran pensar. Pero si por ella hubiera sido, todo aquello habría quedado en su intimidad». Todo aquello le dio a Miguel la oportunidad de conocer «a la persona más maravillosa que conocí. Con ella, podía pasar cualquier cosa».