Teatro

“Hoy NO estrenamos”: cuando la mejor terapia es actuar

Imprebis regresa al Teatro Alfil con esta delirante pieza que reivindica la importancia del teatro como un reflejo de nuestra sociedad

Carles Castillo y Carles Montoliu
Carles Castillo y Carles MontoliuImprebisImprebis

Corría el año 1983 cuando la compañía L´om-Imprebís, fundada por su director Santiago Sánchez, comenzaba una aventura teatral con un estilo propio, un teatro fresco y directo que abarca desde el humor más disparatado a la introducción en España del género de la improvisación, pasando por los grandes clásicos contemporáneos. Ahora vuelven al Teatro Alfil con su espectáculo «Hoy NO estrenamos», codirigida por el propio Sánchez junto a Michel López, donde un grupo de vecinos de un barrio popular de Madrid que se apuntan a clases de teatro, van a encontrar en éste un reflejo de nuestra sociedad y van a comprobar cómo los textos de las grandes obras teatrales que interpretan, modifican y mejoran sus vidas. «Estas funciones son especiales para nosotros porque justo ahora en septiembre se cumplen 25 años de nuestro debut aquí en el Alfil. Con la gestión de Yllana se iniciaba entonces una nueva época que de alguna manera convirtieron a este teatro en un referente del humor, divertido, joven…Ver que después de este tiempo sigue habiendo respuesta, tanto de nuestros seguidores como del público joven que nos descubre, es algo que nos agrada porque, aunque nosotros ya no somos tan jóvenes, nuestro teatro sigue siendo muy fresco», afirma Santiago Sánchez.

«En este caso no improvisamos sobre el escenario, hemos ido un paso más allá, la improvisación la hicimos en la fase de creación y luego hemos ido escribiendo la dramaturgia y para eso ha sido fundamental la colaboración de Michel López, creador de la Liga de Improvisación francesa –explica Sánchez–. Ahora que está de moda improvisar, incluso a veces de forma banal, hemos querido dar un paso un poquito más allá, ir hacia una nueva dramaturgia, pero con la espontaneidad y creatividad propia de la improvisación». Son cuatro actores representando a 14 personajes. Carles Castillo y Carles Montoliu dan vida a 12 de ellos y Víctor Lucas y Santiago Sánchez representan a un solo, el director y el técnico del teatro respectivamente. «Para ellos es un gran reto interpretativo hacer tantos personajes simplemente cambiando un objeto, un ejercicio de virtuosismo delirante que encandila al público», explica el director. «Estas 12 personas son como una radiografía de la sociedad, tipos cotidianos con los que nos podemos identificar. En el fondo, el teatro es una anécdota porque no estamos hablando de él, sino de la vida». Y prosigue: «Con lo que ha pasado estos años de pandemia, hay mucha gente queriendo cambiar su forma de vivir porque hay algo que no le llena y quiere transformar. En este caso lo encuentran en un taller de teatro y a través de los textos de Shakespeare, Chéjov Cervantes o Ibsen, van descubriendo cosas que les hablan de su vida, pero podía ser con cualquier otra actividad, un curso de meditación, de macramé o de horticultura, lo importante es de tener un soporte que refleje la sociedad».

Desde esa cotidianidad «puedes encontrarte un torero al que están echando de las plazas y quiere reciclarse en un programa de humor de tele5 o una ama de casa descontenta con su vida que al descubrir “Casa de muñecas” de Ibsen encuentra la espoleta para dejar a su marido y comenzar una nueva vida. O una ex bailarina a la que le pesa la edad y siente que se ha hecho mayor; una enfermera que tras dos años de pandemia quiere recuperar un poco el aire tras haberse sentido explotada por las horas de guardia y los dramas vividos; un militar retirado que acaba de enviudar y, recomendado por su hija, acude a este curso para conocer y relacionarse con gente nueva. En el fondo, el teatro es una excusa. Nosotros siempre decimos, lo importante no es la improvisación, es el teatro, pero ni siquiera es el teatro, es la vida», sentencia Sánchez.

Para el director, esto también vale para el espectador, “porque atraemos a un público muy variado de edad. Vienen jóvenes que habitualmente no van al teatro y gracias a esto descubren autores que no conocían, o lo hacen de una forma lúdica y divertida que los incita a volver a casa y leerlos o releerlos. Creo que en este momento el teatro tiene más sentido que nunca porque reivindica la presencialidad y sin ella no hay teatro. Hay que recuperar esa necesidad que tenemos de contacto personal. Los experimentos en vídeo durante la pandemia no son teatro, que requiere la emoción del público una noche de función y ese componente emotivo no te lo puede dar ninguna plataforma de “streaming” o de Netflix. En un momento como este es fundamental que estemos ahí, que el público responda, que tenga ganas de encontrarse y un espectáculo así es ideal para abrir la temporada”, concluye Sánchez.

Dónde Teatro Alfil. Cuándo desde el 1 septiembre. Cuánto taquilla 25€ / web 20€