Una naturaleza sana, vital para las buena marcha de las empresas

El camino de la Ley de Restauración de la naturaleza en el Parlamento Europeo ha sido accidentado. Con las posiciones a favor y en contra de dos grandes bloques y ante un eventual rechazo final, promovido por el grupo de los conservadores y evitado in extremis en una ajustada votación el pasado día 11, 80 altos directivos de otras tantas grandes empresas e instituciones financieras hicieron público un mensaje a la Unión en su conjunto en el que instaban a esta a «adoptar una legislación medioambiental que aborde conjuntamente las crisis natural y climática».

Dependencia de la naturaleza

Más allá de las motivaciones particulares de cada compañía y de las implicaciones concretas que en su negocio implique la existencia o no de una naturaleza sana, la primera línea del texto ya sitúa en el centro de la argumentación posterior un hecho: el reconocimiento «de la dependencia de un medioambiente sano como algo fundamental para la resistencia de nuestra economía y, en última instancia, para nuestro éxito a largo plazo».

Para los ejecutivos de las 80 compañías firmantes del comunicado una legislación ambiental «que equilibre las necesidades de proteger la naturaleza con las prioridades socioecónómicas», crea unas «condiciones equitativas para todas las empresas de Europa», lo que redunda en «seguridad normativa y en que se creen las condiciones propicias para fomentar la innovación y para transformar las prácticas y modelos empresariales que garantizan que las empresas con visión de futuro vean recompensados sus esfuerzos para detener y revertir la pérdida de naturaleza».

Esas compañía, en general, tienen en común el hecho de ser grandes multinacionales, pero la diversidad de sectores en los que operan es también destacable.

Grandes y diversas

Así, Inditex e Iberdrola, figuran entre las compañías adheridas a este mensaje. también hay diversas empresas que, siendo su matriz de otro país, cuentan con tienen potentes secciones españolas que tienen proveedores en España, y producen o distribuyen aquí. Como es el caso de Nestlé, Coca Cola, Ikea, Unilever, H&M, etc.

Entre estas últimas, un ejemplo es Tetra Pak. La multinacional sueca de fabricación de envases, procesado y envasado de alimentos tiene como recurso principal para su actividad la madera con la que se fabrica la pasta de papel de los bricks. Para Ramiro Ortiz, presidente de Tetra Pak Hispania, «preservar la naturaleza es muy importante. Primero, para garantizar el suministro de los materiales con los que trabajamos, que son renovables y, en el caso de la madera, procedente de bosques certificados. Y tenemos el objetivo de que todos los materiales que componen nuestros envases sean 100 % renovables. Y ahí entrarían también los plásticos de origen vegetal con los que estamos trabajando». El segundo factor para Ortiz son «la agricultura y la ganadería. Porque envasamos alimentos y nos sentimos partícipes y responsables de toda la cadena de valor. La producción de alimentos sanos asegura la calidad de la cadena alimentaria y, finalmente, la reducción del desperdicio de alimentos».

Y también pequeñas

En el polo opuesto, en cuanto tamaño y sector, se sitúa la consultora malagueña Laboratorio de Urbanismo y también firmante del mensaje. Su directora, Susana García Bujance, arquitecta especializada en urbanismo, considera que la nueva ley «al estar enfocada en la regeneración y restauración de espacios naturales, tiene un lenguaje propositivo, más que de prohibición». Para esta experta «una norma de estas características, permite argumentar mejor ante agentes e intereses muy diversos, -como pueden ser las empresas que quieran establecerse en un lugar determinado o las administraciones que tienen que velar por los intereses de todos-, de cara a ordenar un territorio de manera que puedan salir todos beneficiados. Porque está en la ley y también en su espíritu, y, además, sigue el signo de los tiempos. Y lo hace de manera en que lo privado pueda participar, por ejemplo, en esa restauración de la naturaleza. Por lo que entiendo que permitirá un mayor diálogo público-privado».

Visión a largo plazo

Para Ramiro Ortiz, «un medio ambiente deteriorado es perjudicial para cualquier negocio, y creo que la mayoría de las empresas se mueven en la dirección correcta. Estas legislaciones obligan a las compañías que no estén acorde con esos objetivos a adecuarse a las normas. Y, además, originan una inundación de inversiones para innovaciones. Va a haber muchas novedades tecnológicas en el futuro próximo».