Vecinos

Sanchinarro reivindica poner en valor el Parque de la Ría

La Asociación Vecinal ha creado una Guía de Biodiversidad para dar a conocer y ensalzar la fauna y flora del proyecto inicial que no llegó a ejecutarse

La asociación vecinal Sanchinarro, visita la ría del parque Ibáñez. @Gonzalo Pérez Mata
La asociación vecinal Sanchinarro, visita la ría del parque Ibáñez.@Gonzalo Pérez Mata Gonzalo Pérez Mata Fotógrafos

«Tenemos la suerte de contar con una de las rías que hay en toda la ciudad y solo pedimos que se respete el plan inicial para el que se creó este parque: para contener una biodiversidad importante, ser pulmón verde y un lugar de encuentro bonito para que los vecinos conviviesen con la naturaleza», comienza explicando Amalia Campos, tesorera de la Asociación de Vecinos de Sanchinarro. Decenas de vecinos, se reunieron este sábado en una actividad familiar para seguir reivindicando que se ponga en valor este espacio. Lo hicieron a través de unas visitas guiadas donde, de la mano de biólogos profesionales, repasaron la fauna y flora del Parque de la Ría y presentaron la Guía de Biodiversidad con cromos que han elaborado junto a ellos.

Peces, patos, garzas reales, ranas… han llegado a convivir en este espacio. «Son veinte años luchando por algo que vemos como casi a diario florece y acaba muriendo por la falta de mantenimiento. En época de lluvias, esto se pone precioso, aunque lo estaría más sino hubiesen soterrado la ría», detalla. En un primer contacto, solicitaron a estos profesionales el estudio del suelo para conocer la flora que había y podía haber existido en este parque y este año, les solicitaron un seguimiento para la elaboración de esta guía que pusiese en valor lo importante que es este espacio. «Es una forma de que muchos vecinos, que no saben ni que existe, lo conozcan y lo valoren y deseen tanto como nosotros la posibilidad de disfrutar de ello», sostiene Campos.

El proyecto inicial creado por Miguel Oliver, arquitecto del PAU de Sanchinarro, que buscaba poner en valor lo que diferenciaba a este nuevo barrio, aún por construir, de otros –Las Tablas y Montecarmelo- también diseñados por él. Que esta ría, que forma parte del Arroyo de Valdebebas, alcanzase su máximo esplendor en un lago y junto a una amplia diversidad de fauna y flora emulasen un jardín de estilo japonés. Un proyecto original no ejecutado y por el que llevan luchando dos décadas desde la asociación vecinal. «El año pasado presentamos un vídeo donde explicábamos el origen, reclamamos que se terminara y creíamos que lo íbamos a conseguir la pasada legislatura», explica Socorro Sáez, presidenta de AV Sanchinarro, «y viendo que el Ayuntamiento de Madrid sigue sin recepcionar el proyecto, no podemos hacer otra cosa que seguir pidiéndolo».

La asociación vecinal Sanchinarro, visita la ría del parque Ibáñez. @Gonzalo Pérez Mata
La asociación vecinal Sanchinarro, visita la ría del parque Ibáñez. @Gonzalo Pérez Mata Gonzalo Pérez Mata Fotógrafos

Después de hablar con el Área de Medio Ambiente, aseguran que la Junta de Compensación ha descartado las dos propuestas ya presentadas y están a la espera de una respuesta por la tercera. «Solo queremos que se mantenga el pensamiento inicial y recientemente hemos visto que han limpiado el canal», sentencia Sáez. Un paso importante para los vecinos, que en reiteradas ocasiones se han visto en la obligación de recoger ellos mismos los restos y suciedad acumulada en el Parque de la Ría. «Nos encanta disfrutar de este espacio y a pesar de la escasez de lluvias, las plantas no dejan de crecer y ya hemos tenido algún problema de incendios por la falta de mantenimiento», apunta Campos. Además, acaban de lanzar un cuestionario al resto de vecinos para conocer su opinión, qué se puede mejorar o en qué pueden pedir ayuda desde la asociación.

