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Tajo, suciedad y contaminación que desembocan en Portugal

El trasvase al Segura y la contaminación convierten el río en una cinta transportadora de aguas residuales de grandes ciudades como Madrid

El Tajo recibe aguas del Jarama con altos índices de contaminación
El Tajo recibe aguas del Jarama con altos índices de contaminaciónGoogle

Esta semana hace exactamente 51 años que se prohibía el baño en el Tajo a su paso por la provincia de Toledo. El motivo: la contaminación del agua. A pesar del tiempo transcurrido y algunas promesas electorales todavía no es posible bañarse y la salud del río es cuanto menos mejorable. De hecho, un reciente estudio de la Cátedra del Tajo de la Universidad de Castilla La Mancha y la Fundación Soliss detectaba 26 puntos de vertido en la ciudad manchega. Tan solo 10 cuentan con autorización.

Sin embargo, los problemas del río Tajo no terminan aquí y abarcan prácticamente toda la cuenca del río desde su parte alta hasta su desembocadura ya en Portugal. No en vano, algunos investigadores consideran que se trata de uno de los ríos más castigados de Europa. Para Diego García de Jalón, catedrático de Sistemas y Recursos Naturales de la ETSI Montes, Forestales y Medio Natural de la Universidad Politécnica de Madrid, la clave de los problemas de conservación que sacuden al río Tajo desde hace décadas tiene que ver especialmente con su carácter interterritorial.

No hay que olvidar que la gestión la comparten diferentes organismos desde la Confederación Hidrográfica del Tajo a diferentes Comunidades Autónomas y diversas empresas de depuración como el Canal de Isabel II en Madrid. «La parte alta del río es muy bonita, pero recibe su primer impacto a la altura de los embalses de Buendía y Entrepeñas, donde se desvía parte del caudal para el trasvase Tajo-Segura. El cauce a partir de aquí lleva muy poca agua», detalla el catedrático.

Trasvase

El polémico y politizado trasvase Tajo-Segura se aprobó a finales de los 70 y supone que aproximadamente dos tercios del cauce de la cuenca alta se derive a las zonas agrícolas del Levante. A día de hoy, el caudal mínimo ecológico que tiene que circular por el río a la altura de Bolarque, y que condiciona la cantidad de agua que se trasvasará a Murcia, tiene que ser de siete m3/s. Ese caudal aumentará hasta los 8,6 m3/s según establece el nuevo Plan Hidrológico del Tajo. Sin embargo, «el problema del río es doble y se retroalimenta. El trasvase vino a sumarse al problema histórico de la contaminación de las aguas vertidas en Madrid. Estas pasan al Jarama y de ahí al Tajo a la altura de Aranjuez. Es muy fácil distinguir en las fotos de Google el pequeño caudal del Tajo limpio y el color marrón de las más extensas aguas del Jarama en el punto en el que se encuentra. Desde el trasvase, el río es un hilo que impide que se diluyan los vertidos y hacen que la calidad del agua sea mala cuenca abajo de Toledo o Talavera de la Reina. Las aguas residuales de Madrid que llegan aquí están en el mejor de los casos deficientemente tratadas a lo que hay que sumar otros vertidos», comenta Eduardo Sánchez Butragueño, licenciado en ciencias ambientales y director de la Real Fundación de Toledo. A menor caudal del Tajo, mayor contaminación por falta de dilución.

Contaminación hasta Lisboa

El problema, dice el catedrático de la UPM García de Jalón, es que «los compuestos nitrogenados tardan en descomponerse. Aunque la depuración en Madrid sea correcta, faltan tratamientos terciarios que acaben con los nutrientes. A esto se suma que cuando hay tormentas, las depuradoras no tienen capacidad para tratar toda el agua y se vierte sin más. También se suma el cauce de otro río, el Guadarrama, que va cargado con los vertidos de las poblaciones del oeste de Madrid y los de las desviaciones para riego agrícola. Siempre hay un retorno con aporte de nutrientes».

Aguas abajo, ya en Extremadura, el Tajo recibe el aporte de otros ríos como el del Tiétar, que nace en Gredos. La contaminación baja algo, pero no lo suficiente. «Ahora en verano, debido a las altas temperaturas y la carga de nutrientes que lleva el agua, las plantas acuáticas pueden prosperar mucho con la radiación solar produciendo episodios de contaminación y manchas de algas en el cauce bajo», explica Alejandro Cano, portavoz de la Plataforma en Defensa del Tajo.