Ganadería

Que viene el lobo... a la sierra de Madrid

El reciente aumento de los ataques en la región alerta y preocupa a los ganaderos de la zona. Se reaviva el debate sobre su control y conservación

MADRID.-AMP.-Una manada de lobos mata 11 corderos, 4 ovejas y 4 sementales en 5 ataques consecutivos a una granja de San Lorenzo
Una manada de lobos mata 11 corderos, 4 ovejas y 4 sementales en 5 ataques consecutivos a una granja de San LorenzoEuropa Press

En las últimas semanas, la Comunidad de Madrid ha sido testigo de un preocupante incremento en los ataques de lobos a explotaciones ganaderas, especialmente en el entorno del paraje conocido como El Campillo, una zona ganadera entre Collado Villalba, Alpedrete, Guadarrama y San Lorenzo del Escorial. Paco Zamarreño, dueño de una finca en esta zona, ha sufrido cuatro ataques seguidos. Pese a implementar diversas medidas de protección como perros mastines, pastores eléctricos y cercados reforzados, sufrió cuatro ataques consecutivos, resultando en la pérdida de 11 corderos, 5 ovejas y 4 sementales de alto valor genético. «Hacía seis años que no sufríamos un ataque. Ahora mismo tengo las ovejas al lado de la casa porque un vecino ya nos alertó de la presencia del lobo a mediados de diciembre», cuenta el ganadero a este periódico. Perdió 28 ovejas y cuatro terneros.

De forma inevitable, esto ha generado una creciente preocupación entre los ganaderos, quienes denuncian la ineficacia de las medidas actuales para proteger sus explotaciones. Zamarreño lo tiene claro: «Como este tipo de lobo ya tiene esta tendencia de atacar cerca de las viviendas, lo lógico sería capturarlos y llevarlos a un centro de fauna salvaje. Esto sería lo más fácil y efectivo». Otra medida que pide que se tenga en consideración es la de poner a los cuatro que han sido grabados un collar localizador para saber dónde están y cuales son los que están llevando a cabo los ataques para tomar medidas. «Lo ideal sería cambiarles de sitio, a una zona donde no haya ganado. Esto es una finca privada y no es justo que tenga que sufrir los ataques de un lobo que no es mío», sentencia.

Zamarreño y el resto de ganaderos afectados cuenta con el apoyo de la Unión de Ganaderos, Agricultores y Silvicultores de la Comunidad de Madrid (UGAMA), que ya ha denunciado la situación. Según esta organización, los lobos atacan de forma reiterada sin que los ganaderos puedan tomar acciones defensivas debido a la normativa del Ministerio de Transición Ecológica, que protege a la especie y penaliza cualquier acto en su contra. «Estamos muy preocupados, esto es una lacra. Ocasionada por la sin razón de ciertos colectivos y administraciones. Parece que se van a mejorar de alguna manera las ayudas y las indemnizaciones para paliar los daños del lobo, no estaremos tranquilos hasta que se produzca la reunión, esa Mesa del Lobo convocada por nosotros», asegura su portavoz, Alfredo Berrocal.La Comunidad de Madrid ha anunciado esta semana la convocatoria de la Mesa del Lobo para el próximo 27 de febrero con el objetivo de encontrar soluciones que permitan la convivencia entre el lobo y la ganadería extensiva.

Por su parte, UGAMA considera que, en estas condiciones, la convivencia del lobo y el ganado es muy difícil. «Cualquiera que tenga un poco de sentido común compartirá que es una sinrazón no poder defender a tu ganado cuando está siendo atacado. La ganadería no entendemos que se defienda a este depredador que entra en nuestras fincas y devora a nuestros animales. Es una barbarie», sentencia. Por otro lado, UGAMA reclama un nuevo censo nacional actualizado de lobos, ya que consideran que el actual está desfasado y que en comunidades como Castilla y León podría haber más ejemplares que en toda Francia. Además, exigen que la Comunidad de Madrid convoque la Mesa del Lobo, un espacio de diálogo entre administraciones, ecologistas y ganaderos para abordar el problema y encontrar soluciones efectivas. En los últimos años, el lobo ha ido expandiendo su territorio, desplazándose hacia el sur de la península y aumentando su presencia en regiones donde históricamente no se encontraba. Esto ha generado un incremento en el número de ataques, que han afectado especialmente a explotaciones de ganadería extensiva, donde los animales pastan en libertad y son más vulnerables a la depredación.