40.000 habitantes

El origen de los PAU se corresponde con la etapa de desarrollo del Plan General de Ordenación Urbana del 1997, nacieron como nuevos desarrollos aislados y comparten una estética y características similares. Sin embargo, su desarrollo no ha sido de forma paralela lo que hace que veinte años después, las necesidades sean distintas en cada uno de ellos y las circunstancias hayan cambiado en cada uno de ellos por diferentes cuestiones. Precisamente para abordarlas, pocos años después de que Sanchinarro cobrase vida nació esta asociación vecinal que ya cuenta con 400 voluntarios que representan y luchan por el bienestar de los 40.000 habitantes que tiene el barrio. «Estamos alejados de cualquier connotación política. Son muchas horas, mucha dedicación pero lo único que buscamos es cubrir las necesidades que tenemos en nuestro día a día», confiesa Pilar San Román, vocal de la Asociación.

Espacios de encuentro

Además de la puesta en valor del Parque de la Ría, otra de las principales necesidades que ven en Sanchinarro es la falta de espacios de encuentro. No hay plazas, mercados o lugares donde jóvenes y vecinos puedan encontrarse y compartir tiempo. «Tenemos fincas vacías que podría ser interesante que estuvieran destinadas a la construcción de un centro polivalente, donde jóvenes y gente de la tercera edad pudiésemos realizar actividades o compartir espacio», apunta San Román. En esta línea y de gran actualidad –y polémica-, se encuentra la construcción de un polideportivo, dentro de los planes del alcalde, José Luis Martínez-Almeida, pero para el que parece no recibir ninguna oferta para su concesión privada.

Los jóvenes, dicen, es una de las principales preocupaciones de la asociación. Las familias que llegaron con hijos pequeños al barrio hace veinte años, ahora son adolescentes y no hay espacio para ellos. «Cuentan con un skatepark, pero el estado es lamentable. Sería necesario para ellos otras alternativas al botellón, como la reforma de este, espacios de encuentro o actividades enfocadas a su edad en el Centro Cultural», explica. Es este último, de las infraestructuras de la que más orgullosas se sienten, ya que cuenta con una amplia variedad de cursos y talleres para niños y adultos. También de sus instalaciones, donde se encuentra la biblioteca pública municipal María Lejárraga, la segunda de Madrid en préstamos de libros. «Aunque está gestionado por una empresa privada, está muy bien llevado, y oferta muchas actividades, pero no cubre las necesidades de todos, somos muchos», apunta la vocal.

La asociación vecinal Sanchinarro, visita la ría del parque Ibáñez. @Gonzalo Pérez Mata
La asociación vecinal Sanchinarro, visita la ría del parque Ibáñez. @Gonzalo Pérez Mata Gonzalo Pérez Mata Fotógrafos

En la última convocatoria de presupuestos participativos, solicitaron también la creación de un anfiteatro para el ya existe un parque con buenas características. Por otro lado, destacan la falta de zonas verdes, algo por lo que muchos de los vecinos lo escogieron como lugar para vivir y que no ha sido tan explotado en los últimos años. Sin embargo, en esta última legislatura han podido estrenar un parque de grandes dimensiones en la Avenida Ingeniero Emilio Herrera, obra del Área de Medio Ambiente. «Estamos muy contentos. Desde la asociación no lo pedíamos porque no lo considerábamos una necesidad, pero ha quedado espectacular», sostiene Campos.

Otra de las necesidades, demandadas desde hace dos décadas y cubierta en esta legislatura ha sido la línea directa de un autobús con el hospital de referencia, en este caso el Hospital Ramón y Cajal. Desde el mes de mayo, una línea de Bus Rapid opera desde Valdebebas, Sanchinarro y el centro hospitalario. «La necesidad está cubierta y no nos quejamos por eso, sino por las formas en las que se han hecho, ha sido muy precipitado», explican, «el trazado de la línea ha supuesto que las avenidas de cuatro carriles, queden en dos o uno, lo que ha intensificado el tráfico».

El Centro de Salud, el carril bici, las tiendas, un centro comercial… fueron cosas muy básicas que costaron que llegaran pero que consiguieron en un barrio que entonces estaba por hacer. Ahora, solo piden seguir evolucionando. «Solo reivindicamos cosas que cualquier otra ciudad, incluso con menos habitantes, está dotada de todas las necesidades. No queremos sentirnos abandonados», sentencian.