Escándalo

Jaque a las HAM, las «pseudo monjas» del control total

El cardenal de Madrid expulsa a la superiora de las Hijas del Amor Misericordioso, las prohíbe toda actividad pastoral y que incorporen novicias por denuncias «verosímiles» de abusos de poder y conciencia

Unas jovenes pertenecientes a las Hijas del Amor Misericordio, durante una charla en una parroquia
Unas jovenes pertenecientes a las Hijas del Amor Misericordio, durante una charla en una parroquiaLa Razón

Buscaban a Dios, pensaban que estaban respondiendo a su voluntad con un «sí» de entrega para ser futuras monjas y, sin embargo, se han topado con una estructura sobre la que se ciernen denuncias sobre abuso de poder y de conciencia. Tanto es así que el cardenal arzobispo de Madrid, José Cobo, ha impuesto a las llamadas Hijas del Amor Misericordioso unas de las sanciones más graves que puede imponer la Iglesia a los grupos que nacen en su seno. El purpurado ha ordenado expulsar a su superiora general de forma temporal, además de una fiscalización total a esta asociación pública de fieles, que se presentaba en no pocos espacios como una congregación religiosa, cuando no había logrado este respaldo por parte del Vaticano.

Conocidas como sus siglas, las HAM, nacieron como comunidad en 1983 de la mano del jesuita fallecido Antonio Mansilla Casas, pero poco tienen que ver con otros institutos de vida consagrada femeninos con espiritualidad ignaciana. Sin embargo, fue en noviembre de 2007, al ser aprobada como asociación por entonces cardenal arzobispo de Madrid cuando comenzaron a convertirse en un referente de un nuevo modelo de aparentes monjas. Al frente la que hasta este lunes era su superiora general, María Milagrosa Pérez Caballero, conocida en los ámbitos eclesiales como Marimí. Su capacidad para acercar a las jóvenes a Cristo y hacerle descubrir el sentido de su vida comenzó a extenderse hasta tal punto que las HAM se han convertido en menos de dos décadas en un referente de la pastoral vocacional. Incluso dieron el salto a YouTube, con unos vídeos llamados «Diosdencias» en los que las chicas que comenzaban a formar parte del grupo compartían un testimonio atrayente que servía para enganchar a nuevas vocaciones. Vestidas con un uniforme compuesto con falda larga y chaleco negro, camisa blanca y sin toca, desde que se ciernen sobre ellas todas las sospechas que ahora se han verificado, su presencia en redes sociales se ha esfumado y han bloqueado su página web.

La ex superiora de las HAM, María Milagrosa Pérez Caballero
La ex superiora de las HAM, María Milagrosa Pérez CaballeroLa Razón

Sin embargo, su principal semillero lo encontraban en las parroquias donde se hacían presentes, bien para impartir ejercicios espirituales, o como promotoras de los llamados retiros Emaús y Effetá, unos encuentros de fin de semana que buscan un fuerte impacto emocional en quien participa. O lo que es lo mismo, en apostar por la vena sentimental de quien decide entrar en esta dinámica y, desde esa vulnerabilidad afectiva, comenzar un proceso posterior de «control mental y espiritual», tal y como explican a LA RAZÓN quienes han experimentado en primera persona el acompañamiento personal de las HAM. Es así como, desde Madrid, lograron extenderse por las Archidiócesis de Madrid y Sevilla, además de la Diócesis de Getafe. Y no solo eso. La fórmula de captación implementada por Pérez Caballero y su equipo ha permitido que estos años se haya puesto en marcha una rama masculina de sacerdotes, los Hijos del Amor Misericordioso, que pastorean un par de parroquias en el sur de la Comunidad de Madrid, así como una red de laicos y familias. Su puesta de largo internacional tuvo lugar en la pasada Jornada Mundial de la Juventud de Lisboa en el año 2023 donde, además de aplicar sus tácticas de dirección espiritual, presentaron su primer disco, siguiendo la estela de otros grupos eclesiales para evangelizar a través de la música.

Hoy, las víctimas de las HAM se cuentan por decenas y es su grito silencioso a través de las correspondientes ventanillas eclesiales las que han permitido al Arzobispado de Madrid mover ficha. Fue este lunes 28 de julio cuando el equipo del cardenal Cobo hacía públicos dos decretos. Por un lado, se saca literalmente a la superiora de los conventos donde están las jóvenes reclutadas y prácticamente se le aplica lo más parecido a una orden de alejamiento. Según reza el comunicado facilitado por el Arzobispado madrileño, se trata de una «medida temporal» hacia esta sevillana de 58 años. Por otro, se nombra a una comisaria extraordinaria que tiene ya plenos poderes para dirigir a las HAM.

Estas decisiones responden a una pormenorizada investigación realizada por el Tribunal de la Rota de la Nunciatura Apostólica. El resultado de este estudio que se había elaborado después de más de un año y medio de trabajo es dar «verosimilitud» a las «numerosas denuncias recibidas» que se refieren a aspectos «cuya competencia pertenece al dicasterio para la Doctrina de la Fe». O lo que es lo mismo, según ha reafirmado este periódico en voz de algunas de las víctimas, se trataría de abusos de poder y de conciencia estructurales en el seno de las Hijas del Amor Misericordioso desde un «control carente de libertad, anulación del sentido crítico y aislamiento familiar», carencias básicas en materia de discernimiento, acompañamiento y formación, además de algunas supuestas incidencias de tipo afectivo-sexual.

Al expediente de la Rota se sumaba también la auditoría realizada por las visitadoras canónicas designadas en febrero de 2025 por el Arzobispado: Pilar Arroyo, de las hermanas de la Caridad de Santa Ana, y la calasancia Julia García Monge. Ambas son dos rostros reconocidos en la Iglesia española, en tanto que Arroyo fue secretaria general adjunta de la Conferencia Española de Religiosos (CONFER)y García Monge, que fue secretaria general de la CONFER y actualmente trabaja en la Vicaría para la Vida Consagrada de la Archidiócesis. Precisamente es Pilar Arroyo la persona designada como comisaria extraordinaria de las HAM, que ya ha asumido las responsabilidades de la superiora general, al menos durante un año, con poder absoluto tanto en materia económica como a la hora de acompañar a cada una de las mujeres del grupo.

El resultado de todo este trabajo de tal gravedad que las medidas impuesta por Cobo y su equipo incluyen la prohibición de admitir nuevas vocaciones ni continuar los procesos formativos de postulantes y novicias de primer año. De la misma manera, se limita toda actividad pastoral pública, desde los ejercicios espirituales que imparten hasta su presencia en los retiros de Emaús y Effetá.