MIR de uno o dos años en Europa para profesores

La mentoría también es obligatoria en la mayor parte de países.

El MIR que el ministro de Educación, Íñigo Méndez de Vigo, quiere proponer dentro del pacto educativo como requisito obligatorio para iniciarse en la profesión de la docencia existe ya en muchos países europeos. La mayoría tienen una duración de un año o dos, como mucho, y es una etapa de capacitación profesional que incluye formación y evaluación del aspirante a profesor una vez que concluye este periódo. Además, se elige un mentor que proporciona apoyo personal, social y profesional durante esta etapa.

En casi dos tercios de los países europeos los docentes que salen de la universidad con su título debajo del brazo tienen acceso a una formación práctica que está estructurada, aunque cada país tiene sus particularidades. La iniciación es obligatoria, excepto en Estonia, Eslovenia y el Reino Unido (Escocia), donde sólo es recomendada, según recoge un informe interno del Ministerio de Educación que refleja la situación de formación del profesorado en Europa. Así, por ejemplo, en Alemania es cada länder el que decide cómo se organiza la fase de iniciación y sus actividades prácticas. Cuando un aspirante a profesor acaba sus estudios, tiene que realizar lo que se conoce como el «Vorbereitungsdienst», un servicio preparatorio remunerado en un centro escolar entre uno y dos años para aprobar previamente su segundo examen estatal. La prueba es un requisito indispensable para lograr un empleo fijo como docente, pero no garantiza el puesto.

En Luxemburgo, se examina a los docentes novatos antes de las prácticas, que duran dos años y están remuneradas.

Lo cierto es que esta transición a la profesión docente, similar al modelo MIR para los médicos que se quiere implantar en España, se viene realizando en muchos países desde 2010/11. En Portugal, desde 2012; En Suecia, desde 2011; en Austria, desde 2015, por poner algunos ejemplos.

También es obligatorio desde hace años el apoyo al profesor novato mediante lo que se conoce como mentoría, es decir, el asesoramiento profesional que reciben éstos de otros colegas con mayor experiencia. De una manera u otra, lo cierto es que son muchos los expertos partidarios de una renovación del acceso a la profesión. Entre otras cosas porque «son la clave de la calidad, lo que hace necesario una revolución radical», explica Carmen Pellicer, presidenta de la Fundación Trilema. En su opinión, los profesores del futuro «deben conocer las disciplinas, la didáctica, formación en investigación, pero también es necesario un conocimiento de la psicología y de todas las estrategias didácticas, una capacitación real para afrontar los desafíos del día a día en las clases. Necesitamos una formación potente en habilidades para la comunicación, incluso de las tecnologías y de los sistemas de evaluación. Es decir, es necesario evaluar el aprendizaje de los alumnos».

De momento, las comunidades autónomas ya han empezado a pedir que se cuente con ellas para el diseño del futuro MIR. Entre ellas, la consejera de Educación y Empleo de la Junta de Extremadura, Esther Gutiérrez. Las confederaciones de padres de alumnos Ceapa y Concapa reclaman también intervenir en el debate.