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Innovación

El reciclado químico de residuos textiles, una tecnología prometedora

El proyecto Chemup II de Aitex obtiene poliéster de gran calidad para fabricar nuevas telas con fibras recicladas

Reciclaje de poliester
Granza de poliéster recicladoAITEX

Uno de los retos más importante que actualmente tiene ante sí el sector textil es conseguir reducir el volumen de los residuos que genera. Solo teniendo en cuenta las prendas de vestir, en España se desechan cada año casi un millón de toneladas de ropa, de los que tan solo entre el 10 y el 12% se recicla o reutiliza, según datos del «Análisis de la recogida de ropa usada en España», realizado por la cooperativa de recogida textiles Moda Re-.

En todo caso, los restos no son solo de ropa confeccionada, utilizada y desechada, también los hogares, la industria de la automoción, la construcción y la propia textil, generan desechos de diversos tipos de telas. A nivel mundial, las cantidades de este tipo de residuos son ingentes: 92 millones de toneladas según la misma fuente.

Residuos de gran potencial

Teniendo en cuenta el ciclo completo de los productos textiles, desde la producción de la materia prima al final de su vida útil, desaprovechar el gran potencial de reciclaje o reutilización que tienen, significa también que se malgastan el agua y la energía consumidas para su producción, más las emisiones y contaminación que han generado los procesos de fabricación. Todo ello en cantidades, literalmente, industriales.

Reutilización o aprovechamiento en otros usos, como aislantes o rellenos, reciclaje para producir nuevas hilaturas y telas, y valorización energética, son fórmulas para evitar que los residuos textiles lleguen a los vertederos. Pero, no todos son fáciles de reciclar.

Soluciones para el poliéster

Por ejemplo, el poliéster, un material plástico cuya materia prima es un derivado del petróleo y del que en 2021 fabricaron 60 millones de toneladas, lo que supone el 54% de las 113 millones de toneladas de fibras textiles producidas en el mundo en ese año, según datos Textile Exchange.

«Sin embargo, es una fibra que no responde bien a los procesos de reciclaje convencionales: pierde calidad y hace difícil confeccionar nuevos textiles a partir de poliéster reciclado», explica Javier Pascual, responsable del Grupo de Investigación de Fibras Técnicas y Materiales Textiles, de Aitex, centro de investigación e innovación valenciano que colabora de manera habitual con empresas del sector textil.

«El principal método de reciclaje de poliéster en la actualidad es el reciclaje termo-mecánico, que consiste en clasificar, lavar y reprocesar los residuos textiles fundiéndolos. Por eso, hay interés en nuevas formas de reciclado y las tecnologías de reciclado químico son un enfoque prometedor, porque tienen la ventaja de ser procesos que permiten reciclar este textil cuantas veces sea necesario manteniendo sus características originales», continúa Pascual.

Por ello, Aitex está desarrollando el proyecto Chemup II –que está apoyado por la Conselleria d’Economia Sostenible, Sectors Productius, Comerç i Treball de la Generalitat Valenciana, a través del IVACE–, que tiene el objetivo de desarrollar y optimizar el reciclado químico de poliéster a escala piloto. Este proyecto ya ha alcanzado avances técnicos que redundarán en una mejor incorporación de este material a la economía circular y, adicionalmente, a la reducción de residuos textiles.

Utilizando residuos textiles posconsumo procedentes de la recogida selectiva con contenedores localizados en la vía pública, y tras ser clasificados por composición y color, «han sido triturados, granceados y, aplicando un disolvente, se provocan las reacciones químicas necesarias para romper la estructura química del poliéster. Tras un proceso de purificación, resulta un material con una pureza de casi el 100 por 100. Es decir, se obtiene un nuevo poliéster que puede ser reciclado un número infinito de veces sin pérdida de propiedades», concluye Javier Pascual.

Resultados prometedores

Entre los resultados obtenidos por el proyecto Chemup II es especialmente relevante la obtención de un material virgen con las características adecuadas para obtener nuevas fibras mediante procesos convencionales de hilatura por fusión y, a partir de ellas, nuevos productos textiles de uso cotidiano. Además, también se han optimizado y validado los procesos para el reciclado químico de este tipo de residuos textiles.

Un avance que, previsiblemente, será útil a la industria textil para reducir una parte de los impactos ambientales que genera. Y, en Europa concretamente, para prosperar en el cumplimiento de la directiva que obliga a los estados miembros a empezar la recogida selectiva de residuos textiles antes del 1 de enero de 2025, y al establecimiento de unos objetivos relativos a la preparación para la reutilización y el reciclado de estos residuos.

Esto supondrá un impacto para toda la cadena de valor textil, pues será necesario, en virtud de la responsabilidad ampliada del productor, que las empresas empiecen a diseñar y preparar sus productos para contener material reciclado y para permitir su reciclaje. Además, quedará prohibida la destrucción de excedentes textiles no vendidos.