Historia

Francia

«Malavita»: La «cosita» nostra

Director: Luc Besson. Guión: L. Besson, Michael Caleo, basada en la novela de Tonino Benacquista. Intérpretes: Robert de Niro, Michelle Pfeiffer, Tommy Lee Jones. EE UU-Francia, 2013. Duración: 111 minutos. Drama.

«Malavita»: La «cosita» nostra
«Malavita»: La «cosita» nostralarazon

«Malavita» es el nombre de un perro que parece manso aunque luego enseña un rosario de dientes terribles y también una buena palabra para resumir la trashumancia de los Manzoni, conocida familia mafiosa americana que debe marcharse a Normandía, Francia, bajo un programa de protección de testigos del FBI. Porque ya saben lo caro que cuesta traicionar a los tuyos cuando adoptaste este estilo de existencia. Y De Niro, cierto, vuelve a meterse en el pellejo de un tipo perteneciente al hampa nada menos que bajo la dirección de Luc Besson, y cómo le gustan a este cineasta la acción, su buena sangre y los tiros a mansalva. Besson, tan irregular, tan poderoso hombre orquesta de la industria (también produce filmes que funcionan estupendamente en taquilla, escribe guiones e interpreta, hasta hace de sí mismo si hace falta), cuyos mayores éxitos como director, «El gran azul», 1988 «El quinto elemento», 1997, ya han quedado demasiado atrás. De modo que aquí estamos, con los simpáticos y violentos Manzoni, el matrimonio y los dos hijos adolescentes, que más parecen unos psicópatas peligrosos que auténticos integrantes de la Camorra, entre exuberantes tópicos sobre la cocina estadounidense y gala (las bombas calóricas en forma de hamburguesas de unos frente a los excesos de la nata y la mantequilla de otros) y con los protagonistas intentando que los otrora amigos de la pareja no los den matarile hasta derivar todo ello en un final trepidante y tramposillo. Besson se permite hasta la gracia de incluir un amplio guiño con la programación, en ese pequeño pueblo, de «Uno de los nuestros», aquella maravilla de Scorsese con, claro, De Niro. Da igual, ya que por lástima y por lógica no vemos ni una sola escena del filme. Aunque la idea original de la que arranca tiene chispa, pronto comprobará el espectador cómo comienza a pasarse de rosca y que otras historias paralelas a la principal (el enamoramiento de la chica, el barullo por el agua marrón) sólo están para hacer bulto o, como mucho, ayudar malamente al desarrollo de la primordial. La «Cosa Nostra» se ha quedado en cosita.