Aranjuez
Vecinos desalojados y un hoyo que no para de crecer
A punto de cumplirse un mes, el agujero «misterioso» de Aranjuez ha multiplicado su tamaño sin explicación y los afectados, más de cien personas, no han sido realojados
A punto de cumplirse un mes, los vecinos de Aranjuez afectados por el agujero «misterioso», cuyo origen aún no tiene explicación, siguen sin una solución para la situación que están viviendo. Sigue siendo la misma casi treinta días después. Dicen que ni el Ayuntamiento ni la Compañía les ha dado el amparo necesario ante el desalojo preventivo e inminente que sufrieron el pasado 20 de noviembre. Mientras, el hoyo aumenta su tamaño de forma drástica día tras día y desde su origen aseguran que ha multiplicado su dimensión hasta por seis veces. Sin embargo, los vecinos lamentan que no se haya hecho nada al respecto. Sigue sin conocerse su origen, pero no hay contratación alguna de expertos, arqueólogos o especialistas que puedan realizar los estudios oportunos y necesarios para comprender esta repentina apertura de la tierra y tomar las medidas correspondientes. Ha sido durante esta semana, cuando miembros de la Propiedad se han trasladado por primera vez hasta la zona afectada para marcar con tiza todos los edificios y la zona afectada.
La proximidad del hoyo a una rotonda, la única de la zona y donde se ubica una parada del único autobús que pasa por el barrio, obliga a las personas a cruzar la zona acordonada, pese al riesgo que esto supone. La preocupación de los vecinos no deja de crecer, por ello la semana pasada firmaron una denuncia conjunta por falta de actuación, seguridad e información. Por su parte, la Asociación Sin Ánimo de Lucro para la Integración Social (ABEIS), que se encuentra apoyando a los vecinos en toda la labor administrativa, interpuso una reclamación al Ayuntamiento de Aranjuez con copia al Defensor del Pueblo, exigiendo el derecho de los afectados a que les proporcionen un alternativa del Ayuntamiento de modo provisional y hasta que la Propiedad les facilitase una vivienda de las mismas características en base al derecho de retorno de la Ley de Arrendamientos. Este viernes, conocieron que el Defensor del Pueblo había admitido a trámite dicha denuncia.
Las 24 familias –más de cien personas- desalojadas de forma preventiva de los números 2 y 4 de la calle Cáceres, han tenido que «buscarse la vida» ante el desamparo que dicen estar sufriendo tanto por parte del Ayuntamiento de la localidad como de la Propiedad. Los más afortunados han podido refugiarse en casa de familiares o amigos, otros se han visto obligados a cambiar de comunidad autónoma y algunos se encuentran durmiendo en el coche, en una plaza de garaje o un trastero. Durante las dos primeras semanas, el Consistorio alojó a algunas de las familias en un hostal de la localidad durante unos días limitados, por lo que fueron dejándolo progresivamente. Hasta el pasado viernes, solo quedaban en él una vecina que junto a sus dos hijos menores –trece y cinco años- se vieron finalmente obligados a abandonarlo sin tener un lugar al que ir.
Desde el Consistorio, aseguran a este periódico que, desde el inicio, la Secretaría de Asuntos Sociales empezó a trabajar coordinadamente con la empresa propietaria del edificio para buscar una mejor opción para cada una de las familias. «Para aquellas que no tienen posibilidad, se las aloja en hoteles de la localidad y se realiza un seguimiento diario de su situación y se pone a su disposición a dos personas de asuntos sociales con dedicación exclusiva», dicen. Sin embargo, desde ABEIS, aseguran que la Propiedad dispone de viviendas vacías con las mismas condiciones que las desalojadas en la calle Cáceres, y no han realojado a las familias. Algo que debería cumplir por Ley, como arrendadora. Ante esta situación, comerciales de la zona habrían aprovechado esta trágica situación de los vecinos para vender contratos nuevos de alquiler con condiciones del mercado actual y con unos requisitos y exigencias abusivas.
María y David llevan ya quince días durmiendo en su vehículo: «No podemos más. Si no se puede volver a nuestro piso que nos den otro, que nos realojen, nos da igual que sea vivienda social, en Aranjuez o Madrid. Y que se respeten las condiciones que teníamos en el contrato», asegura María. Dice que la «poca» ayuda que ha recibido por parte del Ayuntamiento ha sido la de alojarles en un albergue. «Me piden que abandone a mi familia porque solo me admiten a mí, y por quince días, después que me busque la vida». En el caso de Álvaro, otro de los vecinos del número 4, ha tenido que trasladarse con su pareja a casa de su suegra. «Nos dijeron que sería algo temporal, pero llevamos desde entonces aquí, intentando llevar nuestra vida en Aranjuez a distancia, pero ya es insostenible». Además, dice compartir el mismo sentimiento con el resto de vecinos: «Lo único que hacen el Ayuntamiento y la Propiedad es pasarse la pelota y no asumir su responsabilidad». En el número 2 vivían Irene y Nacho, autónomos de treinta y treintaiún años, que han tenido que abandonar la comunidad autónoma. «Nos hemos trasladado a Santander porque el Ayuntamiento no nos ha proporcionado alternativa habitacional. Hemos tenido que cancelar algunos trabajos que teníamos porque no tenemos donde trabajar», explica Irene.
Por su parte, el Ayuntamiento asegura a este periódico que, a día de hoy, a excepción de una de las familias, la mencionada con anterioridad -a la que se le pidió que abandonase el hostal el pasado viernes-, todas las personas que se han dirigió a Asuntos Sociales han contado con apoyo y todos «prácticamente han solucionado su situación». A nivel técnico, señalan que durante el primer fin de semana desde la aparición del hoyo, se han realizado visitas para ver su evolución y es el lunes, 20 de noviembre, cuando contactan con la Escuela de Ingenieros de Caminos de la Universidad Politécnica de Madrid quien, a través de una fundación, se desplazan para ver in situ el socavón, ver el estudio geotécnico de la zona y planos del edificio. «La Fundación de la universidad ha preparado un dossier con las necesidades que se requieren para realizar un estudio geotécnico y llegar a conocer que es lo que lo ha provocado y desde cuando existe la cavidad», señalan fuentes del Consistorio a este periódico. Sin embargo, y dada la complejidad del proceso, que requiere una investigación en la que participan varias disciplinas, es necesaria la utilización de instrumental específico y de técnicos expertos en la materia para analizar los datos obtenidos, lo que requiere tiempo. «Todavía es muy pronto para poder sacar conclusiones y será a partir de dos meses y medio o tres meses cuando empecemos a tener datos», explican.
✕
Accede a tu cuenta para comentar