La semana

El apagón desata la penúltima tensión política en la víspera del 2 de mayo

El insólito episodio evidenció el momento más tenso entre Sol y Moncloa en la víspera de la fiesta regional

2 de Mayo, D’a de la Comunidad de Madrid.
Ayuso, con los servicios de emergencias que colaboraron en la dana, ayer, durante la fiesta del 2 de mayoJesœs G. FeriaFotógrafos

La semana del gran apagón, Madrid vivió también un cortocircuito político. El colapso eléctrico paralizó la región el lunes y a las pocas horas se encendió la tensión entre Comunidad, Ayuntamiento y Gobierno central.

La caída repentina del suministro dejó a barrios enteros sin luz, atrapó a centenares de personas en ascensores, colapsó el transporte y activó el cruce de acusaciones. Mientras los servicios de emergencia registraban más de 3.000 llamadas en minutos y los bomberos efectuaban cerca de 300 rescates en ascensores, subía la tensión entre Madrid y Moncloa. El alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, instaba a la población a reducir desplazamientos y la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, solicitaba al Ejecutivo la aplicación del nivel 3 del Plan Territorial de Protección Civil, el más alto, para activar la posible intervención del Ejército.

«El apagón colapsó Madrid. La reacción del Gobierno fue lenta e ineficaz. La imagen ante el mundo fue lamentable», subrayó Ayuso. La presidenta ha defendido esta semana su decisión de solicitar ayuda al Gobierno, insistiendo en que la Comunidad asumió con responsabilidad la gestión de la crisis pero que se vio limitada por la magnitud de los hechos.

La solicitud del nivel 3 de emergencia se formalizó a las 13:47 horas, según explicó el alcalde, quien aseguró que el Ayuntamiento se sumó «inmediatamente» a esa petición. No obstante, denunció que la primera comunicación oficial por parte del Gobierno central para convocar una reunión de coordinación no llegó hasta pasadas las 23 horas y que el encuentro tuvo lugar pasadas las 24 horas, cuando la luz ya se había prácticamente restablecido. La versión fue confirmada por fuentes de la Comunidad que respaldan las afirmaciones de Martínez-Almeida y añaden que durante esas horas críticas no hubo una respuesta operativa clara por parte del Ejecutivo.

El cruce de reproches escaló rápidamente. No habían pasado 24 horas desde el gran apagón cuando el PSOE madrileño, a través de redes sociales, lanzaba su primer ataque: «Ayuso solicitó la emergencia nacional porque no podía asumir la gestión de esta crisis». La declaración la firmaba Óscar López, secretario general de los socialistas madrileños, que un día antes había arremetido en el comité regional contra la «ultra Ayuso» y el «cenizo Feijóo», un «inoportuno» calificativo, según los populares, ya que «si hay un cenizo, ese es Pedro Sánchez. Desde que gobierna, nos pasa de todo».

En plena refriega, el delegado del Gobierno en Madrid, Francisco Martín, no se hizo esperar. Desaparecido durante las primeras horas del apagón, su intervención añadió gasolina al fuego. Martín acusó a Almeida de «tratar de engañar» a los ciudadanos tras asegurar que se sintió «huérfano de explicaciones» por parte del Ejecutivo. Según el delegado, la Delegación del Gobierno contactó con el Consistorio entre las 14:30 y las 15:30 horas del lunes, contradiciendo al alcalde, quien mantiene que no hubo convocatoria de reunión alguna hasta más allá de las 23 horas. «No vamos a permitir que se construya una narrativa falsa sobre la gestión del Estado», zanjó Martín.

La tormenta alcanzó el Palacio de Cibeles. La oposición municipal acusó al gobierno de Almeida de «utilizar el caos» para tapar escándalos en el área de Urbanismo y de propagar «bulos» sobre el origen de la crisis eléctrica. El alcalde respondió con dureza: «Mientras nosotros rescatábamos a madrileños atrapados en ascensores, ellos seguían atrapados en su obsesión partidista».

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en un intento de pasar página, pidió «unidad y responsabilidad» ante emergencias como la vivida. «No es momento de buscar culpables, sino soluciones. El Estado ha estado, como siempre, al servicio de los ciudadanos». Su declaración fue interpretada en Sol como una huida hacia adelante sin asumir errores.

En las calles, la crisis se vivió con una mezcla de resignación y rabia. Más allá de las imágenes virales de jóvenes cantando en las calles, otras muchas mostraban una ciudad zombi, con comercios cerrados, ciudadanos caminando sin rumbo ante la imposibilidad de utilizar transporte público, hospitales operando con generadores, estaciones de Metro inoperativas, colegios suspendidos y una abrumadora ausencia de información sobre lo que estaba ocurriendo. El Ministerio para la Transición Ecológica ha señalado en un informe preliminar una sobrecarga en las líneas de alta tensión agravada por un fallo en cadena, aunque las causas definitivas se esperan en un informe completo en los próximos días.

A pocos días para la celebración del Dos de Mayo, Madrid vivió una encendida víspera. El apagón evidenció el momento más tenso entre Sol y Moncloa. La penúltima confrontación dejó al descubierto la debilidad del Gobierno en Madrid. La decisión del Ministerio de Defensa de cancelar la parada militar que se celebra cada año en la Puerta del Sol se le volvió en contra al Ejecutivo de Pedro Sánchez. Ayuso convocó a los madrileños en la calle por primera vez y los ministros brillaron por su ausencia.