
La semana
Ayuso convoca a los madrileños en la calle que Sánchez esquiva
Aprovecha el «aniversario del amor» de Pedro Sánchez para recordar los escándalos de su Gobierno

La semana en la que se cumple un año del encierro de Pedro Sánchez, Isabel Díaz Ayuso decide sacar a la calle el Dos de Mayo. Un año más, la celebración será histórica. En esta ocasión, por lo inédito de conmemorar al aire libre la fiesta de la Comunidad de Madrid. La presidenta regional compartirá con los madrileños los actos oficiales directamente desde la calle. Lo hará en Sol, epicentro de su Gobierno, que este año se llenará de ciudadanos y no de ministros-ciudadanos. No habrá desfile militar ni representación del Ejecutivo de Pedro Sánchez. En su lugar, música y el fervor popular que arrastra la líder popular. «Nosotros sí estamos con la gente», ha señalado.
Ayuso toma la calle mientras el presidente del Gobierno apenas la pisa. Pedro Sánchez mantiene la distancia con una ciudad donde el rechazo ciudadano se ha hecho visible en cada aparición pública. La última con abucheos, el 12 de octubre.
La ausencia del Ejecutivo ha vuelto a levantar críticas. La ministra de Defensa, Margarita Robles, lamentó que no se cuente con el Ejército para los actos oficiales, calificándolo como «una falta de respeto institucional», pero Ayuso no se ha movido: «Claro que respetamos a nuestras Fuerzas Armadas. Lo que no respetamos es que se usen como comparsa por quienes ignoran Madrid sistemáticamente». La presidenta ha devuelto el golpe tras el veto del Gobierno al tradicional desfile en la Puerta del Sol. Y lo ha hecho justo cuando Moncloa se instala en la zozobra por otra crisis: la rescisión del contrato del Ministerio del Interior con una empresa israelí para la compra de balas, más munición para la dirigente popular en vísperas de la fiesta de Madrid.
El penúltimo escándalo coincide con el aniversario del paréntesis reflexivo del presidente del Gobierno. Hace un año que Sánchez se retiró cinco días de la vida pública a raíz de las investigaciones a su mujer, Begoña Gómez. «Me enamoré de Begoña por su inteligencia, su compromiso y su corazón», escribió. Hoy, las investigaciones judiciales siguen abiertas y el aniversario, empañado.
La presidenta madrileña, que ha calificado la efeméride como «aniversario del amor», no ha desaprovechado el momento para exponer los escándalos judiciales de Begoña Gómez y algunos ministros. En el último pleno antes del Dos de Mayo, fue cuestionada por la portavoz socialista, Mar Espinar, sobre el modelo universitario. Su respuesta fue directa: «La única que se ha lucrado con la universidad pública y con los títulos es la mujer del presidente». El Gobierno regional defiende que no se destinan fondos públicos a universidades privadas y presume de dotar a las públicas más del 4 por ciento de los presupuestos de la Comunidad.
A las puertas de una huelga, Ayuso defiende que las universidades públicas «nunca han estado tan financiadas como ahora. Estamos elaborando una ley que no se ha terminado de redactar y ya están preparando el campo de batalla», le ha espetado a Espinar. La socialista la ha acusado de «poner la alfombra roja a los chiringuitos», la misma descripción utilizada por Pedro Sánchez cuando anunció su intención de limitar la creación de centros privados.
El incremento de la tensión antes del Dos de Mayo no ha quedado ahí. La gestión de los menores extranjeros no acompañados ha vuelto a elevar el tono. La Comunidad lleva semanas reclamando más implicación del Estado y coordinación en la acogida. La respuesta de Moncloa ha sido el silencio, según denuncian en el Gobierno regional. «No recibimos ni plazas, ni fondos, ni explicaciones. Simplemente, nos ignoran», aseguran en Sol. La presidenta ha acusado al Ejecutivo de «abandonar a las comunidades para que gestionen solas lo que no quieren ni mirar». Mientras, Más Madrid intentará resituarse este fin de semana, con Yolanda Díaz fuera del foco. La portavoz madrileña, Manuela Bergerot, ha querido marcar distancia apelando a que Madrid necesita una izquierda con voz propia, alejada de las tutelas y sin nostalgias. Un mensaje que apunta a renovar la alternativa sin asumir el desgaste del sanchismo.
En el ecuador de los mandatos en las instituciones, el partido de Mónica García aspira a conservar el liderazgo de la oposición madrileña, contener las aspiraciones del PSOE y consolidarse como «la casa común progresista madrileña», manteniéndose como «el espacio de referencia progresista en la Comunidad».
La formación no ha votado la reforma pero se ha mostrado a favor de la ley de protección para víctimas del terrorismo que amplía las ayudas que perciben en la región. PP, PSOE y Vox han alcanzado un acuerdo para reforzar el apoyo a las víctimas del terrorismo. La proposición no de ley aprobada prevé reforzar la atención psicológica, crear un programa educativo sobre el relato de las víctimas y mejorar los protocolos de asistencia. Un consenso que sorprendió en un contexto marcado por la polarización. «Cuando se trata de las víctimas, no hay colores», dijo la portavoz del PSOE, Hana Jalloul. Ayuso celebró el acuerdo: «Madrid no olvida. Y menos aún, divide».
El Dos de Mayo llega este año con grandes expectativas turísticas. Alta ocupación hotelera y récord de visitantes se esperan en la región durante el puente, con una agenda repleta de actividades. Desde conciertos en la plaza Mayor hasta recreaciones históricas en Malasaña, la Comunidad ha diseñado un programa para que la calle hable, si la huelga de basuras en la capital no lo impide. La vicealcaldesa de la ciudad, Inma Sanz, ha tratado de contener el daño: «Hemos hecho todo lo que estaba en nuestras manos. El Ayuntamiento no es parte en el conflicto, pero estamos vigilando que se cumplan los mínimos». La número dos de Almeida ha avisado a las empresas de que se «propondrán las sanciones correspondientes» si no se cumplen los mínimos y ha animado a las partes a que «cierren un acuerdo lo antes posible». Si es posible, antes del Dos de Mayo.
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