Tradiciones
Un escultor y un coleccionista para montar un Belén en Retiro
Conocemos «A Belén, venid», disponible hasta el 8 de enero en la nueva Montaña de los Gatos
Hace solo cinco meses, la Montaña de los Gatos abría sus puertas después de veinte años cerrada. Lo hacía con el único objetivo de recuperar este espacio emblemático para los madrileños. Desde entonces, este tesoro histórico ubicado en el Retiro ha sido un reclamo para las más de cien mil personas que pasan por él a diario y que han podido disfrutar de este nuevo espacio expositivo. Ahora, lo hará como una de las sorpresas de la programación navideña diseñada por el Ayuntamiento de Madrid. Hasta el próximo 8 de enero, el interior de esta montaña acogerá «A Belén, venid», un gran nacimiento circular y una muestra con belenes procedentes de distintos lugares del mundo.
«Esta iniciativa surge con la intención de recuperar la tradición de que este espacio acoja un belén», explica José Antonio Martínez Páramo, concejal delegado de Limpieza y Zonas Verdes a este periódico. En los años 90, este mismo espacio contaba con un belén viviente y era el punto de partida de la Cabalgata de Reyes. «Después de esta gran remodelación, creemos que es el mejor lugar donde disfrutar de esta maravilla. La exposición anterior tuvo una gran afluencia de público y nuestra intención es continuar con nuevas exposiciones para el disfrute de los madrileños», explica.
Con casi treinta metros cuadrados, este nacimiento circular se encuentra ubicado en la zona central de la Montaña de los Gatos. Tanto el montaje de la escenografía -que ha requerido dos días- como las figuras corren a cargo de José Luis Mayo Lebrija, uno de los belenistas más prestigiosos de España. «Nos lo encargaron y estamos muy contentos con el resultado. Nos han dado total libertad, algo muy necesario para sacar todo lo que llevas dentro», cuenta Mayo a LA RAZÓN.
Lo primero fue la creación del paisaje en corcho, musgo y arena. «Hemos intento reflejar nuestro ambiente, la sierra de Madrid, pero sin olvidar que se trataba de la época de Jesús». Para ello, además de motivos naturales secos han realizado motivos vegetales artesanalmente. Los caminos los han completado con diferentes tipos de arena y tierras, con el objetivo de dotar al belén de una mayor profundidad. Y por último, han instalado un circuito de agua con un depósito de 500 litros para reproducir el río en movimiento que atraviesa la escena.
Después fue el turno de las figuras, para las que han estado trabajando durante todo el año. Esta conformado por 90, de entre 7 y 35 centímetros de altura para facilitar la sensación de perspectiva a los diferentes puntos de la instalación. Como todos los belenes firmados por Mayo, las figuras de este se caracterizan por el realismo en la anatomía, los rostros y los ropajes de sus figuras, así como la naturalidad y el equilibrio en la policromía y el modelado, fruto todo ello de una exhaustiva documentación que acerca al conjunto a la realidad del siglo I. Como novedad, las figuras están hechas de pasta cerámica, un producto nuevo que a los escultores les da muy buen resultado y más libertad a la hora de dar movimiento a las figuras.
En este, las piezas más grandes se han hecho con esto y las pequeñas son de barro. «El proceso es el mismo y a la hora de la verdad, cuando se pintan, no se nota el cambio». Están representadas escenas principales como la vivienda posada, La Natividad, La Anunciación a los pastores y los Reyes Magos. A estos últimos, les han puesto en esta ocasión descansado. «Normalmente estamos acostumbrados a verlos sobre los camellos, pero esta vez, hemos querido mostrar esa escena cotidiana de momento de parón en su larga travesía», apunta. Además, cuenta con la reproducción del pueblo de Belén, el mercado y el Castillo de Herodes, entre otras construcciones.
Es en el trabajo previo de investigación, donde más satisfacción encuentra el escultor. «Precisamente por esto, no todo el mundo puede dedicarse a esto. Tiene que gustarte mucho y poner los cinco sentidos en ello para sacarlo adelante», explica. Él mejor que nadie sabe lo que es trabajar en algo que no te gusta. Califica esos años como los peores de su vida. Por eso, hace más de cuarenta años que decidió dedicarse por completo al mundo del belenismo. «Me gusta la escultura, el belén, la Pasión... podría dedicarme solo a la escultura, pero es que esto es lo que me gusta». Y es feliz haciéndolo, y se nota, porque según él tradición, historia, catequesis y escultura se reúnen en este mismo trabajo.
Desde que tiene consciencia el montaje de belenes ha vivido momentos álgidos, pero que poner, «se ha puesto siempre». «Recuerdo con 14 años, haciendo un taller de figuras de belén murcianas en Madrid, que había épocas en las que vendía fenomenal y otras más escasas». Sin embargo, cree que si llevamos años siguiendo esta tradición y aún existen belenes antiquísimos, será algo que perdurará en el tiempo.
Por el momento, ya son nueve los que ha montado este año: en Jaca, Cáceres, Toledo y Madrid principalmente. Además de en El Retiro, en la capital pueden encontrarse en el Museo de San Isidro, en la Iglesia de San Andrés, en el Centro Comercial Arturo Soria, en el Área de Gobierno de Obras y Equipamientos del Ayuntamiento y en Tres Cantos. Y aunque aún quedan por montar, como toledano de nacimiento y madrileño de adopción dice que: «Poder hacerlo aquí, en El Retiro y en la Catedral de Toledo, es mi mayor éxito».
Fue el amor por los belenes lo que les unió como amigos hace ya cuarenta años. Y algo antes, desde 1977, que Antonio Basanta lleva recorriendo todo el mundo y coleccionándolos. Ahora, el gran belén circular de su amigo comparte espacio con una muestra de los cuatro mil nacimientos -más de 25.000 figuras- con los que cuenta procedentes de los cinco continentes. En ella, están representados países y culturas tan diversas como Etiopía, Tanzania, Mauritania, Eritrea, China, Malasia, Vietnam, Nueva Zelanda, Estados Unidos, Ecuador, México, Perú o Portugal, entre otros. «Mi sorpresa fue llegar a países asiáticos o africanos en los que me encontré con que el motivo del belén ocupa una frecuencia no pequeña». Tras muchos años de investigación y documentación, este coleccionista madrileño llega a la certeza de que: «No ha habido lugar en la historia donde España haya estado en el que no siga existiendo la tradición del belén, por efímera que fuera nuestra presencia».
Esta selección de nacimientos de todo el planeta rinde homenaje al carácter universal del belenismo. «Las fronteras son cosas de los hombres, la especie nos hace ser iguales. En lo profundo, todos sentimos lo mismo». Este año se conmemora el 800º aniversario del inicio de esta tradición, que nació en una cueva de la pequeña localidad italiana de Greccio, en la noche del 24 de diciembre de 1223, de manos de San Francisco de Asís. Todos estos, ya se pueden visitar de forma gratuita, entre las 11:00 y las 13:00 h y, por la tarde, entre las 18:00 y las 20:00 h.
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