Conservación

Así se previenen los incendios forestales en Madrid

El Gobierno autonómico impulsa un paquete de medidas que incluye flexibilidad normativa y colaboración entre administraciones para evitar el fuego

Conato de incendio en Miraflores de la Sierra
Conato de incendio en Miraflores de la SierraEMERGENCIAS COMUNIDAD DE MADRID 112EMERGENCIAS COMUNIDAD DE MADRID

La sequía prolongada, las olas de calor y el paulatino abandono de los montes tras el éxodo rural está provocando grandes incendios forestales por todo el territorio nacional. En lo que llevamos de año ya han ardido 200.000 hectáreas, más de 80.000 solo en las dos olas de calor que hemos sufrido desde el pasado mes de junio. Extremadura, Aragón, Galicia y, sobre todo, Castilla y León han sido las comunidades más afectadas y, si bien la extensión de masa forestal no es comparable a la de la Comunidad de Madrid, lo cierto es que la prevención y la respuesta ante el fuego ha resultado más eficaz en la región. «La clave es el pronto ataque para dejar todos los incendios posibles en conato; es decir, menos de una hectárea de extensión». Lo explica Carlos Novillo, ingeniero agrónomo, bombero y director de la Agencia de Seguridad y Emergencias 112 de la Comunidad de Madrid.

Quizás una de las claves para que hayan tenido que ponerse las pilas es la cantidad de urbanizaciones o viviendas unifamiliares que hay rodeadas de naturaleza, en mitad del campo o la sierra. Esa interfaz urbano-forestal tan importante en gran parte de la región implica que cualquier incendio que prospere tiene riesgo de llegar a una vivienda y eso, salvar vidas, es siempre la línea roja de cualquier responsable de bomberos.

«La gran ventaja es que Madrid tiene unificada la prevención y la extinción de incendios, algo que solo ocurre aquí y que facilita muchísimo el trabajo», explica Novillo, también viceconsejero de Interior. En otras comunidades muchos han denunciado la descoordinación que hubo entre los Bomberos de cada provincia con las brigadas forestales. «En Madrid el operativo de incendios forestales forma parte del operativo ordinario del cuerpo regional de Bomberos». Así unos 1.400 bomberos se suman a los 500 brigadas forestales (300 trabajan en prevención y 200 en campaña): casi 2.000 profesionales con 10 medios aéreos bajo un mando único y con la misma organización; es decir, mejor coordinados ante una emergencia.

De hecho, desde la activación del Plan de Protección Civil contra Incendios Forestales (INFOMA) ya han conseguido neutralizar 140 conatos de incendio en toda la región.

Si bien es cierto que hay menos extensión, parece evidente que los montes de la región están algo menos abandonados que los de muchas zonas de España donde han ardido miles de hectáreas las últimas semanas. Parece algo inevitable: la desaparición de los usos tradicionales se ha notado en el campo, donde ya queda poca agricultura, ganadería extensiva y la gente ya no va al monte a recoger leña para calentar sus casas.

Esa deficiente gestión forestal se ha traducido en que los montes acumulen demasiado combustible y, en cuanto surge una chispa, todo comienza a arder con mucha rapidez, gracias también al cambio climático: sequías severas, con veranos cada vez más calurosos y prolongados e inviernos más cortos y secos. «La vegetación actual no se ha podido adaptar y hay una energía en el monte dispuesta a arder», resume Novillo.

Precisamente para tratar de evitar esta realidad que amenaza la región en cada incendio, la Agencia de Seguridad y Emergencias ha desarrollado una serie de medidas. No se trata solo de mantener limpio el monte con estructuras de prevención (trabajos con máquinas y fajas de defensa), sino trata de recuperar algunos usos tradicionales que ayudaban al mantenimiento de la montaña y estudiar la flexibilización de algunas normativas que entorpecían estos usos.

Así, están apostado por el apoyo a la ganadería extensiva y ofrecen a los ganaderos de Madrid 30 euros por cada hectárea que limpien sus animales en determinados lugares, cerca de urbanizaciones y carreteras. «Esas fajas de defensa en lugares estratégicos nos sirven para poder reducir la carga de combustible, atacar desde ahí el incendio y, además, ayudamos a los ganaderos». De esta forma, desde 2015 se ha pasado de 17 a 70 cabañas ganaderas.

Según el viceconsejero, ya hay más de 20.000 cabezas de ganado que limpian 3.700 hectáreas de las 6.500 que sirven de cortafuegos.«Al final, esto consiste en preparar los montes para que tengan más capacidad de defenderse».

Comité interdepartamental

En la misma línea, la semana pasada se aprobó en Consejo de Gobierno la puesta en marcha de un comité interdepartamental para la prevención, protección y lucha contra los incendios. Una de sus principales misiones pasa por estudiar mucha normativa y analizar, dentro de las leyes de protección a la naturaleza, qué se puede flexibilizar. La idea es atender a las quejas de muchos agricultores y ganaderos que podrían mantener los montes limpios pero se quejan de que les multan por eliminar madera seca del monte u otro tipo de costumbres tradicionales que ayudaban al mantenimiento del campo. De esta forma, también se realizará un estudio del aprovechamiento de la biomasa como fuente energética.

En este comité están implicadas las áreas de Medio Ambiente, Interior, Hacienda y Administración Local. Y es que otro de los aspectos que se estudiarán es el apoyo a ayuntamientos y urbanizaciones en los planes de actuación que les obliga el decreto INFOMA. Pueden colaborar con recursos o económicamente en las 59 localidades que se encuentran en zona de Alto Riesgo. «Se estudiarán fórmulas de apoyo para que los puedan llevar a cabo: desbroces anuales o implementación de hidrantes», donde los bomberos cargan sus vehículos. Según Novillo también es importante tener en cuenta el paisaje tipo mosaico (diferentes especies arbóreas) de cara a la reforestación ahora que «venimos de las repoblaciones con pino del ICONA desde los años 80». «Es importante no repetir la homogeneidad porque se defiende muy mal de un incendio forestal». Así, explica que es precisamente donde hay un cambio de combustible, donde analizan si se puede entrar a atacar. No obstante, mientras llega esa política forestal que vaya modificando la situación actual para dejar de enfrentarnos a este tipo de fuegos, el experto pide concienciación social: el 90% de los fuegos son provocados por el hombre. Si no hay una primera llama no hay un gran incendio.