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Historia

Entrevista

«Se lo he dicho a muchos políticos: no nos queda tiempo»

Joaquín Araújo - Escritor y naturalista

Joaquín Araújo reflexiona sobre el presente, desde toda una vida dedicada a cuidar de la naturaleza La Razón

Lleva cuatro días sin salir de casa por el temporal Filomena. Tres de ellos, incomunicado. Agradece que el teléfono al fin funcione, aunque aprecie la soledad. Vive en un lugar remoto de Extremadura y su vecino más cercano se encuentra a 15 kilómetros. Este reconocido naturalista y escritor explica que la vida le ha enseñado mucho. Por ejemplo, a «sentir que vive con y no contra ella». Ha sido comisario y autor de 30 exposiciones, director y guionista de 340 documentales (entre ellos, «El Hombre y la Tierra») y ha dado unas 2.500 conferencias. También es el único español dos veces galardonado con el Premio Nacional de Medio Ambiente.

Mira atrás y ve...

–Una enorme cantidad de situaciones afortunadas. Creo que la vida me ha tratado bien porque yo he querido tratar siempre bien a la vida.

¿De dónde sale ese interés tan genuino por la vida?

–Mis antepasados eran todos militares. No sé qué gen se coló en mi ADN para que aflorara ese... naturalismo. Creo que la calificación que más me han hecho es la de «naturalista». Yo he elegido la de campesino.

¿Por qué?

–Ser campesino es uno de los más nobles títulos que se puede tener en esta vida. Siempre lo he dicho: después del bosque, la mejor escuela es la huerta.

Con el confinamiento muchos desearon tener una...

–Vivir en la ciudad ya es elegir un tipo de prisión, pero cuando encima te quedas en la celda de castigo que es tu propia casa, el pueblo vuelve a convertirse en un privilegio que acaba siendo apreciado. Pero ese sentimiento se olvidó muy rápido.

¿Cometemos siempre los mismos errores?

–Lo peor que nos ocurre es que, siendo los únicos seres vivos con capacidad de recuerdo, traicionamos ese obsequio que es tener memoria. Pese al confinamiento, no hay ni un solo indicador ambiental que haya mejorado, pero hemos batido todos los récords: el pico más frío, el año más caluroso, los mares más calientes... ¿Si no hemos reaccionado a un virus que mata tan rápido, cómo vamos a reaccionar ante algo que mata más lento, como el cambio climático? Se lo he dicho a muchos políticos, incluso a los concienciados: no nos queda tiempo. Los objetivos son absolutamente insuficientes y los plazos infinitamente largos.

¿Se ha vengado de nosotros la naturaleza en 2020?

–Pensar eso es una tentación lógica, pero hay que apelar al rigor científico. La naturaleza no tiene intención de culpar. No es una venganza, es la consecuencia de una gigantesca torpeza, que es vivir constastemente en contra de la vida. Pasamos de ser verdugos a ser víctimas.

Joaquín Araújo reflexiona sobre el presente, desde toda una vida dedicada a cuidar de la naturaleza

Amando tanto la vida, ¿cómo digiere el negacionismo?

–El verdadero problema es que la mayoría de enemigos de la naturaleza no saben que lo son. No les pido que se pongan a plantar árboles, solo consciencia.

Y sin embargo hay una mayor conciencia ambiental.

–Llevo medio siglo dedicado a estas cosas y puedo decir que ahora hay cien veces más congresos, libros, grupos ecologistas, documentales y presencia en medios que hace 50 años. Curiosamente, entonces había el doble de vida en el planeta. Lo educativo ambiental ha multiplicado su militancia, pero la maquinaria destructora ha seguido arrollando y, cada vez, con más fuerza.

¿Qué es lo más importante para cambiarlo todo?

–Lo más importante siempre es la vivencia. Sentirse «viviendo con la vida». Lo segundo es la cultura. Lo tercero la difusión de la cultura, el sistema educativo y medios de comunicación. Por detrás, las relaciones personales. Al final está la política, y lo menos importante es la economía.

¿Y qué podemos hacer?

–Desactivar la desesperanza. Los que se benefician de este desastre están encantados conque desprecies el valor de tus acciones. Confiar en que cualquier contribución que hagamos, por mínima que parezca, es valiosa. Emily Dick in son lo explica así :« Conque hayas cogido a un pequeño petirrojo y lo hayas devuelto al nido, tu vida habrá tenido sentido».

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