Ante la presión del sector ganadero, la Comunidad de Madrid ha reunido esta semana a las principales organizaciones agrarias para afrontar los recientes ataques de lobos. Entre las medidas adoptadas, ha reiterado su petición al Gobierno central para que se modifique el estatuto de protección del lobo y se permita su control cinegético. Otro anuncio importante ha sido el incremento de las ayudas preventivas, que se duplicarán hasta alcanzar los 200.000 euros en 2025. Estas subvenciones permitirán a los ganaderos adquirir perros mastines, implantar cercados fijos o móviles, utilizar collares con GPS para sus reses y mejorar la seguridad de sus explotaciones. Además, el Gobierno regional ha mejorado la comunicación con los ganaderos afectados, implementando un sistema que les permita conocer el estado de sus solicitudes de indemnización. «Estamos analizando este repunte y muy concienciados de que pese a ser una de las comunidades autónomas con mayores indemnizaciones, estas ayudas se quedan pequeñas para el daño que están sufriendo los pequeños ganaderos», dice Ángel de Oteo, director general de Agricultura, Ganadería y Alimentación de la Comunidad de Madrid.

Por su parte, siguen observando que son cinco las manadas que desde hace años están implantadas en la región. «Es posible que este repunte podamos achacarlo a la presión de población que está sufriendo la parte de Castilla-León, y que esas zonas de terreno más libre les hagan llegar hasta aquí. En la reunión analizaremos ese repunte y la explicación que hay detrás de estos ataques que no vivíamos desde 2018 ». En esta línea, Zamarreño insiste en que las indemnizaciones no cubren las pérdidas reales, ya que no solo se trata del coste del animal, sino de la inversión en genética y reproducción, así como del impacto emocional de ver cómo sus animales son atacados de forma recurrente. «No es solo el dinero. Es el estrés constante, la impotencia de no poder hacer nada y el miedo a que el próximo ataque sea aún peor», comenta.

Según datos oficiales, la Comunidad de Madrid destina una de las mayores cuantías económicas para la compensación de daños provocados por la fauna silvestre, incluyendo lobos, perros asilvestrados y buitres. En 2024, se incrementaron los importes de indemnización por animal fallecido y se ampliaron las coberturas para gastos veterinarios en casos en los que el animal sobrevive al ataque. Los ataques de lobos tienen consecuencias más allá de las pérdidas económicas. Para muchos ganaderos, la actividad no es solo un medio de vida, sino una tradición familiar que está en peligro debido a la creciente presión de la fauna silvestre. Según la Comunidad de Madrid, se registra una media de 175 ataques al año, lo que ha generado una creciente tensión entre los ganaderos y las administraciones.

Las organizaciones ecologistas sostienen que el lobo no es el principal problema de la ganadería y que las pérdidas por ataques representan un porcentaje mínimo en comparación con otras causas como enfermedades, robos o accidentes. Argumentan que existen métodos de prevención eficaces y que la solución no pasa por la eliminación del lobo, sino por una mejor gestión del territorio y una mayor inversión en medidas de coexistencia. «Los lobos han llegado de forma natural. La extensión está vinculada con el abandono del campo y se han ido extendiendo a los territorios que se han ido abandonado» explica Jaime Sánchez, ganadero ecologista, desde su finca en la Sierra del Rincón. Él solo recuerda haber sufrido un ataque de lobo, en 2019. «La fauna ha cambiado en los últimos años y ha habido que cambiar el manejo. El problema es que cuanto más grande es la explotación, más difícil y caro». Sánchez aboga por que la situación se aborde de forma razonable y tomando en consideración a todos los implicados. «Debemos de tomar medidas que no sean un problema para los ganaderos, pero que tampoco pase por acabar con los lobos. Es importante que haya lobos. Estos evitan que las enfermedades que transmiten animales salvajes enfermos pasen al ganado doméstico», sentencia.