Urbanismo

Conde Duque, el gran cuartel de la Cultura en Madrid desde sus planos originales

De acoger a la Guardia de Corps a ser observatorio astronómico o centro de referencia de las artes en Madrid. Una travesía política y económica que marcó a uno de los grandes edificios de la capital

Planos originales del Cuartel del Conde Duque, según Pedro de Ribera. (Cortesía de la Real Casa Patrimonio Nacional)
Planos originales del Cuartel del Conde Duque, según Pedro de Ribera. (Cortesía de la Real Casa Patrimonio Nacional)memoriademadrid.esmemoriademadrid.es

El gran desconocido para muchos y el imprescindible para tantos otros. Un lugar con historia, escondido a unos pasos de la Gran Vía, que fue durante mucho tiempo el edificio más grande de la capital, con más de 25.000 m² de superficie, 228 metros de línea de fachada y una relevante portada barroca labrada en piedra. Un espacio imponente con una gran plaza central, acompañada por dos patios laterales y amplísimos espacios destinados a caballerías... pues ese era su sentido primigenio: Real Cuartel de Guardias de Corps desde 1730.

Planos originales del Cuartel del Conde Duque, según Pedro de Ribera. (Cortesía de la Real Casa Patrimonio Nacional)
Planos originales del Cuartel del Conde Duque, según Pedro de Ribera. (Cortesía de la Real Casa Patrimonio Nacional)memoriademadrid.esmemoriademadrid.es

Un edificio que llegó a la historia de la Villa y Corte unido a una nueva dinastía. Felipe V, primer rey de la casa de Borbón de España, inició, a finales de 1717, las obras de construcción de estas dependencias para albergar el Real Cuartel de Guardias de Corps, el cuerpo militar de élite que custodiaba a los reyes, conocido tanto por su valor como por la riqueza y vistosidad de sus uniformes. Aquel primer Borbón encargó la traza del edificio al arquitecto madrileño Pedro de Ribera, “para el alojamiento de 600 guardias y 400 caballos”.

Plano del Conde Duque
Plano del Conde Duquememoriademadrid.esmemoriademadrid.es

El Conde Duque, aunque a veces se ha interpretado que debía su nombre al Conde Duque de Olivares, famoso valido de Felipe IV, en realidad se debe al conde de Lemos y III duque de Berwick y Liria, que vivió en el siglo XVIII, época de su construcción, y que se casó con una hija del duque de Alba, familia que era la propietaria de estos terrenos. De hecho, así se llamaba la plaza que existía junto al cuartel.

Croquis de la idea original del Conde Duque
Croquis de la idea original del Conde Duquememoriademadrid.esmemoriademadrid.es

Un pasado rico y variado, marcado por la falta de grandes edificaciones en la capital que lo convirtieron en espacio multiuso. La precariedad de esas distintas épocas a ello apuraban. De ahí que durante el XIX fuese academia militar, observatorio astronómico y parte del sistema de comunicaciones de telégrafo óptico: la torre de telegrafía era la número 1 de la Línea de Castilla, que comunicaba Madrid con Irún. Un curioso pasado que se trastocó cuando un devastador incendio, en 1869, cambió la historia del Cuartel: destruye los pisos superiores, casi hace desaparecer la torre situada en la fachada oeste (utilizada previamente como prisión) y marca la decadencia del edificio.

Croquis de la idea original del Conde Duque
Croquis de la idea original del Conde Duquememoriademadrid.esmemoriademadrid.es

En 1969, Conde Duque experimenta dos de los principales cambios de sus casi dos siglos y medio de existencia: de propietario y de uso. Se aprueba el convenio entre el Ayuntamiento y la Junta Central del Acuartelamiento para la adquisición de la finca denominada “Cuartel de Conde Duque”. Deja de tener uso militar y comienza a ser rehabilitado con fines culturales por el Ayuntamiento de Madrid, bajo la dirección del arquitecto Julio Cano. Este es el primer paso de cambio de propiedad en esta edificación, algo que sucederá con otras construcciones de propiedad militar no solo en Madrid, en toda España.

Croquis de la idea original del Conde Duque
Croquis de la idea original del Conde Duquememoriademadrid.esmemoriademadrid.es

En 1975 existe un plan para derribarlo -algo nada extraño en esos momentos-, pero su declaración como Monumento Histórico-Artístico en 1976 aleja la piqueta de sus inmediaciones. En 1983, Conde Duque se convierte en centro cultural, dependiente del Ayuntamiento de Madrid. Todo un referente de modernidad en aquel Madrid de la Movida que ve cómo en sus espacios se suceden numerosos acontecimientos culturales.

Con la rehabilitación integral, a través del Plan Director formalizado en el 2005 y culminado en 2011, se restauran las fachadas exteriores e interiores, recuperando la fábrica de ladrillo visto, el rasgado original de los vanos y las alturas primitivas, allí donde habían desaparecido.

Alzados del Conde Duque
Alzados del Conde Duquememoriademadrid.esmemoriademadrid.es

En 1975 el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid insta al Ayuntamiento a cumplir el planeamiento vigente que contemplaba la restauración del edificio para destinarlo a usos culturales o representativos. Un año más tarde, Conde Duque es declarado Monumento Histórico Artístico tras haber sido propuesto por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.

Después de 23 años de funcionamiento, en el año 2005, se redacta un nuevo Plan Director que se plantea los siguientes objetivos: consolidar y mejorar las instituciones culturales dotándolas de autonomía de funcionamiento en el conjunto; realizar las rehabilitaciones pendientes, renovando todas las instalaciones y las áreas ya rehabilitadas; implantar nuevos equipamientos complementarios a las instituciones culturales existentes: teatro, auditorio, salón de actos, salas de danza y salas de exposiciones.

Cuartel de Conde Duque.
Cuartel de Conde Duque.alberto r. roldánLa Razón

Una magna obra

Entre los años 2006 y 2011, se lleva a cabo la rehabilitación total del edificio (55.000 m2). En ella intervienen cinco equipos de arquitectos y siete empresas constructoras bajo la coordinación de la Dirección General de Patrimonio Cultural del Área de Las Artes del Ayuntamiento. Se consolidan las cimentaciones y las estructuras generales; se reorganizan todas las circulaciones internas creando nuevos núcleos de comunicación; se recuperan los volúmenes iniciales aumentando una planta al conjunto; se construyen nueva cubiertas y se remodelan y restauran todas las fachadas devolviendo los huecos a su proporción original. Un esfuerzo relevante para dar nueva vida a una institución memorable en la capital.

Desde entonces, el nuevo Conde Duque funciona como un gran contenedor cultural municipal dedicado a las instituciones que sustentan la memoria de la ciudad de Madrid, situadas al norte, y a las actividades culturales alrededor del patio sur. Un guardián cultural de la ciudad como antes lo fue del Rey allá por el siglo XVIII.