Música

Katia Guerreiro: «El fado no se canta, se siente»

Regresa a Madrid el Festival de Fado en su XII edición, con Katia Guerreiro, António Zambujo y Sara Correia, junto a la exposiciones, cine y conferencias sobre la música portuguesa

Katia Guerreiro, médica de profesión, llegó por azar al mundo de la música
Katia Guerreiro, médica de profesión, llegó por azar al mundo de la músicaXII Festival de Fados

Portugal es un país que mira al mar y gran parte de su historia se escribió en él, la pesca y los viajes por mares nunca antes navegados llevaron a los marineros portugueses a explorar por medio mundo y descubrir países desconocidos o se vieron obligados a emigrar por la presión demográfica favorecida por la navegación transatlántica a vapor que permitió el desplazamiento de muchas personas que generaron intercambios culturales y musicales. Estos viajes traían despedidas, separaciones, melancolía, «saudade», temas que cantaron los poetas, como también lo hace el fado. Por este motivo, el XII Festival de Fado de Madrid ha elegido como leitmotiv el «Fado y el Mar». «El fado es una de las músicas de las ciudades con puerto», decía el poeta Rubén de Carvalho. Tres de sus grandes figuras actuales estarán en esta edición, el sábado 25 Sara Correia en el Caixaforum Madrid y el domingo 26, Katia Guerreiro y António Zambujo estarán en el Gran Teatro Caixabank de Príncipe Pío. Además de los conciertos, la tradición marinera de los portugueses y su pasado explorador se verán reflejados también en las actividades paralelas que siempre acompañan la cita de Madrid: la exposición «Fado y el Mar» estará en el Gran Teatro Caixabank Príncipe Pío y, paralelamente, en la Filmoteca Nacional, Cine Doré, se proyectará la película «Fado» de Sofía de Portugal y Aurélio Vasques, junto a la conferencia «Saudades de Terra Firme. El Fado y el Mar» de David Ferreira.

A Katia Guerreiro, médica de profesión, el azar la llevó por el camino de la música y después de 20 años de carrera, es una de las voces más representativas del fado en Portugal. Para ella, la conexión entre fado y mar tiene todo el sentido «porque el mar es una fortísima inspiración para la creación. Hay teorías que afirman que su origen está en las embarcaciones portuguesas con las influencias musicales de África, Brasil y del mundo árabe y otras que dicen que es una canción que nació de los hombres del mar, pero ambas tienen claro que tiene que ver con nuestro pasado marinero, igual que el tango, es una música de los puertos de mar, de ahí su similitud con él y con otras músicas de raíz, como el flamenco». Y explica: «Yo crecí en las Azores, con el mar delante de los ojos, mirando con el sueño de descubrir lo que había detrás del horizonte, por eso para mí tiene fundamento la vinculación que hace el festival en la exposición».

Para Guerreiro, «el fado es la canción o la música de la vida, por auténtico y espontáneo, el género más completo en términos de emociones, en él hay siempre una historia que se canta que puede ser de cualquiera porque son universales, la ilusión, el amor, la nostalgia, la saudade… la gente se identifica con las emociones que transmite, esa es su magia, no importa que cantes en Japón o en otro lugar, al final del concierto siempre hay una catarsis emocional que tiene que ver con una identificación con los sentimientos que provocan esas historias, aun sin entender la lengua y ese es un misterio que nadie sabe explicar, porque el fado no se canta, se siente», afirma la fadista, que cuenta que al hablar de ella en Francia decían: «Katia Guerreiro, la artista que cura el cuerpo durante el día y las almas por la noche. Y creo que sí –afirma-, que hay una cura emocional, una catarsis, una forma de liberación de las frustraciones, dolores, problemas…pero también nos ayuda a convivir con las alegrías, las euforias y todos los contrastes que la vida nos trae».

Según la cantante, festivales como este son importantes para divulgar el fado por el mundo. «No sólo son los conciertos, también las exposiciones, conferencias, músicos y cantantes unidos en un mismo sentimiento, en la misma emoción y magia del escenario. António Zambujo, es para mí un intérprete increíble –dice– con características muy propias. Nos conocemos hace tiempo y somos amigos. Canta el fado de manera muy propia, muy personal y Sara Correia es un talento que canta desde hace mucho aunque su carrera internacional sea más reciente, pero está haciendo mucho ruido porque es una intérprete increíble, muy genuina, que canta desde muy dentro, con toda su alma y a mí me encanta», asegura Guerreiro, que prosigue: «Eventos como este festival permiten promover el fado y divulgar la lengua y la cultura portuguesa. Para nosotros significa mucho porque somos un pueblo muy intenso, que vivimos todo con mucha intensidad y de alguna manera nos sentimos embajadores de nuestro país, no hay nada más identitario como el fado porque contiene la lengua, la poesía, una música característica que es un espejo del alma y de la cultura portuguesa en todos los sentidos», concluye.