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Medio Ambiente

Agridulce y prematura, pero es tiempo de vendimia

El incremento del calor progresivo podría desarrollar uvas más débiles y hasta cambios en el sabor del vino

Vendimia de Bodegas Santalba, situado en La Rioja, al norte de España
Vendimia de Bodegas Santalba, situado en La Rioja, al norte de Españalarazonfreemarker.core.DefaultToExpression$EmptyStringAndSequenceAndHash@69f48aa5

La época de vendimia ha comenzado, en todo el país, cientos de bodegas vienen celebrando esta tradicional temporada, pero muchas de ellas con un sabor agridulce, pues el contexto y el cambio climático han hecho que, este año, la situación para los agricultores sea diferente.

En el sector vinícola, además de la inflación que afecta de forma generalizada a toda la población, el último tórrido verano con temperaturas que han alcanzado los 45º centígrados en varias partes del país, han generado en la industria no solo vendimias prematuras, sino también una incertidumbre creciente.

Si bien este año, el clima ha generado tales efectos, la previsión para los siguientes años no son nada esperanzadores, por lo que muchos enólogos ya muestran su preocupación, pues el empeoramiento empeoramiento de la situación puede traducirse en pérdidas económicas, vendimias aún más prematuras e incluso un cambio en el sabor de las uvas.

Así ha explicado a LA RAZÓN, Roberto Ijalba, enólogo de la Bodega Santalba, procedente de La Rioja. «Con un verano tan cálido, la realidad es que los viñedos están sufriendo más de lo habitual, pues aunque estos son resistentes a las altas temperaturas y las sequías como tal, todo tiene un límite», cuenta Ijalba, destacando también que, no todas las cosechas comparten esta problemática, ya que hay zonas más áridas y expuestas al calor.

El viticultor asegura que si esta situación climatológica empeora con el tiempo, una de las consecuencias influiría en el sabor del vino, ya que se tendrían uvas sobremaduras, generando vinos más dulces, como por ejemplo, los vinos australianos, donde el clima es más de este estilo.

Otro efecto adverso afectaría a la cantidad, puesto que, con una uva más pequeña, hay menos cantidad de peso, agua y mosto; en consecuencia, se obtendría menos litros de vino y los productores recibirían menos dinero por esas uvas.

«El clima influye también en el porcentaje de alcohol de los vinos, hace 25 años, este se encontraba entre 2 o 3 grados menos que ahora. Con más calor, más grados de alcohol tendrán las botellas, por eso es importante desarrollar técnicas para mantener sus niveles», argumenta.

No obstante, el enólogo hace una reflexión parcial sobre las altas temperaturas, por un lado, considera que «son buenas con el medioambiente», pues los tratamientos de viñedo se reducen a cero y se ahorra energía y muchos costes, pero también generan «contradicciones», en tanto que, la falta de agua genera retrasos en el desarrollo de la fruta, incluso algunos cultivos quedan parados cuando las plantas pierden demasiadas hojas.

Habitualmente, la vendimia en La Rioja tiene su momento álgido en torno a mediados de octubre, pero la climatología ha provocado que la recogida de la uva se produzca entre 2 y 3 semanas antes de lo habitual. A fecha de hoy, en la zona, muchas de las bodegas ya han finiquitado sus vendimias, y las que faltan están muy próximas a celebrarlo.

Para Ijalba «el tiempo pone todo en su lugar» y finalmente, este año se ha obtenido un producto muy bueno «está siendo una cosecha de muy buena calidad, difícil, pero satisfactoria».