A subasta

El peor “negocio” de los Pujol: los coches clásicos

La famosa colección de Jordi, el hijo mayor de la familia Pujol, nunca ha sido tan importante como él mismo presumía. Su deterioro y la crisis económica hacen que su valoración se sitúe muy a la baja

Inspección judicial de una de las naves donde Jordi Pujol Ferrusola guardaba su colección de coches de lujo
Inspección judicial de una de las naves donde Jordi Pujol Ferrusola guardaba su colección de coches de lujolarazon

Devaluada. Esta es la palabra que define el actual estado de la colección de coches de Jordi Pujol hijo. Los automóviles llevan parados y abandonados desde hace cinco años en un garaje y las piezas adquiridas se ha demostrado que no fueron buenas decisiones de compra. Finalmente no serán un “salvavidas” económico. El juez Pedraz ha decretado su venta en subasta pública para responder a parte de las responsabilidades civiles derivadas de los procesos en los que está imputado. Pero también la crisis económica originada por la pandemia juega en su contra.

No estamos en el mejor momento para el mercado de los coches antiguos. Son caprichos que, en un momento de crisis como el actual, han sufrido un importante deterioro de los precios. La ausencia de subastas internacionales presenciales hace muy difícil tener referencias reales de los precios y del comportamiento de esta actividad comercial.

Aunque la valoración de los vehículos que saldrán a subasta se sitúa en aproximadamente 1,8 millones de euros, esta cantidad será difícilmente alcanzable cuando se efectúe la venta. El hecho de que los vehículos estén detenidos en un garaje de Teià, una localidad cercana a Masnou, desde 2015, significa que estos modelos no han tenido el mantenimiento debido.

Los vehículos de la colección que, según las primeras informaciones recibidas, saldrán a subasta son un Ferrari Testarossa valorado en 120.000 euros; un Lotus Elan, de 14.400 euros; un Lamborghini Miura, de 816.000 euros; un Ferrari F-40, de 300.000 euros; un Mercedes Benz 230SL, de 56.500 euros; un Lamborghini 132, valorado en 250.000 euros; un Ferrari 328 GTS, tasado en 77.500 euros; un Jaguar E-Type 3.8 Roadster, de 148.000 euros; y un Mercedes Benz SLR McLaren, de 62.725 euros. Hay además otros tres coches más que no han sido tasados, pero que también se venderán. Un Porsche 356 B que podría estimarse en unos 50.000 euros: un Seat 600 con preparación Abarth que estimamos puede estar en unos 10.000 euros y un Porsche 911 S Targa que podría venderse en unos 30.000 euros. El organismo encargado de la subasta es la Oficina de Recuperación y Gestión de Activos.

A la vista de la experiencia vivida en última subasta judicial similar que ha habido en España, la de la colección, mucho más numerosa, de Luis Miguel Rodríguez, el propietario de Desguaces La Torre, parece que los precios fijados para la venta del garaje de Pujol serán difícilmente alcanzables en muchos casos. Es cierto que el Ferrari F-40 puede salir a un precio superior al fijado y podría alcanzar fácilmente el medio millón de euros. En cambio, los otros dos Ferrari a la venta tienen un precio demasiado elevado. En las condiciones antes descritas, un Testarossa no debería valer más de 70.000 euros y por un 328 no se deberían pagar más de 35.000 euros.

También está sobrevalorado el Jaguar E cabrio, con el motor 3,8 de seis cilindros, cuyo precio estimado podría ser la mitad que el fijado de salida. En cambio, parece baja la valoración del Mercedes McLaren SLR, salvo que se encuentre muy deteriorado. En cuanto al precio del Lamborghini Miura, dependerá de su estado. Se trata de un coche muy apreciado, aunque su precio real en estos momentos es una incógnita.

No se han puesto en marcha ni han rodado durante mucho tiempo. Esto significa que, antes de poderlos utilizar de nuevo, hay que realizar una serie de trabajos y sustitución de piezas, en muchos casos muy costosas.

Por ejemplo, será necesario vaciar todos los líquidos, como gasolina y aceite, que se habrán descompuesto por el paso del tiempo y habrán podido dañar los conductos. Manguitos, juntas y otras tuberías y piezas de goma tendrán que ser sustituidas al haberse quedado rígidas o incluso agrietadas por el paso del tiempo. Además de las baterías, habrá que adquirir neumáticos nuevos, ya que se habrán deformado por el peso del coche sin moverse durante años. En muchos casos será necesaria la sustitución de la correa o cadena de distribución, Una operación que, en los coches antiguos, significa sacar el motor de su posición para llegar a sustituir toda la pieza antigua.

Otro de los inconvenientes puede ser el de la corrosión. La localidad en donde los coches están aparcados no está muy lejos del mar, por lo que la humedad y el salitre han podido deteriorar los metales, especialmente en la parte baja de la carrocería y en los suelos. En los automóviles más antiguos no existían los revestimientos de ceras para la protección de las carrocerías. Además, habrá que desmontar y revisar todas las piezas mecánicas antes de su puesta en marcha ya que, en caso contrario, las averías pueden ser irrecuperables.

Desde 2017 Jordi Pujol Ferrusola tiene prohibido gestionar su patrimonio, El juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz ha autorizado la subasta pública de sus vehículos. Normalmente en estos casos se establece un plazo en el que los subasteros deberán inscribirse y depositar una cantidad como fianza, que suele ser de unos cinco o seis mil euros, para poder pujar. Una cantidad que posteriormente se devuelve o se descuenta del lote adjudicado. Y se fijará un plazo para comunicar la oferta de cada posible comprador a través de correos electrónicos antes de adjudicar el lote al mejor postor.