Plaza Mayor
La Plaza Mayor de Madrid, el otro escenario de Eurovisión para Blanca Paloma
Sin duda el baño de cariño y de autoestima que tuvo en el Plaza Mayor habrá sido el revulsivo perfecto a los malos momentos padecidos tras el escenario de Liverpool
Madrid no se hace el sueco. En la capital las cosas se afrontan. Las buenas y las malas. Los aciertos y los fracasos. Como el vivido hace escasas horas en Liverpool, capital eurovisiva de rebote por un asunto de la más grave importancia: un guerra.
El caso es que a la ciudad inglesa se fue la cantante española Blanca Paloma, para representar a nuestros país ante los eurofans. Con una suerte que la situó en el puesto 17 entre los preferidos por las votaciones. No pasa nada. Aquí, en Madrid, se quiere a todos. A los triunfadores y a los que no lograron tanto como se esperaba. De ahí que esta pasada tarde de domingo, en la Plaza Mayor de Madrid, junto a LOS40 Classic, y en el marco de las fiestas de San Isidro, la cantante ilicitana mostrara su arte. Que tiene, y mucho. Algo que volvió a demostrar más que a los extraños, a los propios.
Blanca Paloma sigue los pasos de Chanel, que aquí, entre rosquillas tontas y listas, antes de que muchos se dejen ver en la Pradera (reconvertida en plató electoral), se ha hecho con un público entregado entre las piedras centenarias de la Plaza Mayor. El Ayuntamiento lanzó el aldabonazo al afirmar que «la representante española quiere compartir su energía con todos los madrileños uniéndose a la celebración de las Fiestas de San Isidro». Y así fue.
La ilicitana Blanca Paloma, con su interpretación de «EaEa», sumó 95 puntos en el jurado profesional y solo cinco en el televoto, lo que le relegó a la decimoséptima posición de la tabla de Eurovisión. Un puesto inmerecido para la mayoría pero que no ha hecho caer en el desánimo a la cantante: «No descarto volver a presentarme a Eurovisión, me ha cambiado la vida, he aprendido mucho». Positivismo para seguir adelante. Aprender y volver.
Sin duda el baño de cariño y de autoestima que ayer pudo tener en el Plaza Mayor habrá sido el revulsivo perfecto a los malos momentos padecidos tras el escenario de Liverpool. Aquí, con el público entregado, las cosas se ven mejor. Con la luz que solo Madrid sabe proyectar. Pura superación.
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