Paisaje histórico

Una nueva vida para la Quinta de Torre Arias, uno de los grandes tesoros desconocidos de Madrid

El Ayuntamiento de la capital ha invertido casi medio millón de euros en acondicionar puentes y muro de cerramiento en este palacio que se remonta al siglo XVI

Rehabilitación de la Quinta de Torre Arias en Canillejas
Rehabilitación de la Quinta de Torre Arias en CanillejasCristina BejaranoLa Razón

Es uno de los grandes tesoros paisajísticos de Madrid en un zona, además, altamente poblada. Ahora, el Ayuntamiento de Madrid ha finalizado las obras de consolidación y restauración de los puentes existentes sobre el arroyo que atraviesa la Quinta de Torre Arias y la restauración del muro de cerramiento en la Calle Alcalá, desde el edificio de la Casa de Camineros, que forma parte del cerramiento, hasta la esquina este de la finca, también se han llevado a cabo trabajos de estabilización del paramento y chimenea del invernadero principal.

Uno de los puentes de la Quinta de Torres Arias
Uno de los puentes de la Quinta de Torres AriasAyuntamiento de Madrid

La recuperación del entorno de la Quinta de Torre Arias supone un incremento de la funcionalidad y servicio de la red de caminos de la Quinta, mejorando los espacios de paseo para los visitantes y continuando con las labores de recuperación de la ciudad de Madrid para sus vecinos. Con las actuaciones realizadas se pretende recuperar para la ciudad uno de los lugares más emblemáticos y desconocidos por los madrileños, dotándolos de nuevos espacios de paseo y esparcimiento, así como la recuperación de ámbitos históricos de la ciudad de Madrid.

El consistorio, a través del área de Medio Ambiente que dirige Borja Carabante, ha invertido 452.183,59 euros para la mejora de estos hitos singulares dentro de la infraestructura de la finca y ha contado con un plazo de ejecución aproximado de nueve meses. El alcance de proyecto comprende la consolidación y mejora de cuatro puentes sobre el arroyo que atraviesa la finca, la estabilización del paramento y chimenea del invernadero principal, y la regeneración del muro de cerramiento de la quinta en la calle Alcalá, desde la caseta situada ligeramente al oeste de la puerta principal hasta la esquina este de la Quinta.

Objeto y características del proyecto

Mediante la ejecución de este proyecto se ha conseguido tanto la consolidación y restauración de los puentes existentes sobre el arroyo que atraviesa la finca de Torre Arias, así como la restauración de la primera fase del muro de cerramiento en la calle Alcalá, desde el edificio de la Casa de Camineros, que forma parte del cerramiento, hasta la esquina este.

La restauración y reparación de los puentes está justificada en la necesidad de mantener la red de caminos de la Quinta en buenas condiciones de funcionalidad y servicio. Su presencia marca el paso de estos caminos sobre las vaguadas y arroyos de la finca y se convierten en hitos singulares dentro de la infraestructura. La actuación llevada a cabo ha consistido en la limpieza, recuperación y consolidación de todos sus elementos. Los puentes objeto de restauración han sido el puente principal, los situados en el oeste y este de la finca y el central.

Otro de los puentes objetivo de la restauración en la finca
Otro de los puentes objetivo de la restauración en la fincaAyuntamiento de Madrid

El muro y el invernadero principal

Por otra parte, el muro de cerramiento está materializado por diferentes soluciones constructivas provenientes de diferentes momentos históricos y con presencia de una variada patología. Para la restauración y consolidación de los muros se ha elegido un tramo de cerramiento por la representatividad tipológica y constructiva de los paños que contiene respecto a la totalidad del cerramiento, con el objetivo de poder extender posteriormente el campo de actuación a todo el cerramiento de la finca.

Las actuaciones ejecutadas en el muro de cerramiento se han dividido en diferentes tramos, dependiendo de las diferentes patologías que sufría la instalación y que requerían de trabajos distintos para lograr su recuperación y consolidación. En alguno de los tramos ha sido necesaria la demolición total del muro y su nueva construcción aprovechando el material recuperado en el derribo y manteniendo la tipología del antiguo muro.

La Quinta cuenta con diversos invernaderos toda vez que una de las tareas principales de sus últimos propietarios fue su dedicación a las labores agrícolas y de jardinería. El invernadero principal contaba con alguno de sus elementos en riesgo de derrumbe, por lo que ha sido necesario llevar a cabo la restauración del paramento y de la chimenea, procediendo a la estabilización de sus materiales.

Un lugar muy emblemático

La Quinta de Torre Arias ocupa una superficie de 192.888 metros cuadrados, está enclavada en el noreste de la capital y alberga un conjunto de edificaciones que han estado en desuso y que presentaban un evidente mal estado de conservación.

Cuenta con diversas edificaciones con diferentes niveles de protección patrimonial. Entre ellas destaca el palacio del siglo XVI, reformado en sucesivas ocasiones a lo largo de su historia.

Otras edificaciones de interés son las extensas caballerizas y el patio de labor con bodegas y un guadarnés, donde se depositaban las sillas y guarniciones de las caballerías. También destacan edificios relacionados con su pasado agropecuario como la vaquería, el matadero, las perreras, el palomar, las porquerizas y dos invernaderos.

En su interior destacan las zonas ajardinadas donde se pueden contabilizar más de trescientas especies de plantas herbáceas y hasta cincuenta y una especies diferentes de árboles como una encina con más de 300 años.

La finca contaba con olivar, viñedo y grandes extensiones para el cultivo de huertas y frutales, además de un antiguo sistema de regadío con pozos, norias, albercas, conductos de distribución y dos viajes de agua, que captaban las aguas subterráneas para abastecer las fuentes y los riegos de jardines, en los que dos fuentes con nombre propio, los surtían de agua, las llamadas Isabela y Minaya, esta última aun conservada; también hay que mencionar el paso por la finca del arroyo Trancos, que atravesaba la posesión de oeste a este.