La debacle de la izquierda

El Madrid en el que nació el 15-M entierra a Podemos

Más Madrid conserva la segunda posición por delante del PSOE. Ambas formaciones crecen en escaños al beneficiarse de la debacle morada

Noche electoral en Podemos.© Jesús G. Feria.
Alejandra Jacinto, comparece en una rueda de prensa junto al candidato a la Alcaldía, Roberto Sotomayor, durante el seguimiento de la jornada electoral en la sede de Podemos, a 28 de mayo de 2023, en Madrid Jesus G. FeriaLa Razón

Ante la evidencia de una Ayuso inalcanzable en voto popular y diputados, la emoción del escrutinio en las elecciones a la Asamblea de Madrid se concentró en lo que les acontecía anoche a los tres partidos de la izquierda. El balance sigue siendo demoledor para estas marcas. Y poco esperanzador de cara al futuro, especialmente en un momento, como el actual, previo a las elecciones generales de diciembre. De nuevo ayer, ya ocurrió el 4 de mayo de 2021, Más Madrid, PSOE y Unidas Podemos obtuvieron juntos menos escaños que el PP.

Podemos, de hecho, no logró salvar los muebles. El 7,2% de los votos cosechados por Pablo Iglesias en 2021, había dejado un margen de dos puntos a la candidatura liderada por Alejandra Jacinto. La práctica totalidad de las encuestas situó durante la campaña a los morados en el filo mismo del precipicio. Finalmente, los socios de Gobierno de Sánchez no alcanzaron ese umbral. Por tanto, cero diputados, fuera de la Asamblea de Vallecas. «Veo necesaria la unidad de los progresistas con el motor de Podemos para el futuro. Estos resultados nos tienen que hacer reflexionar, se ha hablado más de ETA que del precio de la vivienda», destacó Jacinto al poco tiempo de conocerse los resultados. El partido liderado por Ione Belarra no ha logrado sobrevivir, ni siquiera tras haber enfangado el último tramo de la campaña, con su estrategia de señalamiento personal al hermano de Ayuso, a medios de comunicación y a empresarios, como vía para enardecer a sus bases. Al rescate de la marca acudió también el propio Iglesias, con su participación en varios mítines. Nada de esto ha servido para salvarse. Esta debacle supone la peor de las llamadas de alarma para un partido que, en su momento álgido, sustentó una parte fundamental de su éxito precisamente en Madrid, cuna del movimiento del 15-M.

El premio de consolación, por tanto, vino determinado por la segunda posición. Fue para Más Madrid. Mónica García será, cuatro años más, la líder de la oposición al Gobierno de Ayuso. La médica ha sostenido el «sorpasso» histórico de 2021 sobre el PSOE, pero no ha logrado ampliarlo. La bancada verde y la roja tendrán 27 diputados. Sin embargo, García no ha cumplido, ni siquiera se ha acercado al objetivo que se marcó hace dos años: tratar de disputarle la presidencia a Ayuso. Más Madrid sigue a casi 30 puntos porcentuales del PP. Tras conocerse los resultados, Mónica García señaló que «hoy no es un buen día para Madrid, para la sanidad pública y para la justicia social. Somos una fuerza madrileña con un músculo propio, nosotros solitos nos hemos vuelto a colocar como líderes de la oposición». Más allá del estancamiento en un resultado similar al de hace dos años y de la enorme distancia respecto al PP, la actual campaña ha revelado por primera vez un desgaste evidente en el liderazgo de García. Su figura se ha visto erosionada tras la polémica en la que se vio envuelta a cuenta del cobro del bono social térmico. Y a ello se une el escaso rédito en términos de votos que su partido ha obtenido del conflicto sanitario que enfrentó durante meses al sindicato mayoritario de médicos con el Gobierno regional. Si la propia García planteó estas elecciones como un plebiscito entre «Sanidad y Ayuso», su fracaso es rotundo, porque el balance arrojado por las urnas ha venido a demostrar que una mayoría de madrileños no se ha reconocido en ese escenario.

Como tercera fuerza en la Asamblea de Vallecas se mantendrá el PSOE. Con 27 diputados y un 18% de los votos. Juan Lobato, la apuesta de Moncloa para neutralizar a Ayuso, asumió el difícil reto de liderar al PSOE tras la salida de Ángel Gabilondo, con poco tiempo para articular un proyecto reconocible y, al mismo tiempo, erigirse en un líder conocido entre los madrileños. Su tono tranquilo y su discurso conciliador –alejado en las formas y en el fondo del de Mónica García– se ha visto lastrado por la gestión del Gobierno de Pedro Sánchez hacia Madrid, tanto en lo que tiene que ver con problemas cotidianos para los ciudadanos de la región, como el abandono de la red de Cercanías por parte del Ministerio de Transportes, como en el permanente conflicto entre Moncloa y Sol. Un ejemplo de ello se vivió en plena precampaña, durante la recepción del Dos de Mayo: la polémica provocada por la presencia del ministro Félix Bolaños y su contencioso con el Gobierno de Ayuso opacó por completo la presencia de Lobato. Anoche, el candidato del PSOE quiso lanzar un mensaje claro: «Hemos dado la talla en momentos muy complejos. Creo que hemos hecho un gran camino pateando la comunidad y palpando de cerca que en Madrid hay esperanza. Hemos querido elevar el nivel de respeto y demostrar que hay otra forma de hacer política». Ya desde el momento en el que asumió el cargo de secretario general de los socialistas madrileños, se planteó el reto de convertir a su partido en alternativa al PP de Ayuso de cara a la batalla electoral de 2027. Y a ese trabajo se encomendará ahora.