Confundirse de combustible al repostar ¿Cuánto puede costarte la reparación?

Te encuentras en una gasolinera, listo para repostar tu vehículo. Desciendes del coche y empiezas a rellenar el depósito con combustible. Sin embargo, cuando retiras la manguera y te dispones a pagar, un escalofrío te recorre la espalda al darte cuenta de que has seleccionado el combustible incorrecto. En estos momentos, se presentan varias estrategias para mitigar este desafortunado contratiempo. En primer lugar, si identificas el error inmediatamente después de depositar la gasolina, corregir el fallo será relativamente sencillo. Sin embargo, si continúas conduciendo con el combustible incorrecto, las consecuencias para tu motor podrían ser severas.

¿Cuál es el peor escenario posible?

En la vorágine del día a día, es fácil que se nos escapen pequeños detalles y cometamos errores. Uno de los más comunes y potencialmente perjudiciales (tanto para nuestro vehículo como para nuestra economía) es confundir el tipo de combustible que nuestro coche necesita. Es por ello que, especialmente para aquellos más propensos a los despistes, se recomienda marcar de alguna manera el tapón del depósito, para recordarnos qué manguera debemos seleccionar. De lo contrario, el motor de nuestro vehículo podría sufrir graves daños.

En el pasado, el diámetro de la boca del depósito y de la manguera eran similares en todos los modelos y tipos de manguera. Sin embargo, en torno al año 2005, se alteraron los diámetros de los depósitos de los vehículos de nueva fabricación y de las mangueras de combustible, para limitar estos errores. A pesar de esto, con el nuevo diámetro de las mangueras, es más común cometer el error de echar gasolina en un tanque de diésel, que lo contrario, ya que la boca de la manguera del diésel es más grande que la de gasolina.

La buena noticia es que, en ambos casos, el error tiene solución, especialmente si nos damos cuenta de nuestro despiste antes de arrancar de nuevo el motor. En esta situación, la acción más prudente es llamar a una grúa para que lleve el vehículo a un taller, donde se drenará completamente el depósito. De esta manera, el sistema de inyección no se contaminará, evitando costosos trabajos de cambio o limpieza de pistones, inyectores, filtros, etc.

Actualmente, los coches diésel no permiten el arranque si hay gasolina en el depósito, algo que sí sucedía en los coches de gasolina. Sin embargo, gran parte del parque móvil español está compuesto por vehículos relativamente antiguos, y en estos casos, es posible que el motor arranque incluso con gasolina en el depósito. Estos coches diésel podrían moverse con el combustible incorrecto, pero sólo durante unos metros, ya que empezarán a dar tirones hasta que finalmente se detengan. Afortunadamente, la mecánica diésel es bastante más resistente.

Si llegamos a este punto, la única opción es detener el vehículo en la calzada y contactar con nuestra aseguradora para que nos envíe una grúa. Pero atención, bajo ninguna circunstancia debemos intentar arrancar de nuevo el coche, ya que el problema es lo suficientemente grave como para no querer agravarlo aún más. En este caso, no sólo será necesario drenar y limpiar el depósito, sino que también será imprescindible realizar una revisión exhaustiva de todos los componentes del vehículo implicados, para detectar si hay algún elemento dañado que deba ser reemplazado.

¿Cuánto cuesta limpiar el depósito?

El coste de la reparación dependerá del momento en que detectemos el error. Si solo hemos depositado dos litros del combustible incorrecto, bastará con vaciar el tanque, lo que supondrá únicamente la pérdida de lo invertido en el combustible equivocado. Sin embargo, si hemos arrancado el motor, pero no hemos llegado a conducir, será necesario que en el taller cambien los filtros y limpien todos los conductos de alimentación, lo que podría tener un coste aproximado de 300 euros.

Por otro lado, si hemos conducido durante un tiempo considerable, hasta el punto en que el motor se ha detenido, las consecuencias podrían ser una reducción a la mitad de la vida útil de los inyectores y de la bomba de agua, y un coste de reparación de alrededor de 2.500 euros. Por tanto, es crucial prestar atención al repostar tu coche para evitar un error que podría ser muy dañino para tu vehículo... y para tu economía.