Energía
El hidrogeno verde se abre paso
La industria se enfrenta a un gran reto de adaptación tecnológica y energética de sus procesos productivos para alcanzar la neutralidad climática en 2050
Los objetivos de neutralidad climática en 2050 que se definen en el Pacto Verde Europeo son muy ambiciosos y para conseguirlos la industria se enfrenta a un gran reto de adaptación tecnológica y energética de sus procesos productivos.
El objetivo final de Net Zero a 2050 es claro, pero tan importante como el objetivo es el camino para llegar a él. Este camino debe ayudar a la industria a ganar competitividad y a hacer crecer el peso del tejido industrial, aprovechando las oportunidades que se presentan en este contexto de transición.
En opinión de María Higueras, directora de Mercado Industrial en la comercializadora de Naturgy, “sólo podremos alcanzar la transición energética si mantenemos el equilibrio entre el cumplimiento de los objetivos de desarrollo sostenible, la garantía de suministro y unos precios asequibles para todos los sectores que garanticen en todo momento la competitividad del tejido industrial”.
Higueras está convencida de que “la transición hacia una economía de cero emisiones supone un reto tecnológico, regulatorio y empresarial tan relevante que requiere el trabajo conjunto de todos los entes implicados, así como una visión estratégica global y un marco regulatorio que facilite la inversión necesaria”.
La industria, clave de la economía
En España, según la Cátedra Política Industrial, de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) el sector industrial representa aproximadamente el 16% del PIB; es la segunda rama de actividad más importante en términos de contribución al Producto interior Bruto nacional, junto al empleo, después del sector servicios y según el Pacto Mundial ocupa el cuarto lugar en la Unión Europea, tras Alemania, Francia e Italia.
Además, de acuerdo con la Fundación para el Fomento de la Innovación, la Industria española impulsa la innovación y la adopción de nuevas tecnologías, lo que contribuye a la competitividad y productividad de la economía, ya que supone casi el 50% de la inversión empresarial en I+D y más del 90% de los bienes exportados.
Así mismo, la industria, según el Pacto Mundial, juega un papel crucial en la transición hacia una economía más sostenible, impulsando la eficiencia energética, la economía circular y la reducción de emisiones. En España, la industria es responsable del 20,5% del consumo final de energía y del 24% de las emisiones directas.
Para la directora de Mercado Industrial en la comercializadora de Naturgy, María Higueras “el sector industrial está claramente comprometido con los objetivos de descarbonización, pero necesita un marco normativo y fiscal, junto a una política industrial, que incentiven a las empresas a invertir en estos procesos de bajas emisiones”.
“Precisan saber cuánto les va a costar la energía en 5 o 10 años para incluirlo en su ecuación de inversión. Son conscientes de que tienen que transitar por la ruta de la descarbonización, pero existe mucha incertidumbre sobre cómo abordar el proceso”, añade
La producción de hidrógeno verde
La energética Naturgy trabaja ya en distintos proyectos relacionados con el hidrogeno verde, concretamente en colaboración con Enagás, impulsa la mayor planta de hidrógeno de España, que se encuentra en León y en colaboración con el Centro Tecnológico EnergyLab, promueven la Unidad Mixta de Gas Renovable que une el desarrollo de biometano con el del hidrógeno.
También, participa en el proyecto DisTecH2, que cuenta con la colaboración de cuatro socios estratégicos: Grupo Cobra, ISFOC, AIPRA y la propia Naturgy, una iniciativa clave para el desarrollo de tecnologías disruptivas en la producción y uso del hidrógeno verde.
Este enfoque disruptivo no se limita solo a la producción de hidrógeno. El proyecto aborda la cadena de valor completa, desde la creación de materiales avanzados hasta la integración del hidrógeno producido en sistemas de última generación como las pilas de combustible de óxido sólido (SOFC), que convierten el hidrógeno en electricidad de alta eficiencia y calor aprovechable. Además, Naturgy trabajará con los centros tecnológicos IREC y Leitat, quienes contribuirán a la investigación y desarrollo de nuevas soluciones tecnológicas para el hidrógeno verde.
4 aplicaciones del hidrógeno verde
Energía: actúa como un almacenamiento estratégico para energía renovable, permitiendo que se utilice en momentos de alta demanda o baja producción. También puede ser transformado en electricidad mediante celdas de combustible, convirtiéndose en una solución flexible para la generación local.
Industria: En procesos industriales que requieren altas temperaturas, como la siderurgia y la fabricación de cemento, el hidrógeno verde puede sustituir al carbón y al gas natural como fuente de energía. Además, se puede utilizar como materia prima en la producción de amoníaco y otros productos químicos esenciales.
Transporte: El hidrógeno verde es una alternativa viable para vehículos de larga distancia, como camiones, trenes y aviones. Además, los autobuses y automóviles impulsados por celdas de combustible de hidrógeno ya están en desarrollo en diferentes partes del mundo.
Uso doméstico: El hidrógeno verde puede emplearse para calentar viviendas y edificios, reemplazando al gas natural en sistemas de calefacción y agua caliente, brindando una opción más respetuosa con el medio ambiente.