Blanco de resistencia: fácil de beber para transportarnos hacia las islas afortunadas

Por fas o por nefas todo lo que últimamente procede de Canarias tiene el acento de la fatalidad y de la resistencia. La tragedia volcánica de La Palma tiñe todo lo insular de ese sentimiento amargo de lo que siempre está en expectativa de explosión. Los vinos canarios están asentados sobre un evidente territorio volcánico y eso es su logro y su sino. En Lanzarote un grupo de viticultores en el año 2020 con la angustia de no saber qué hacer con la uva crearon un entramado cooperativista de ayuda recíproca para elaborar unos ejemplares que dieran respuesta a estos tiempos malditos. Soco es el nombre del muro de piedra que protege el viñedo y se hace a mano. No puede haber mejor nomenclatura que ponga el enfásis en vinos que a pesar de las dificultades se expresan con una tremenda amabilidad. El blanco que eligen estos épicos defensores de la viticultura es tan aparentemente sencillo y fácil de beber que nos transporta en ilusiones hacia las islas afortunadas. Las uvas autóctonas como la malvasía volcánica, diego, o listán blanco, son armadas de una manera absolutamente natural, con elaboraciones cortas y mucha carga frutal. Vino de respeto al campo. La felicidad canaria embotellada.

Bodega: Puro Rofe. Vino: Soco Blanco 2020. D.O: Lanzarote. Precio: 28 euros. socovinicola.com