Tabernarios
Casa Dani: mucho más que tortilla de patata
Se encuentra situado en el Mercado de La Paz. El menú del día es variado además de económico
Mucho se habla de Casa Dani (www.casadani.es), de su tortilla de patata y de lo que nos gusta adentrarnos en el mercado de La Paz y mezclarnos en el meollo de la mañana entre puesto y puesto después de pasar por la barra de este negocio familiar. Lo fundaron en 1991 Daniel García y Lola Cuerda y nos cuentan que ésta, cocinera manchega con un arte inconfundible entre fogones al principio hacia dos o tres tortillas, pero el bocado, de punto perfecto, fue gustando cada vez más a los parroquianos y a quienes hacían un paréntesis a media mañana y se escapaban del trabajo para apaciguar el gusanillo con un pincho.
Desde bien temprano, el entrar y salir de comensales es continuo, ya que tomarse aquí el primer café de la mañana con el citado manjar, unos churros, algo de bollería o con una tostada con su aceite de oliva virgen extra y tomate es pura maravilla.
Las horas pasan y siempre es momento para una tapa y una caña, por qué no: «Vivir dentro de uno de los mercados más tradicionales de Madrid nos provee de los mejores productos para elaborar nuestros platos y es una suerte», dicen. La suya es una auténtica cocina de mercado, elaborada a diario con lo que adquieren a su alrededor. Éste es el secreto de su éxito.
Hace cinco años, su hijo Dani tomó las riendas del negocio y desde entonces, la cosa ha ido a más, ya que en el mismo mercado encontramos la tienda de comidas preparadas, la terraza y un nuevo restaurante, también de nombre Casa Dani, en el número 49 de la calle Lagasca.
Pero volvamos a la tortilla de patata, la mejor de España tras vencer la elaboración de Lola en el certamen celebrado en el II Foro Internacional de la Papa de Tenerife. A diario, prepara más de doscientas y los viernes y sábados, que son los días fuertes, de los fogones salen cerca de quinientas.
Nos sentamos en una de las mesas libres mientras degustamos su obra efímera: jugosa, poco cuajada y con un sabor espectacular: «Es fundamental hacerla con una materia prima de calidad y poner mucho amor en ella», afirma Lola, quien nos asegura que emplea la patata agria manchega, «ya que es la que mejor resultado me da por la fécula que posee. No absorbe demasiada grasa. Y en cuanto a la cebolla, prefiero la común, y los huevos, siempre frescos y morenos, porque tienen la yema más prieta y el color adecuado».
Hace recuento y necesita cerca de 320 docenas al día para atender la demanda de sus hambrientos clientes y alrededor de 1.000 kilos de patatas.
El pincho es generoso y cuesta 4,50 euros. Para bordar la receta, el gran error que, a veces, cometemos el común de los mortales es escatimar en productos de calidad: «Yo empleo para elaborar cada uno de los platos de la carta del restaurante aceite de oliva virgen extra. Sin embargo, éste no me gusta cómo actúa en la tortilla, porque la patata se impregna demasiado y el sabor final no me termina de gustar. Por eso, la hago con un aceite muy bueno de girasol especial para freír», explica.
Pero también son famosos otros platos, como la ensaladilla, las croquetas de jamón, el salmorejo, los torreznos, la morcilla... Y, en cuanto a los platos de cuchara, recuerden, los miércoles acudan a comer arroz con bogavante; los jueves, las gloriosas lentejas; y los viernes, el potaje de garbanzos.
El menú lo anuncian a diario en Facebook y está compuesto por 12 primeros y 12 segundos. Incluso, es posible encargar cochinillo, cordero, paletilla, chuletas de Lechal, Chuletón. También, gambas, cigalas y carabineros. Por cierto, las elaboraciones llegan a cinco kilómetros desde el mercado con Uber Eats, «delivery», que nació durante el confinamiento para quedarse.
El pisto, gloria bendita
La tortilla es famosa, lo sabemos, y si ya la acompaña de unos callos, el bocado es gloria bendita, pero también lo es el pisto. Si no lo han probado, pídanlo. Y después, una de boquerones fritos, de pimientos de padrón, de albóndigas…
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