Medio Ambiente

Paulino Estrada, presidente de Cofarta: «Tener un huerto en casa es, más que un refugio, un oasis»

Paulino Estrada, Presidente de Cofarta
Paulino Estrada, Presidente de Cofartalarazon

Los beneficios de tener un huerto en el hogar son infinitos. Y Paulino Estrada, presidente del Centro Cooperativo Farmacéutico Talaverano (Cofarta), lo sabe bien. Farmacéutico de profesión, comenzó su carrera como boticario. Ahora, y desde hace ya más de una década, es el máximo representante de la mayor empresa de distribución de productos farmacéuticos de Castilla-La Mancha. En sus ratos libres, es partidario de «no poner en la planta lo que no querrías en tu mesa». Por eso, y desde hace años, comenzó a trabajar en su propia finca de cultivos naturales, situada dentro de su vivienda y ubicada en un pueblecito de unos 300 habitantes llamado Herreruela de Oropesa (en Toledo).

–¿Cómo va la recolecta esta mañana?

–Fenomenal. Hoy me he despertado a las 7:00 de la mañana y he recolectado varios pimientos, tomates, calabazas y melones.

–Debe ser una gozada contar con un pequeño «pulmón verde» en casa...

–Sí que lo es. Yo lo llamo mi «refugio». Cuento con una plantación de 11 hectáreas de almendros y en mi chalet (de unos 9.000 metros cuadrados) he sembrado un huerto, situado a 35 kilómetros de Talavera de la Reina, la sede social de Cofarta. Quien acude a visitarme conviene en que, más que refugio, mi huerto es un oasis en la sequía casi extremeña. Aunque, desde aquí, todavía se escucha el ruido de los coches circulando por la autovía...

–¿Se considera un agricultor ecológico?

–No exactamente. Mi cultivo no es ecológico, pero sí que es 100% natural. Todos los trabajos se realizan a mano, a excepción de un tractor que utilizo para alguna faena. No rocío mis plantas con insecticidas ni químicos de ningún tipo, porque la misma paja es un compost excelente para el cultivo.

–¿De dónde le viene esa vena de horticulor?

–Provengo de una familia rural; mis raíces se hunden en la tierra. Recuerdo que, cuando era un infante, los pastores tenían que apañarse conservando el agua fresca en calabazas vaciadas, a modo de cantimplora. Mi padre, yo y los demás bebíamos a morro de la misma calabaza... Si no nos pasó nada fue porque Dios no quiso [ríe]. Hoy en día hay múltiples formas de hacer llegar la electricidad a las casas de los entornos rurales, tenemos neveras y placas solares... Aunque yo sigo haciendo uso de las calabazas de agua.

–Y de trabajar la tierra pasó a presidir una gran distribuidora de farmacéuticos...

–Sin olvidarme de la tierra. Pero sí, soy presidente de la única cooperativa en España que se ha transformado en SL, Cofarta Comercializadora SL, que ahora pertenece al grupo Cofare. Pero yo tengo un dicho: los de pueblo no desentonamos vayamos donde vayamos. Los que nacen en el asfalto, cuando van al medio rural, desentonan...

–Para quienes no estén familiarizados: ¿qué es Cofarta?

– Somos el enlace entre la industria y la farmacia. Pudiera parecer que no hacemos nada, pero los medicamentos no podrían llegar hasta la farmacia si no existiéramos. De hecho, no sé cuántas vueltas habremos dado a la Tierra en kilómetros, pero cada día recorremos la misma distancia que si fuésemos de Madrid a Nueva York. Hemos luchado mucho –porque nada es para que los fármacos lleguen a todas partes y a todas las personas que los necesitan.

–¿Cómo valora el compromiso medioambiental de Cofarta?

–Para nosotros la solidaridad, la sostenibilidad y el medio ambiente son tres factores importantísimos. En la actualidad, estamos elaborando un estudio de gran envergadura que nos permitirá seguir caminando en esta dirección, así como reducir las emisiones de CO2 de nuestros desplazamientos.