Movilidad urbana

Ray 7.7: eléctrico y premium

Este scooter rompe, en cierta medida, con lo visto hasta la fecha en el segmento de las motos eléctricas

RAY 7.7
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La novedosa RAY 7.7, fabricada en Sant Joan Despi, cerca de Barcelona, no es una moto eléctrica más, no. La RAY 7.7 se fabrica con más de un 80 por ciento de elementos de fabricación nacional; pese a lo que nos supone su fisonomía exterior, la verdad es que ofrece un nivel prestacional que va mucho allá de lo que hasta ahora entendíamos, sencillamente, como un scooter eléctrico; que siempre comparábamos como una 125 cc con motor térmico.

RAY 7.7
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No, la RAY 7.7. debuta en un nuevo nivel –al que deberemos encontrarle un nombre para segmentarla- en el que nos encontramos con un producto eléctrico con prestaciones dinámicas de una moto con motor térmico (o scooter, en su caso) comparable a una de 250 o 300 cc. Es un producto pensado para un uso diario, no cabe duda; aunque también para una utilización basada en el ocio, en el disfrute de montar en una moto que nos permitirá salir los fines de semana por cualquier tipo de carretera y disfrutar de su estabilidad, rapidez, agilidad y autonomía.

La RAY 7.7, dispone de un motor eléctrico central con una potencia de 10,7 Kw (unos 14 CV con un pico de 23 caballos de potencia si habláramos de un motor térmico) y que con un peso de 165 kilos y una autonomía real de 150 kilómetros (una distancia que, jugando con sus tres modos de conducción: City (para recorrido urbano), Sport y Flow, podremos aumentar a nuestro antojo) se muestra como una, digamos, moto-scooter idónea para pasárselo bien en un trazado con curvas, unas prestaciones que, como pudimos comprobar, deja atrás a más de uno, pese a su velocidad máxima que se establece en 125 km/h; una velocidad más que suficiente para cualquier tipo de ruta.

El conjunto se caracteriza por su cuidada estética exterior que recuerda, en su parte delantera a un scooter urbano como tantos otros, pero que a partir del manillar, se convierte en una mega-scooter. Su carenado frontal, manillar, suelo plano, gancho, guantera, caballete central de fácil accionamiento (ayuda el botón de marcha atrás) y parta de cabra; con un asiento adaptable -con una simple maniobra- en dos niveles de altura, le confieren esa imagen de scooter eléctrico de ciudad, vamos, una eléctrica más. Pero en recorridos interurbanos o en trazados con curvas, la RAY 7.7, se descuelga por méritos propios del resto de vehículos eléctricos urbanos.

Las prestaciones de su motor, la colocación, muy baja, del compartimiento de baterías. Sus llanta de 15 pulgadas en el eje anterior y de 14 en el posterior, frenos de disco en ambos ejes con frenada regenerativa y transmisión por correa, hacen que gracias a su excelente comportamiento dinámico nos olvidemos de que la RAY 7.7 es una moto eléctrica pensada para solucionar la cada vez más comprometida movilidad urbana -que lo es- pero que una vez nos metamos en recorridos virados, esta pseudo-scooter se muestra como una moto muy a tener en cuenta para disfrutar de una conducción intensa -por no decir sport- que a muchos sorprenderá por su efectividad, facilidad de pilotaje y prestaciones.

Con la RAY 7.7, el sector de las motocicletas eléctricas, y en particular entre ñas fabricadas en su totalidad en nuestro país (que aún no son muchas) se abre un nuevo segmento Premium en cuanto a utilización y prestaciones; un segmento que, poco a poco, como ha ocurrido en el ámbito del automóvil, se segmentará para poder ofrecer no solo movilidad, sino también satisfacción.