Urbanismo
Los vecinos toman las calles «por una ciudad accesible»
La asociación de vecinos de Valleagudo lidera la mayor protesta ciudadana en años ante el deterioro del municipio de Coslada
La historia reciente de Coslada ha cambiado de rumbo de la mano de un movimiento vecinal inesperado, nacido casi en silencio y convertido, en apenas tres años, en una de las fuerzas sociales más activas del municipio. La Asociación de Vecinos de Valleaguado, formada en origen por un grupo de amigos que solo deseaban un «barrio mejor», ha derivado en un actor organizado, estructurado y con un nivel de legitimidad creciente entre la ciudadanía, hasta el punto de protagonizar la manifestación más multitudinaria de la localidad en los últimos tiempos. Según datos de la Policía Nacional, más de 3.000 personas salieron a la calle el pasado 22 de noviembre para denunciar lo que consideran un deterioro sin precedentes en Coslada.
«Siempre hemos manifestado que somos simplemente vecinos que desean un barrio mejor», explican los portavoces de Valleaguado, que recuerdan que no son una plataforma política, ni una agrupación tradicional, sino un colectivo que ha crecido a partir de tres pilares muy concretos: fomentar actividades socioculturales, apoyar el comercio local y reivindicar mejoras urbanas urgentes.
La asociación se organiza en dos grupos de trabajo estables: uno se dedica a detectar las incidencias del barrio: desperfectos en aceras, problemas de calzadas, falta de accesibilidad, suciedad, presencia de ratas o deficiencias en los contenedores. El otro analiza una cuestión clave que afecta a buena parte de la ciudad: la llamada ordenanza de zonas privadas de uso público, un texto que el Ayuntamiento intenta aprobar tras dos años de trabajo y que ha generado un profundo rechazo vecinal. Cada grupo cuenta con un coordinador y un sistema de comunicación interna que canaliza la información hacia la junta directiva, encargada de dar forma a las líneas estratégicas y de interlocución con las administraciones.
Una ciudadanía despierta
La asociación cuenta que los ciudadanos han pasade de la idea de que «nada cambiará» a una base social amplia con mayor capacidad de presión. La foto que describen de Coslada es contundente: «El estado de los baches y desperfectos en Valleaguado y en Coslada en general es muy preocupante». El grupo de trabajo encargado de identificar incidencias ha registrado más de 200 solo en su barrio, enviadas oficialmente al Ayuntamiento para su reparación.
A ello se suma un deficiente nivel de limpieza viaria, contenedores rotos, acumulación de suciedad y la presencia de ratas en numerosos puntos de la ciudad. Los vecinos remarcan un dato especialmente inquietante: Coslada cuenta con una población muy envejecida, lo que agrava la falta de accesibilidad y multiplica los riesgos derivados de las aceras en mal estado.
El diagnóstico, lejos de ser aislado, se repite en conversaciones con residentes, comerciantes y colectivos locales: Coslada «nunca había estado tan deteriorada». Esta frase, pronunciada por numerosos vecinos durante la recogida de firmas iniciada por la asociación, resume el estado de ánimo generalizado.
El segundo gran foco de conflicto es la ordenanza impulsada por el Ayuntamiento. Tras dos años de participación conjunta entre consistorio y asociaciones vecinales, Valleaguado asegura que menos del 5% de sus propuestas han sido incorporadas al texto final. Y pese a ello, el gobierno municipal anunció su intención de llevar el borrador al Pleno para su aprobación. Según traslada la asociación, ese gesto fue percibido por los vecinos como un acto de desprecio hacia su trabajo y su voluntad de consenso. La normativa afecta a la gestión de diversas zonas del municipio, pero también se relaciona directamente con los problemas de deterioro urbano. La falta de claridad en su aplicación y en la responsabilidad sobre los desperfectos ha generado confusión y malestar. «Es un tema que influye directamente en la limpieza, los baches y la accesibilidad», explican desde la asociación.
2.000 firmas y el teatro lleno
Cuando el grupo de detección de incidencias presentó su informe al Ayuntamiento y se constató la falta de respuesta, los vecinos iniciaron una recogida de firmas en tiempo récord. En apenas unos días superaron las 2.000 adhesiones, lo que evidenció que el malestar no pertenecía a un grupo organizado, sino a la ciudad entera.
En una asamblea vecinal celebrada en un teatro se propuso convocar una manifestación y la propuesta fue aprobada por unanimidad. Y el resultado fue una marcha multitudinaria. Según informa la asociación a este medio, más de 3.000 personas tomaron las calles según la Policía Nacional, una cifra que sorprendió incluso a los organizadores. No hubo siglas de partidos ni presencia de organizaciones políticas encabezando la protesta: fue un movimiento ciudadano puro. Los lemas que se escucharon marcaron el tono: «Coslada merece más», «Por una ciudad accesible», «Queremos un municipio limpio», «Escuchen a sus vecinos».
Muchos recordaron que la ciudad tuvo épocas mejores, que fue referente en calidad urbana y participación ciudadana. La sensación compartida era la de una regresión prolongada, fruto de la falta de atención municipal a cuestiones básicas del día a día.
El silencio del Ayuntamiento
Posteriormente, desde Valleagudo trasladan que el Ayuntamiento no se ha pronunciado. «Siempre nos hemos mostrado dispuestos a colaborar. Desde hace tiempo venimos solicitando una reunión con el alcalde, pero nunca se ha concretado», lamentan.
El silencio institucional ha generado aún más inquietud entre los vecinos, que interpretan esta falta de diálogo como un síntoma de desconexión entre el gobierno municipal y la ciudadanía. Aun así, la asociación prefiere mantener un tono prudente y esperar una reacción por parte del Ayuntamiento antes de anunciar nuevas acciones. De momento, la asociación no tiene previstas nuevas protestas. Su intención es que el Ayuntamiento reflexione tras la movilización y reconozca que la situación del municipio exige medidas urgentes y consensuadas.
Además, otras zonas de Coslada han comenzado a contactar con la asociación para compartir sus propias incidencias y para interesarse en su modelo organizativo y la protesta del fin de semana puede haber sido el primer capítulo de un movimiento ciudadano más amplio.